Considero que en estas últimas décadas se ha incrementado notablemente la conciencia colectiva en relación a los valores que encierra el patrimonio histórico en la ciudad de Jaén, así como la importancia que tiene en relación con la autoestima de los jiennenses.El espectacular trabajo de recuperación del templo de San Miguel, la redacción de los planes directores del Cementerio de San Eufrasio y de la Zona Patrimonial de Otíñar, la rehabilitación y uso turístico-cultural de los Baños del Naranjo, la intervención recién iniciada en el jardín de la calle Elvín o los campos arqueológicos desarrollados en Marroquíes Bajos; han sido algunos de los proyectos que han supuesto un punto de inflexión en la implicación del Ayuntamiento con el patrimonio histórico.

En este último trimestre el compromiso con el reciente descubrimiento del refugio antiaéreo de San Miguel o el creciente interés municipal por la puesta en valor de la Judería de Jaén, demuestran una continuidad en la sensibilidad municipal con el patrimonio histórico.Podemos sumar el anuncio de la Junta sobre la puesta en valor de los restos arqueológicos del Centro de Salud del Bulevar, que albergan parte de una mezquita u oratorio califal, o las intervenciones que se llevan a cabo en el oppidum íbero de Puente Tablas. No quiero dejar de mencionar la ampliación de la colección permanente del todavía inconcluso Museo Íbero.

De alguna manera todo lo anterior refleja un incremento en la inversión e interés público por frenar el grave deterioro de numerosos bienes históricos jiennenses y/o la puesta en valor turístico-cultural de otros. No obstante es fundamental que las acciones ya iniciadas tengan continuidad y se finalice su ejecución o que los bienes con mayor grado/peligro de deterioro y/o ruina sean priorizados en las intervenciones que se planifiquen.Todo esto sin entrar a valorar la insuficiente y a veces ridícula oferta horaria que algunos monumentos tienen para su visita, a pesar del gran potencial turístico que encierran, u otras cuestiones de calado, como la imperiosa necesidad de redactar un nuevo plan especial, con presupuestos y acciones contundentes, que reviertan el agónico proceso de mutilación que sufre el Conjunto Histórico de Jaén.Ojalá que el interés e inversiones de los últimos años se vean incrementados y sean reflejo de un Jaén que sabe crecer en un indicador de desarrollo tan importante como es la preservación y uso sostenible del patrimonio histórico-artístico.