El blindaje de Manuel Pellegrini

Manuel Pellegrini, que ha sido lo mejor que le ha pasado al Betis en este siglo desde que Joaquín Sánchez debutara en Santiago de Compostela, le ha dicho a Haro que piano, piano. Que ya retomarán el diálogo para cerrar su tercera renovación como gran capitán del barco. El inteligente y discreto entrenador chileno se sabe con los cuatro ases en su poder cada vez que se reparten las cartas.

Por eso el Ingeniero ha optado por tranquilizar al entorno, sí, dejando caer que todo llevará a renovar ese contrato que expira el 30 de junio de 2026, pero que lo primero es canalizar la energía en el mercado de fichajes. Al menos es lo que han filtrado desde las entrañas del Villamarín: primero, a conformar la mejor plantilla posible. Y luego, a sentarse para la tercera rúbrica del muy competente técnico desde que arribara en el verano de 2020 a Sevilla.

Da la impresión de que esta temporada, la sexta ya con Pellegrini al mando, tiene mucho de órdago. Si Real Sociedad, Sevilla, Athletic, Villarreal o Girona han oído la música celestial de la Champions estos años y disfrutado (en algunos casos, despilfarrándola) de su lluvia de millones, debe tocarle ya el turno a este Betis valiente, que tan bien juega al fútbol y que tiene una de las cosas más hermosas que hoy día se puede ver en esta ciudad con tantos hermosos encantos: Isco tocando un balón.

No comparto eso de que tal equipo “merece ya” algo. Por ejemplo, jugar la Champions. Si el Betis no lo ha logrado aún es por un cúmulo de factores endógenos, exógenos y hasta fortuitos, como juego que es el fútbol. Y dentro de esos factores también están, por supuesto, los propios errores de Pellegrini. Errores al transigir en algunas decisiones erróneas en la estrategia de fichar y desfichar y errores en esa ecuación tan complicada de jugar valiente y alegre... y al mismo tiempo blindarse atrás. Primero, al mercado para un necesario blindaje deportivo. Y luego, ya se verá si se blinda ese tercer contrato.