Dame paz y dame guerra

25 de agosto 2025 - 03:11

Si Alfred Hitchcock tenía en la música de Bernard Hermann a un protagonista principal más de sus monumentales películas, Movistar nos obsequia cada temporada con una banda sonora antes, en los intermedios y después de los partidos de esa Liga que comanda ese otro maestro del suspense (por las inscripciones lo digo) que es Javier Tebas. La temporada pasada, el tema Fuego de Bomba Estéreo martirizaba los oídos de más de uno, el que escribe incluido, porque se repetía más que un gazpacho subido de ajo. Esta temporada, en cambio, me seduce el tema escogido, esa Nana triste de Guitarricadelafuente y Natalia Lacunza es un leve susurro, que no martillo, y baja los ritmos acelerados del propio juego y sus circunstancias, arbitrajes incluidos. Desconectan del estadio en cuestión y suena ese “Dame paz y dame guerra” del estribillo que atempera los pulsos.

Hoy se estrena la Liga en Nervión con un Sevilla-Getafe, un partido que contiene en su vientre muchísimo más que los habituales tres puntos en juego. La desmedida euforia con que Almeyda y los suyos celebraron el empate a uno en el descuento de Rubén Vargas en un amistoso ante el Sunderland refleja la necesidad extrema que tienen los sevillistas de recuperar autoestima, confianza en sí mismos, tras dos temporadas seguidas ejerciendo de tembloroso funambulista. De nuevo el abismo asoma abajo, otra vez el club, por sus desmanes, es agónico protagonista mientras Tebas rueda la escena impasible en su silla de director, y al sevillismo, que anhela una temporada sin agudos sobresaltos de una vez, no le queda otra que seguir alentando y encomendarse a dos recién llegados: a Antonio Cordón le pide paz para resolver un endiablado rompecabezas, y a Matías Almeyda le pide guerra en el campo para que rompa un equipo duro de pelar. “Hoy supura y supura lo que ayer sabía a miel”, canta Natalia Lacunza. Horadar hoy la roca de Bordalás es empezar a creer y buscar esa miel perdida. Dame paz y dame guerra...

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