Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Contumaz Feijóo
EN LINEA
A fuerza de torcer los hechos y las palabras, cualquier tiempo pasado no existió. Esta semana concluyó con un ejercicio de escapismo político que deja Houdini a la altura de un aficionado por entregas al ilusionismo. Solo desde un punto de vista esotérico y con los trucos de la política a mano se entienden que los episodios empíricamente vividos en Cataluña pasaran a ser una cuestión de fe, sobre los que ahora caben distintas interpretaciones y doctrinas. Atrás quedaron rotundas e inequívocas declaraciones que son papel de “toilette”, a eso queda reducida la hemeroteca, a un papel de tacto difícil. Una memoria selectiva, maleable, líquida si se quiere y, en cualquier caso, oportunista para hacer de lo blanco negro. No por esperado deja de causar bochorno. Bauman advertía que el "advenimiento de la instantaneidad lleva a la cultura y a la ética humanas a un territorio inexplorado", es decir, volvemos al taparrabos moral.
Más histriónica que histórica, sin el consenso de una ley que se vende como fundacional, pero que trae una paz social que no da ni para media legislatura. Mientras, los alquimistas siguen a lo suyo. En busca de una mejorada fórmula magistral para que borremos el pasado, no vivamos el presente y estemos enganchados al futuro.
Con la venia de los que votaron a favor de esta “boutade”, ahora nos toca aguantar los desplantes de quienes intentaron doblar el pulso a la convivencia y al Estado, felices de su órdago eterno, con o sin apoyos democráticos, saben que por siete votos hay quienes se convierten en una suerte de Belén Esteban del hemiciclo... Yo por mi presidencia “mato”.
Jaén, parada sin fonda. Vino el presidente de la Junta a Jaén en esta liviana campaña europea que “ni es chicha ni limoná”, pero que entronca perfectamente con el foco político que tiene la provincia en Andalucía y España en el resto de las elecciones: ninguno. Quizá entienda Moreno Bonilla que al PP le bastará subir el tono y dejarse llevar por su ola demoscópica para llegar al puerto de la Diputación Provincial de Jaén, es el sueño recurrente, una de las pocas plazas que quedan por conquistar. Pero hasta para hacer una tortilla hay que romper unos cuantos huevos.
Los Presupuestos de la Junta no engañan. Con lo presupuestado para la provincia ya sabemos todo lo que no se hará en Jaén en los próximos años. Nos pueden hablar de física cuántica o del milagro económico andaluz, tanto da. Aun así, confiados en nuestra amnesia selectiva, nos detallan estos días el abismo de la convergencia con Europa, cuando ni tan siquiera jugamos en la misma división en casa. Que nos pongan más cadenas, que ya vendrá el Houdini de turno para liberarnos y así hasta que llegue el próximo circo ambulante. Mientras, la provincia colgada del trapecio.
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