Jaén y su zona de estupor

Empecemos por el final, por el vagón de cola. "Se vienen cositas por Jaén" anunciaba guasón el ministro Óscar Puente en la taberna que regenta Elon Musk. Y los parroquianos jiennenses levantaron el mentón, momentáneamente, y siguieron con la caña o el chato como si tal cosa. Versado el jiennense en bravuconadas varias, miró con recelo al foráneo como si hubiera pedido una ronda de leche fresquita en la cantina. Al jaenero se le engañó tanto y tan bien que, ahora, es difícil sacarle de su zona de estupor (la de confort ni está y, en ocasiones, se le espera).

Llegó a decir que las "cositas" que traía en la alforja no eran, literalmente, "un cuento". Es uno de los problemas de bajarse a Jaén, que "Las mil y una noches" nos la sabemos hasta en sánscrito. De metáforas, fábulas, sinécdoques y otras figuras retóricas está abonado el campo jiennense. De ahí que el coqueto proyecto de la estación intermodal y de nuestro humilde enlace con la alta velocidad se vea con la distancia que marca el rencor de un bolero.

Hubo tantas opciones para conectarnos como Dios manda que las opciones barajadas, ahora, son fruto del primigenio pecado original de darnos donde siempre... de lado. Desconoce este escribano si es que el propio ministro tuvo un ataque de sinceridad y tildó el proyecto como opción B o es que, directamente, todas las opciones barajadas no daban para grandes éxitos y se pasaron a la otra cara, como en el siglo pasado con los discos.

Avisó con tiempo que iba a estar hasta en la sopa en Andalucía y, de momento, cumple. Le pedíamos que viniera con los avíos necesarios y, al menos, trae la lista para el puchero. Se dan, a priori, una serie de circunstancias óptimas para una buena cocción.

Y es que el súper ministro llegó a tiempo, justo a la hora precisa, en el horario indicado por la organización. En un momento óptimo, con Jaén Merece Más con el pollo deshuesado del PP sobre la tabla y con nuestra Montero ocasional dispuesta a enriquecer el caldo con Ave y "crem", con todos los conservantes y colorantes que hagan falta.

Saca pecho palomo el partido provincialista porque sus presiones y giros de guion son determinantes en los tiempos de elaboración. Pero queda por ver cómo traba todo, la capacidad de movilizar recursos y si la Junta sigue pensando que Jaén está de moda. Mientras tanto, Jaén seguirá, irónicamente, en su confortable zona de estupor, es lo que tiene contemplar el paisaje desde los vagones de cola.

"Sayonara".