Jumilla y la estupidez del PP

10 de agosto 2025 - 03:10

El Partido Popular va a ser capaz de llegar a las próximas elecciones generales sin resolver en serio el problema de sus relaciones con Vox. Tanto le preocupa a Feijóo que Santiago Abascal le arrebate votos por su derecha que no pierde ocasión de acercarse a sus propuestas e iniciativas. Con un riesgo: perder los votos del centro moderado, que son más. Un mal negocio, sin duda.

Con algo más de firmeza e inteligencia, el PP se hubiera evitado el bochorno de Jumilla (Murcia). El disparate perpetrado por un cenutrio de Vox –su único concejal en el ayuntamiento local– al proponer que se prohíba a los vecinos de religión musulmana la celebración del fin del Ramadán y la Fiesta del Cordero en el polideportivo municipal, donde venían haciéndolo tranquilamente durante años, sólo merecía rechazo y olvido. El ultra ni siquiera se atuvo a las tópicas mentiras de su ideología vinculando a los inmigrantes con la delincuencia o el colapso de los servicios públicos. Simplemente señaló que aquellos vecinos a discriminar tenían creencias religiosas “incompatibles con la identidad, usos y costumbres de la sociedad española”.

¿Qué debe hacer un partido conservador respetuoso con la Constitución y amante de la libertad ante este desatino inconstitucional y racista? Rechazarlo sin más y pasar a otra cosa. ¿Qué hizo el PP local, con la alcaldesa al frente? Recoger el espíritu de la iniciativa de Vox, pero limitándola a negarle a los musulmanes el alquiler de los espacios públicos en los que celebraban sus fiestas religiosas (total, rezos durante dos horas dos veces al año) basándose en el criterio de que los recintos deportivos deben utilizarse para hacer deporte y para nada más.

El criterio es correcto, pero acaba degenerando por el momento y el contexto. Preguntas. ¿Hasta ahora, a mitad de su mandato, no se ha dado cuenta la alcaldesa de Jumilla de que el polideportivo y la piscina municipal están para lo que están y no para albergar actividades religiosas, políticas o culturales? ¿Ninguno de sus concejales se había percatado de esta anomalía funcional hasta que el colega de Vox lo incluyó dentro de la actual campaña nacional de este partido contra el Islam y la inmigración? ¿Se negará en adelante el acceso al polideportivo a cualquier hermandad católica que quiera celebrar en sus instalaciones uno de los numerosos eventos que organizan con total legitimidad y entusiasmo? ¿Se vetaría la presencia del Papa de Roma en el poli si el vicario de Cristo visitara la región de Murcia y pretendiera gratificar a los fieles jumillanos con su presencia, mensaje y bendición? Cuesta creerlo, la verdad.

Que el partido mayoritario de España tenga que escuchar a los obispos de la religión mayoritaria que la decisión de su alcaldesa en Jumilla “atenta contra lo derechos fundamentales de cualquier ser humano y no afecta sólo a un grupo religioso, sino a todas las confesiones religiosas” y es una discriminación “que no puede darse en sociedades democráticas” lo dice todo sobre el error y la estupidez del PP.

Y que conste: un año de éstos habría que impedir cualquier actividad extradeportiva en los polideportivos. No ahora precisamente.

stats