En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
La inteligencia artificial no entiende el sarcasmo, andan preocupados los programadores de Silicon Valley porque la máquina sólo atiende a la literalidad de las frases, de modo que si alguien afirma que el ministro de los Mejores Trenes de Europa fue el único que advirtió de la gran ola de incendios al escribir que “la cosa está calentita”, lo que el ordenador entenderá es que, en efecto, el ministro de Transportes de Alemania, de Suiza o de Países Bajos tiene entre sus competencias la red de emergencias climatológicas. Hay otras aseveraciones que parecen sarcasmos, pero van en serio. Al inicio del verano, la Cámara de Comercio de Sevilla y una patronal de la obra pública aseguraron que lo único que se necesitaba para construir un tercer carril en una autopista es una lata de pintura. Literal, sin comillas francesas. Blanca si es posible. La pintura.
Hubo un aplauso general desde el Ayuntamiento de Córdoba y la Consejería de Cultura cuando la Mezquita salió ardiendo porque el cabildo utilizaba una capillita para guardar bidones de líquidos de la limpieza, sillas viejas y cargadores eléctricos bajo los techos que mandó a construir Almanzor. Ardieron dos capillas, se descolgó el tejado, pero la actuación fue, tal como nos contó Patricia del Pozo en Canal Sur, brillante. Tan bien salió todo aquello que la Unesco ha felicitado a los canónigos cordobeses, y por esa misma razón no es de extrañar que un paisano de la Mezquita le metiera fuego a un bar de Los Palacios porque no había mayonesa: para ver cómo lo apagaban. Como la Catedral.
Juanma Moreno no fue a Córdoba ese día, ni tampoco a Tarifa, porque no quiere fotos –eso es lo que ha dicho–, y tanto Bellido como Sanz le avisaron de que las llamas iban a durar poco. Ya saben que los políticos son como J.D. Salinger, que se lio a puñetazos con unos fotógrafos cuando estos descubrieron que el autor de El guardian entre el centeno vivía escondido en un pueblecito de New Hampshire. Antes de los puñetazos, Salinger les arrojó un carrito de supermercado lleno con la comida de todo un mes. Yo he visto a presidentes de diputación huir de los fotógrafos. Como la Pantoja.
El mundo de los dobles sentidos es complicado. Elías Bendodo ha llamado pirómana a la directora general de Protección Civil y la máquina de la IA de Ferraz ha interpretado que el diputado malagueño ha acusado a Virginia Barcones de rociar los robledales de León y Orense con gasolina, como si en tales provincias no supieran lo que es la mayonesa. Barcones, conocida en León hasta entonces, es una damnificada más de los incendios. Una víctima.
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