Crónica personal
Pilar Cernuda
Salazar, otra pesadilla
Cosas de la vida política: el Psoe prepara un comité federal en Sevilla el 5 de julio pasado para dar un empujón a un partido que sumaba escándalos y, también, para restar relevancia al congreso del PP que se celebraba ese mismo día en Madrid, cuando a primera hora de la mañana salta una noticia que conmociona a los dos partidos: Francisco Salazar, Paco para el sanchismo, ha sido denunciado por presunta conducta inapropiada hacia varias mujeres con las que trabajaba. Salazar, antes de conocer la noticia, iba a ser ascendido: Sánchez pensaba integrarle en la Ejecutiva federal.
Aquel fatídico 5 de julio, se inició otra pesadilla para Sánchez, que se agravó a medida que pasaban las semanas con nuevas denuncias pero, sobre todo, porque la indiferencia del partido fue total y provocó estupor e indignación a partes iguales. La igualdad de la que tanto presumían los socialistas hacía aguas. Paco Salazar aparentemente incumplía las normas de comportamiento y respeto debido a las mujeres, pero lo que más hería es que ni Ferraz ni Moncloa tomaban decisiones acordes con lo que sucedía.
En el sector femenino del Psoe el malestar fue in crescendo, y eso que el ambiente estaba ya muy caldeado: insoportable el puterío que rodeaba el caso Ábalos, el negocio de prostitución del padre de Begoña Gómez, la cesión en su momento a Podemos para aprobar una ley que ha llevado a la calle y reducido penas a centenares de violadores y agresores sexuales… más el rumor de que Paco Salazar volvía a tener predicamento y presencia en el Psoe. Un grupo de mujeres exigió al partido que denunciaran a Salazar ante la Fiscalía, y en las alturas apareció el pavor a perder el voto femenino. La secretaria de Igualdad convocó esta semana a las responsables regionales a una urgente reunión online. Mejor que no lo hubiera hecho. Fue tan agria la discusión, tan subida de tono por la inacción de los dirigentes del partido que la secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé, levantó la reunión prometiendo convocar cuanto antes una presencial.
El problema para Pedro Sánchez es que ya ni les queda la estrategia de presentarse ante la opinión pública como víctimas de jueces y periodistas tendenciosos y maledicentes. En sus propias filas empiezan a surgir voces que expresan abiertamente su hartazgo. Sobre todo de las mujeres, hartas de comportamientos indecentes.
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