Ucronía

Año 2028. América aparece en los libros de texto como un nuevo país. Tras la invasión de Canadá y Groenlandia, la Casa Blanca controla las rutas comerciales del Ártico. El Salvador se ha convertido en el estado asociado más joven de la Unión, gracias a su delimitación como área de máxima seguridad donde permanecen confinados millares de inmigrantes ilegales, delincuentes y presos políticos. El Canal de Panamá está ocupado militarmente y cerrado a la navegación de cualquier buque extranjero cuya bandera no sea reconocida como aliada. Tras la fase de desescombro (porque la fase de demolición tuvo lugar durante el conflicto de 2024), se ha terminado de edificar en la antigua franja de Gaza el macrocomplejo turístico para élites de la Riviera de Oriente Medio, dejando a millones de palestinos en la diáspora del Sinaí. Argentina aprobó a finales de 2027 su anexión a la Unión y se ha convertido en el Estado líder de Sudamérica, con su presidente elevado al rango de virrey tras reclamar gran parte de la Antártida y recuperar las Islas Malvinas en una guerra relámpago a mediados de dicho año con el apoyo armamentístico de Washington. El resto de países neutrales del continente pagan tributo a América con la esperanza de mantener su soberanía. Venezuela y Cuba se preparan para una inminente ocupación, frenada exclusivamente por el respaldo de Rusia, China, Irán y Corea del Norte.

China se ha anexionado Taiwan y controla el mercado asiático. Japón, para salvaguardar su integridad territorial y los acuerdos comerciales con sus vecinos, ha renunciado a la protección de Seúl a cambio de mantener sus dominios en las Islas Kuriles y la península de Corea se prepara para una inevitable unificación con capital en Pionyang. Por su parte, India y Pakistán recrudecen sus combates en Cachemira bajo la atenta mirada de los países de población musulmana, que se verían arrastrados a una escalada bélica en caso de declararse la guerra entre ambas potencias. Rusia domina la mitad sur del territorio ucraniano, el cual ha quedado sin salida al Mar Negro, anexionándose Transnistria, a las puertas de Europa. Todos los países de la antigua Unión Soviética acaban de firmar en Moscú un tratado de reabsorción denominado Bloque de Eurasia, militarizando sus fronteras y permitiendo el despliegue masivo de ojivas nucleares.

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha sido disuelta y la OTAN solo está conformada por algunos países de la Unión Europea. En respuesta, Reino Unido, Italia, Francia y Alemania constituyen una tetrarquía cercana a las políticas neoliberales de América, aliándose con Australia y Nueva Zelanda para sus reclamaciones en tierras australes. Finalmente, África se ha convertido en un campo de batalla donde el colonialismo vuelve a proliferar… Mientras tanto, asomado al balcón de mi casa cual castillo, veo cómo una langosta se acerca a una flor y caigo en la cuenta de que todos estos datos han ido surgiendo de forma espontánea en mi cabeza una fría mañana de febrero de 2025, abrumado por todo cuando leo y escucho de la realidad circundante, con la firme convicción de que esas ensoñaciones que hasta hace unos meses solo eran fruto de mi imaginación, ahora han pasado a ser una posibilidad más que plausible por culpa de un desequilibrado al mando. Espero que jamás sucedan, pero sinceramente creo que todo ha comenzado y aún no nos hemos dado cuenta. La langosta se ha posado...