Xi, Kim y Putin en la tribuna de Mao

05 de septiembre 2025 - 03:10

Puede que el ascenso de la extrema derecha sea un problema para Europa. Gobernando –Unión Cívica en Hungría, Derecha Unida en Polonia, Fratelli, Liga y Forza en Italia– o situándose entre las tres formaciones más votadas en los Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Alemania, Austria, Francia, Grecia, Portugal, Reino Unido, Rumanía, Suiza o España. Catorce de ellos, integrados en Patriotas por Europa, se reunirán en Madrid los próximos 13 y 14 de septiembre en una cumbre ultra en la que Vox hará de anfitrión proponiendo como lema Comienza la reconquista.

Puede, en efecto, que estos gobiernos –aunque hay evidentes diferencias entre Orban, Nawrocki y Meloni que vienen dadas por la historia, la realidad social de sus países y sus personalidades– y este ascenso de la extrema derecha sea un problema y quizás hasta un peligro para Europa. Pero lo que es un problema y un peligro para el mundo, lo que incluye a esta decadente Europa que vive una larga agonía, no es la extrema derecha, sino el comunismo. Como ha quedado visualizado, refrendando lo que ya se sabía, en el gigantesco despliegue de fuerza militar que ha tenido lugar en la plaza Tiananmén, presidido por Xi Jinping flanqueado por Putin y por Kim Jong-un. Dos dictadores comunistas y un autócrata sentado sobre los restos de la URSS. Con un gigantesco retrato del genocida dictador Mao presidiendo la parada. Y una galería de invitados de segundo rango que incluía entre otros muchos dictadores o autócratas a los presidentes comunistas de Cuba y Vietnam compartiendo tribuna con el de la teocracia islamista iraní.

Por convicción o estrategia no se ven retratos de Hitler, Mussolini, Franco, Petain, Degrelle o Szalasi en los mítines de los partidos de la extrema derecha populista europea. Pero sí de Mao en la gigantesca exhibición de fuerza de China, que sigue siendo una dictadura comunista abierta a la economía capitalista. El peligro mundial es el comunismo activo –China, sobre todo, y Corea del Norte– o los harapos autócratas del comunismo ruso: Xi, Kim y Putin en la tribuna presidida por el retrato de Mao. Lo de la extrema derecha europea, como la propia y declinante Europa, es una anécdota frente a lo que el comunismo chino representa. “China es imparable”, dijo Xi Jinping. Es verdad.

stats