Andalucía y los incendios forestales

10 de septiembre 2025 - 03:07

Entrado ya septiembre, y aunque no se puede descartar que se produzcan nuevos episodios graves, hay que dar por concluida una temporada de incendios forestales de una inusitada gravedad, que ha devorado decenas de miles de hectáreas y se ha llevado varias vidas por delante. El fuego y sus horribles consecuencias se han centrado en el cuadrante noroeste de la Península, afectando especialmente a las comunidades de Castilla y León, Galicia y también a Extremadura, en la cada vez más extensa área de España a la que se aplica, con razón, el adjetivo de vaciada. Andalucía ha salido relativamente bien librada, aunque revistió una considerable gravedad el que se registró en la zona de Tarifa a partir del 5 de agosto, que calcinó centenares de hectáreas y obligó a evacuar algunas urbanizaciones y hoteles en lo más alto de la temporada turística. Aunque la meteorología o las imprudencias estén en el origen de algunos de los siniestros, no cabe duda de que las políticas de prevención y el reforzamiento del plan Infoca han jugado un papel relevante en que el patrimonio forestal andaluz no haya sufrido daños similares a los de otra zona de España. Justo es reconocerlo porque en otros momentos de nuestra historia Andalucía ha estado en los primeros lugares en superficie quemada y el fuego ha amenazado enclaves de la importancia medioambiental de Doñana. También hay que tener en cuenta que Andalucía no sufre los problemas de abandono del medio rural y de despoblación que padecen las comunidades en las que este año se ha cebado el fuego. Un monte vivo y aprovechado económicamente está, por definición, más protegido de los incendios y cuando estas circunstancias no se dan, es la Administración la encargada de preservar el patrimonio forestal. En esta ocasión, a la vista de los resultados, parece que en Andalucía se han hecho mejor las cosas que en las comunidades arrasadas este verano.

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