Europa en un mundo explosivo

14 de septiembre 2025 - 03:12

Conforme pasan los meses se multiplican los signos que apuntan a un escenario de desestabilización mundial que no tiene precedentes en muchas décadas. Lo ocurrido esta semana, con la acción de drones rusos en territorio de Polonia, un país miembro de la OTAN y de la UE, constituye un hecho de una gravedad y de un peligro potencial enorme, que coloca a Europa más cerca que nunca de una amenaza bélica. Por otro lado, el asesinato en Estados Unidos de un activista ultra, que simbolizaba el apoyo de una parte de la juventud norteamericana a las tesis más radicales del presidente Trump, confirma una deriva alarmante de la situación social y política en la primera potencia mundial. Todo ello se enmarca en la demostración de fuerza militar y poderío geoestratégico que ha realizado el régimen comunista chino y en el crecimiento que los partidos populistas de extrema derecha están experimentando en todo occidente y que se nutre de un creciente descontento de amplias capas sociales, sobre todo las más jóvenes. La coyuntura no puede ser más preocupante y, desgraciadamente, no hay datos en el horizonte que hagan prever un enfriamiento de las tensiones internacionales. En los dos conflictos abiertos que más nos afectan, los de Ucrania y Gaza, las posibilidades de vuelta de la paz están cada día más alejadas. Con este panorama, va a ser necesario que desde Europa se traten de imponer grandes dosis de prudencia diplomática y de sentido común. Pero existen motivos para dudar que el continente tenga en estos momentos la capacidad de influir para provocar un giro hacia la moderación. La Unión Europea, sin abandonar una política activa de defensa que blinde su seguridad, está en la obligación de enviar un mensaje claro que contribuya a normalizar las cosas. Las instituciones comunitarias y los gobiernos se juegan en este envite su propia razón de ser.

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