EDITORIAL
La pujanza de la FP
El Consejo de Ministros aprobó el martes el proyecto de ley por el que el Estado asume 83.252 millones de una parte de la deuda de las autonomías, generada a raíz de la crisis económica de 2008. Casi 19.000 millones corresponderían a Andalucía, aunque Juanma Moreno ya ha anunciado su rechazo al plan, en consonancia con la línea marcada por Feijóo, que pretende configurar un bloque del no con sus once barones. La iniciativa legislativa la tendrá que validar el Congreso y forma parte de las exigencias de ERC para mantener sus apoyos al PSOE a nivel nacional y en Cataluña. Estos acuerdos también incluyen la financiación singular y una Agencia Tributaria dependiente de la Generalitat para recaudar el IRPF de esta comunidad autónoma a partir de 2026, algo que se antoja una quimera en estos momentos. Una hoja de ruta que afecta a España y que, una vez más, la marca los intereses del independentismo catalán, ante los que se pliegan los socialistas en su afán por mantener a Pedro Sánchez en La Moncloa. A lo anterior hay que sumar la foto en Bruselas en la que el presidente catalán, Salvador Illa, rehabilitó políticamente al prófugo Carles Puigdemont. Los siete parlamentarios de Junts en el Congreso son fundamentales, más aún con los Presupuestos Generales del Estado en el horizonte. De ahí que resulte absurdo que el Ejecutivo pretenda que el PP se abstraiga y sólo contemple el árbol de la quita y no lo que esconde este bosque. Una condonación de la deuda de las comunidades autónomas con el Estado está más que justificada por el sobresfuerzo social que afrontaron en los durísimos años de la crisis económica, pero es inaceptable que se decida sin consenso y con el sello de ERC. Al proyecto de ley aún le quedan tres o cuatro meses para pasar el trámite completo del Congreso, donde Compromís puede rechazarlo, y es previsible que el texto conceda un plazo para sumarse a la propuesta de quita. Aún queda tiempo para una negociación.
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