La tribuna

La flor de Pascua y su historia

La flor de Pascua y su historia
Tomás García
- Doctor En Biología

Flor de Pascua es uno de los nombres comunes de la planta arbustiva Euphorbia pulcherrima (“la más bella”), también conocida como flor de Navidad, flor de Nochebuena o pascuero. La denominación puede confundir, pues sus vistosos órganos coloreados no son pétalos de flores y sí hojas modificadas (brácteas) que aparecen a finales de otoño envolviendo inflorescencias en forma de botones amarillentos. Las regiones originarias donde crece en estado silvestre corresponden a México y Guatemala, habiendo sido muy apreciada por los aztecas prehispánicos, quienes consideraban su color rojo un símbolo de pureza de sangre y la situaban en el escenario de ceremonias rituales que en ocasiones incluían sacrificios humanos. Existen variedades amarillas, anaranjadas, blancas o rosas.

El origen de la relación entre esta entrañable planta y la Navidad se remonta al siglo XVI, cuando misioneros franciscanos del virreinato de Nueva España (México) decidieron adornar con ellas las iglesias en sus pastorelas o representaciones teatrales religiosas durante las fiestas decembrinas. Su primera referencia documental aparece en la enciclopedia del franciscano Bernardino de Sahagún (1499-1590) titulada Historia general de las cosas de Nueva España, donde se describen sus virtudes medicinales “para las mujeres que tienen poca leche”, obra llamada también Códice Florentino por encontrarse su copia más antigua en la Biblioteca Laurenciana de Florencia. Los franciscanos de ultramar mantenían contacto epistolar con el médico sevillano Nicolás Monardes (1493-1588) y le enviaban especies vegetales desconocidas en el Viejo Continente, por lo cual es muy posible que Monardes cultivara la flor de Pascua en su famoso vergel hispalense situado detrás de la calle Sierpes. Consta de modo fehaciente que la planta arribó en 1678 al Puerto de Sevilla a través de la Flota de Indias, ciudad que conservaba aún el monopolio comercial con el Nuevo Mundo.

El sobrenombre de poinsettia deriva de Joel Roberts Poinsett, quien la introduce en 1825 en Norteamérica, y pasa tiempo después a Europa. La expansión definitiva como planta ornamental navideña se debe a su aparición en películas y series televisivas, comenzando su auge en nuestro país en los años setenta del pasado siglo y siendo Almería el principal cultivador nacional. Arraiga con fuerza en localidades como Lorca o Valencia, y en otras de las Alpujarras y la costa granadina. Continúa presente en Sevilla en hogares, escaparates, belenes o altares de iglesias, pero su uso público en calles y plazas está desapareciendo al ser sustituidas por sucedáneos más económicos y duraderos como son los ciclámenes rojos que pueden contemplarse en parterres de la Plaza Nueva, la Puerta de Jerez o la Encarnación, y en macetones de la Avenida de la Constitución. Quedan reductos permanentes de la histórica flor de Pascua en los singulares Jardines del Valle o en los fascinantes jardines de la Cruz y de los Poetas del Real Alcázar.

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