Natalia Romero: cénit deportivo y competitivo en los 800 metros de Tokio 2020

Relatos olímpicos jiennenses

La atleta jiennense firmó sus dos mejores marcas personales de siempre en la cita nipona

A sus 35 años y tras varias lesiones que le han impedido estar en París, está en un periodo de descanso mental para pensar en su futuro

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Natalia Romero, en la línea de salida del 800 junto a la etíope Alemu.
Natalia Romero, en la línea de salida del 800 junto a la etíope Alemu.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 tocan este domingo a su fin. Una edición sin deportistas jiennenses, que nos ha permitido echar la vista atrás para recordar algunos de los momentos jaeneros en anteriores citas olímpicas. La última atleta jiennense en participar fue Natalia Romero, en los 800 metros de Tokio 2020, firmando una actuación más que notable en el país nipón.

La participación de Natalia Romero en la cita olímpica japonesa fue la guinda de una trayectoria atlética que comenzó hace casi tres décadas por casualidad. "Empecé en el colegio, con ocho añitos. Uno de mis profesores de Educación Física me animó a apuntarme a atletismo. Yo ya me había apuntado a balonmano y casualmente el día que empezábamos la monitora no pudo venir. Me fui enfadada a casa y le dije a mi padre que quería hacer deporte. Me bajó a La Salobreja y 27 años después, aquí sigo. Unas semanas más tarde se reactivó el balonmano, pero yo estaba contentísima y ya no me quise cambiar", recuerda para Jaén Hoy.

Investigación, docencia y deporte de élite, todo en uno

Durante sus primeros años como atleta, Natalia Romero se especializó en los 400 metros y se posicionó como una de las mejores a nivel nacional en esa distancia. "Me gustaba la velocidad, pero tenía fondo. Me centré en esa prueba, conseguió ser internacional con España, formar parte del equipo de relevo y fui campeona de España a nivel absoluto en dos ocasiones, 2009 y 2011", rememora sobre su etapa como cuatrocentista.

Sin embargo, unos años después, coincidiendo con su Doctorado en Fisioterapia, Natalia Romero llegó a valorar la retirada del atletismo. "Fue una situación personal, laboral y deportiva que me hizo pensar que mi carrera deportiva terminaba. Acabé mi tesis doctoral y en 2014 me salió trabajo en la UCAM. Me fui a vivir a Murcia y era complicado compaginar las clases con el trabajo. Fue un año duro. Decidí que necesitaba probar otra distancia que me motivara porque estaba estancada. Surgió la posibilidad del 800, mi entrenador lo vio una buena opción y a partir de 2015 me reenganché al atletismo".

Poco después, laboralmente le surgió la oportunidad de impartir clases en la Universidad de las Islas Baleares, donde consiguió flexibilizar sus horarios, para poder unir trabajo y entrenamientos de calidad. "Empecé a mejorar, a asimilar cada vez más carga de entrenos y fueron viniendo unos resultados que no habría imaginado ni en mis mejores sueños", señala.

El camino hasta Tokio 2020: psicología deportiva, disfrutar y muchos cálculos

Justo antes de la pandemia, Natalia Romero apostó por la figura del psicólogo en su equipo de trabajo. Un plus que le ayudó a preparar de manera más ambiciosa el asalto a los Juegos Olímpicos. "Me ayudó muchísimo porque el 800 metros tiene táctica, es una prueba más compleja que el 400 porque te da tiempo a pensar. Me sirvió para afrontar las carreras de otra manera. Empecé a correr tomando la iniciativa y fue un antes y un después", subraya.

Una semana antes del confinamiento, la atleta jiennense compitió en el Campeonato de España de pista cubierta y subió a lo más alto del podio. Un hito muy importante en el nuevo sistema de puntos para la clasificación olímpica por ranking. Sin embargo, el Covid-19 condicionó los meses posteriores, con el aplazamiento de la cita de Tokio 2020. "Hasta que no confirmaron que los Juegos se retrasaban fueron momentos muy estresantes. En mi afán por no perder el estado de forma entrené mucho en una cinta de correr lo que me provocó una lesión en la fascia plantar. A un año de los Juegos me veía dentro, pero no podía competir por esa lesión y veía que se escapaba el objetivo de mi vida deportiva. En la siguiente temporada de pista cubierta noté mucho el parón, hice una marca bastante mediocre y llegué a pensar en tirar la toalla".

Pese a esas malas sensaciones, Natalia Romero decidió seguir preparándose. Después de unos días de descanso, volvió a los entrenamientos de cara al aire libre y notó una enorme mejoría en sus tiempos. "Me di cuenta que no estaba tan mal. Esa temporada me salió redonda. No tuve lesiones, los entrenamientos fueron bien y las competiciones también. Solo quedaba cuadrar los puntos del ranking. Fue vital un segundo puesto en el mitin de Nembro (Italia). El director me facilitó asistir e hice marca personal. Era una competición de nivel D pero sumé muchos puntos y me dio confianza para el Campeonato de España de Getafe, donde me lo jugaba todo", cuenta.

La atleta jiennense necesitaba sacar un buen resultado en el Nacional, por ser una competición de nivel A, el más relevante en el sistema de puntos "Tenía que salir a ganar, a conseguir una buena marca y conseguí ambas cosas. Todavía no sabía si iba o no a Tokio porque el ranking de las 48 mejores atletas no se cerró hasta la semana siguiente y quedaba alguna carrera internacional. Cuando el federativo Jorge González me comunicó que me había clasificado para los Juegos fue brutal: lloraba, reía...ese jueves competí en Barcelona y tenía tal resaca de emoción que llegué reventada. Todavía se me pone el vello de punta al recordarlo".

Natalia Romero, en el estadio olímpico.
Natalia Romero, en el estadio olímpico.

Tokio 2020: rendimiento top en el día D a la hora H

Tras lograr el billete a Tokio 2020, tocaba afrontar las medidas sanitarias preventivas que se estipularon a nivel mundial en el mes previo a la cita olímpica y ya dentro de la propia Villa. El objetivo de Natalia Romero y de todos los atletas en liza era evitar un positivo que le impidiera participar. "Estuvo todo el mes en una burbuja. No pude ir a ver a mis padres por precaución y mi pareja Enrique y yo estuvimos prácticamente confinados. Salíamos a entrenar y a comprar, pero fue un mes feliz. En el viaje nos dieron muchísimas mascarillas y en la Villa Olímpica teníamos que estar siempre con ella puesta. Todos los días nos realizaban test de antígenos de saliva y te reportaban los resultados al móvil. Fue un factor estresante añadido", comenta sobre aquella peculiar situación.

Natalia Romero, en pleno esfuerzo, en Tokio 2020.
Natalia Romero, en pleno esfuerzo, en Tokio 2020.

En el plano deportivo, la preparación de Natalia Romero fue en línea ascendente. Esas buenas vibraciones le hicieron volar en los entrenamientos y llegar a Tokio 2020 con unas sensaciones y estado de forma inmejorables. "Cada entreno de ese mes sumaba. Me salían unas series buenísimas. Recuerdo que cuatro días antes de competir me salió el mejor entrenamiento de mi vida. Y ya en Tokio, cuando salí a la pista, en ese estadio impresionante, daba igual que no hubiese público. Yo sólo pensaba en hacerlo bien".

En la primera serie, Natalia Romero sacó a relucir su calidad en el Día D y a la Hora H. Firmó su mejor marca personal en el 800 metros de unos Juegos Olímpicos: 2:01.16, que le sirvió para lograr el pase a las semifinales. "Corrí en la última serie y no sabían lo que habían hecho el resto de atletas, yo tenía claro que tenía que mejorar mi registro personal. Recuerdo el paso por el 600, en torno a 1:30, un paso normal pero no para hacer una gran marca. Pensé que me iba a quedar última, pero tenía muchísima fuerza, mis rivales empezaron a abrirse, pude cambiar y en meta cuando vi que era sexta, que estaba clasificada y había mejorado un segundo mi marca flipé. Fue un momento feliz", rememora la atleta jiennense.

Natalia Romero se acerca a la cabeza de carrera en Tokio 2020.
Natalia Romero se acerca a la cabeza de carrera en Tokio 2020.

En semis, volvió a correr con la misma táctica, valiente, en busca de mejorar su MMP. Se quedó cerca (2:01.52) y aunque no pudo acceder a la final, cerró su participación olímpica en Tokio siendo 18ª y con su segundo mejor registro de siempre. "Corrí más rápido que en la primera carrera, pero a falta de 150 metros me encontré a una atleta que me bloqueó y me cortó el ritmo. No estuve en la final, pero me queda el orgullo de haber hecho mis dos mejores marcas personales en unos Juegos Olímpicos".

No estuve en la final, pero me queda el orgullo de haber hecho mis dos mejores marcas personales en unos Juegos Olímpicos". — Natalia Romero - Atleta jiennense, olímpica en Tokio 2020

Las lesiones: martirio de los últimos tres años

Tras Tokio 2020, la trayectoria de Natalia Romero ha estado marcada por las lesiones, que le han impedido tener continuidad y, sobre todo, disfrutar en el tartán. "Tras los Juegos, en noviembre llegó la primera lesión. Me rompí el isquio. Luego tuve un edema óseo y pasé el Covid-19. En los meses siguientes tuve un problema de rodilla y más recientemente un edema óseo en el sacro. Ha sido un tiempo de frustración constante, de insatisfacción personal y de presión que me han impedido disfrutar del camino".

Natalia Romero posa con los aros olímpicos en la capital nipona.
Natalia Romero posa con los aros olímpicos en la capital nipona.

Esos problemas físicos le han apartado de París 2024, lastrando enormemente su preparación. Sin embargo, reconoce que "habría firmado ir a Tokio 2020 y luego tener tres años malos. El deporte es así". Ahora, a sus 35 años, nos indica que está "en un momento de descanso mental". "Tres temporadas intentando forzar la máquina en vano, quizás son señales de mi cuerpo. Es cierto que la competición a día de hoy supone muchísimo sacrificio. Lo compagino con la Universidad, donde soy IP en un proyecto a nivel nacional. No quiero dejar el atletismo lesionada, pero no sé si hay Natalia para alguna temporada más, es momento de reflexionar y quiero estar segura de lo que voy a hacer".

No quiero dejar el atletismo lesionada, pero no sé si hay Natalia para alguna temporada más, es momento de reflexionar y quiero estar segura de lo que voy a hacer". — Natalia Romero - Atleta jiennense, olímpica en Tokio 2020

Mientras piensa sobre su futuro deportivo, Natalia Romero ha vivido la cita parisina animando al equipo español y rememorando una experiencia única, que supuso el cénit de una trayectoria deportiva de primer nivel dentro del atletismo español.

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