Tejas escritas con deseos para levantar la ermita de Jamilena que construyeron sus abuelos
Provincia
Los habitantes de esta población se unen para volver a ver el templo de La Morenita en pie y gracias a 'Dona tu teja' cada jamilenense aporta la suya con una inscripción personal
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Abraham no llega a los 10 años y ha roto su hucha para ayudar a levantar la antigua ermita de Jamilena, su devoción por La Morenita es tan grande que no podía no ayudar con lo poco que tenía ahorrado. Un sentimiento y una esperanza tan importante que ha unido a todo un pueblo desde el más pequeño al más mayor. Desde antes de la pandemia, los habitantes de esta población luchan por levantar la ermita que construyeron sus abuelos con sus propias manos en 1978 aproximadamente.
Era el sueño de Manoli Jiménez, la impulsora del proyecto para levantar este lugar que quedó abandonado con el paso de los años. Cuando su hija era pequeña le contó que una vez creciera harían algo muy bonito. Y con los años le descubrió el secreto: reconstruir la ermita de la Virgen de la Cabeza y entonces, la llevó a lo alto de la colina donde solo quedan los cimientos del lugar, en el que Manoli, tiene los recuerdos de su infancia y de todo un pueblo.
"Mira, mi madre tiene 91 años y quizás fue de las primeras, sino la primera, que subió y rezaba el rosario, a partir de ahí empezó a subir también más gente. Sabes lo que me dice mi madre: 'Que me de fuerza la Virgen para hacer la ermita'", cuenta Manoli. La capilla, o lo que queda de ella, fue construida con las propias manos de los abuelos de los habitantes de Jamilena. "Antes no tenían dinero para construirla, no había coches ni grúas para nada. Es que lo hicieron con lo poquillo que tenían, con sus manos, subían las piedras y el cemento ellos", expresa.
El punto de encuentro
Los jamilenenses y los lugareños de los pueblos colindantes subían por una calzada empinada a hacer promesas a La Morenita de Jamilena porque Andújar estaba muy lejos, y por entonces no había tantos coches.
"Las personas mayores se juntaron y decidieron qué iban a hacer la ermita, y sin saberlo, construyeron la ermita y la devoción que tiene Jamilena a La Morenita, que es impensable. Todas las familias vinculadas con las ermitas son romeras de los pies a la cabeza", expresa Jiménez. El lugar era un espacio de encuentro donde celebraban la tradicional "merendilla" a las faldas de la ermita, cogían su taleguilla con naranjas, bocadillos y acudían allí para comer, algunas veces las naranjas salían rodando calzada abajo y los más pequeños jugaban a correr detrás de ellas.
"Era muy bonito, es que era el punto de encuentro. La ermita era nuestro móvil. Siempre digo: '¿Estáis vosotros locos perdidos con los móviles?' Pues nosotros estábamos locos perdidos con nuestra ermita. Además, deseando que llegase el domingo después de comer para irnos a la ermita", cuenta la impulsora.
'Dona tu teja'
Los recuerdos le invaden el pecho y su memoria, allí ha vivido importantes momentos de su infancia y juventud, como cuando con sus amigas cuidaban el templo y ofrendaban con flores a la Virgen o cambiaban las velas. Por ello, ha conseguido unir e implicar a toda Jamilena con el proyecto 'Dona tu teja', en el que que cada vecino aporta cinco euros por cada pieza que irá colocada posteriormente en el tejado y con ese donativo, debajo escriben el nombre de la familia que ha donado la teja o el nombre de un niño, un deseo o un agradecimiento.
En 2019 Manoli Jiménez ya inició esta reivindicación con huchas adornadas con pegatinas de la Virgen de la Cabeza de Jamilena para todo el que quisiera participar, a partir de ahí el pueblo sabía que se quería reconstruir. Además, han hecho pulseras, teatro de Semana Santa, por Navidad hicieron pulseras rojas, medallas, y así poco a poco fueron recaudando dinero. "Pero eran cosas de poco valor, y no era suficiente, necesitábamos un empujón", por ello, el Ayuntamiento se ha implicado en la construcción y algunas familias han hecho distintas aportaciones, señala.
"Tenemos que hacer un proyecto, por eso iniciamos la venta de tejas, porque el dinero que teníamos recaudado lo vamos a gastar en el proyecto. Al ser una ermita tiene que estar catalogada en la Junta de Andalucía. Nos pondrían las señales en el pueblo, donde está ubicada la ermita. El constructor ya le ha dado las indicaciones al arquitecto, para que empiece. Y ahí estamos esperando que nos den el proyecto para poder sacar ya la licencia de obra", explica Jiménez.
Así, espera que este año puedan empezar con la reconstrucción para que la ermita sea de nuevo ese punto de encuentro. Además, una familia donó otra Virgen. "Le hemos comprado su pastor, unas ovejas. Y estamos muy ilusionadas y lo que queremos ya ver es la Virgen allí en su camarín y su pastorcillo a su lado cuidándola, para que no le falte de nada", cuenta.
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