TRADICIONES

La Virgen de la Cabeza, una devoción histórica y universal

Corría el año 1227 cuando el pastor Juan Alonso de Rivas presenció la aparición de la Virgen de la Cabeza en los confines de Sierra Morena. Esta manifestación mariana en el paraje del Cabezo y la supuesta intervención divina sobre la parálisis de su brazo izquierdo sembraron la semilla de una devoción que pervive aún hoy, casi 800 años después. La patrona de la ciudad de Andújar ha conseguido traspasar fronteras más allá de nuestra diócesis, tanto que su imagen constituye ya uno de los referentes devocionales del mundo.

La religiosidad popular a menudo ha inducido a las hermandades a exportar el fervor y la gratitud a sus tallas en imágenes vicarias que intentan replicar su modo. Las propias advocaciones marianas funcionan como un enlace entre la pasión y gloria cuyo fin no es otro que orar ante la misma devoción. La Virgen de la Cabeza, por ejemplo, además de las 67 cofradías filiales que portan su nombre, cuenta con algún caso homónimo entre las dolorosas bajo palio (en Sevilla, sin ir más lejos).

Procesión en romería por el cerro del año 2022. Procesión en romería por el cerro del año 2022.

Procesión en romería por el cerro del año 2022. / Alejandro Valle

Aunque la devoción hacia La Morenita está presente en seis de las capitales de nuestra comunidad, todas las provincias cuentan con la presencia de esta antiquísima iconografía a través de sus hermandades filiales, parroquias y pedanías. Ocurren casos paradigmáticos en los que la Virgen de la Cabeza ejerce incluso el patronazgo de localidades como Colomera, Motril, Álora o Cazorla, entre otros rincones. Igualmente, llama poderosamente la atención cómo el canon de una Virgen negra establecido desde sus orígenes por la cofradía matriz se ha diluido en ejemplos concretos, como las imágenes de Rute, Churriana o la propia patrona cazorleña.

Tampoco la frontera natural que supone Sierra Morena ha impedido la difusión por el resto de comunidades de este fervor a la única Rosa de Oro de España. Las oraciones ante la Virgen de la Cabeza, considerada patrona de la montería por su evidente carácter serrano, resuenan en lugares tan remotos como Asturias, Aragón o la capital del país. Queda claro que la religiosidad popular no entiende de acentos cuando se trata de preservar tradiciones tan antiguas como esta veneración de la que ya se hicieron eco Cervantes y los primeros escritos en castellano.

La mayoría de fieles y devotos se dan cita cada año por partida doble en el santuario del Cabezo: cada último domingo de abril para celebrar la romería y la noche del 11 al 12 de agosto para conmemorar su aparición en el término de Andújar. En ambos casos se pone de manifiesto la historicidad de sus costumbres a través de figuras tan emblemáticas como los abanderados o la cuadrilla de anderos que portan en procesión la sagrada imagen por las cumbres de Sierra Morena.

Para hablar de una devoción universal hay que señalar principalmente su valor como fuente de inspiración y reconocimiento en cualquier parte del mundo alejada de su ecosistema. La Virgen de la Cabeza forma parte de esa pequeña selección de iconos marianos nacionales que reciben culto en el extranjero. Naciones como Perú o Brasil cuentan con la presencia de La Morenita en sus parroquias. El pasado 2019, por ejemplo, Río de Janeiro bendecía su Virgem Morena Senhora da Cabeça, una réplica que venía a complementar la ya existente en la iglesia brasileña y algo alejada de su representación habitual.

Bendición de una réplica de la Virgen de la Cabeza en Brasil. Bendición de una réplica de la Virgen de la Cabeza en Brasil.

Bendición de una réplica de la Virgen de la Cabeza en Brasil. / Andújar Peregrina

El fervor a esta talla con 800 años de historia ha sido capaz de cruzar mares y océanos, motivo más que suficiente para que la Santa Sede le otorgase su Rosa de Oro en el 2009. Esta se trata de una distinción católica que sólo posee una veintena de imágenes en todo el mundo, como la Virgen de Fátima (Portugal) o Nuestra Señora de Guadalupe (México). Sea como fuere, los jiennenses podemos apuntar a que esta “aceituna bendita” es la mayor embajadora de nuestra tierra en cualquier parte.

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