Antonio Iñiguez, el escritor e ilustrador de Mengíbar que demuestra que los límites solo existen si te rindes: "Hay que confiar en uno mismo"
Con parálisis cerebral y movilidad muy reducida, acaba de publicar su primer libro, 'Lo que no ves de ti', una historia que reivindica la confianza en uno mismo
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“Soy un chico con parálisis cerebral y sí, aquí estoy”. Así se presenta Antonio Iñiguez, con una mezcla de humildad y determinación que enseguida desarma. Tiene 40 años, es de Mengíbar y acaba de cumplir uno de esos sueños que parecen imposibles con su discapacidad: publicar su primer libro.
Su novela se titula 'Lo que no ves de ti', y en ella da vida a Toni, un joven que, como él, busca su lugar en el mundo mientras aprende a aceptarse, a quererse y a confiar en su propia voz. “Con el libro quiero transmitir que hay que confiar en uno mismo, que lo que no se ve está ahí. Que eres capaz de aportar, aunque no lo veas y a veces pienses que no vales nada. La gente no te ve así”, explica a Jaén Hoy.
Antonio no se considera un escritor profesional, pese a que la escritura forma ya parte de su vida. Todo comenzó cuando empezó a leer 'El club de los incomprendidos', de Blue Jeans donde uno de los personajes quería ser director de cortometrajes y escribía sus propios guiones. "Eso me inspiró, pero yo no tenía ninguna historia que inventar y me preguntaba cómo alguien podía crear una historia desde cero. Entonces, cerré los ojos y pensé en escribir sobre todo lo que a mí me gustaría vivir. Así nació el protagonista de mi novela”, cuenta.
'Lo que no ves de ti' aborda temas como la búsqueda de identidad, los desamores o la orientación sexual: “No quiero hacer spoiler —ríe—, pero Toni empieza con una chica y acaba descubriendo que siente algo diferente”. Iñiguez ya está escribiendo la segunda parte, siempre con esa ilusión de alguien que ha encontrado su camino: “Va a ser una bilogía”.
Pero la escritura no es el único talento de Antonio. El mengibareño también es ilustrador y diseñador, y es que, ya desde bien pequeño, le entusiasmaba dibujar: “Probé a calcar una foto y, a partir de ahí, no he parado". También se dedica a realizar encargos personalizados a mano, aunque reconoce que "últimamente no tengo muchos".
Ese pequeño revés no se debe a falta de talento. Su movilidad es limitada, pero eso no le impide crear: “Una ilustración me puede durar casi una semana, depende de la dificultad, pero dibujo y escribo como todo el mundo”, manifiesta. Usa una tableta como ratón, aunque confiesa que se maneja mejor con el ratón táctil del portátil. Además, Iñiguez jamás ha tenido una inspiración artística ni se ha planteado que pretende conseguir con sus obras: "Solo espero que la gente cuando lo vea sienta satisfacción”.
Publicar el libro tampoco fue sencillo. Sin hacerlo a través de plataformas como Amazon, Iñiguez se las ingenió para distribuirlo en formato digital por su cuenta. “Yo veía muy negro poder publicarlo y venderlo, pero lo he conseguido”, pronuncia con orgullo. Para realizar algún encargo personalizado, la gente contacta con él a través de redes sociales como Instagram, Facebook o TikTok.
Desde su posición, el mensaje para los demás está más que claro: “La vida son dos días y si tienes un sueño, ve a por él porque todo es posible". Antonio Iñiguez es, sin duda, el mejor ejemplo de que el talento, la sensibilidad y la perseverancia no entienden de límites. Su historia —como su libro— recuerda que todo el mundo tiene algo que aportar, aunque a veces no se vea.
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