Tecnología, juego y conciencia digital: el campamento en Jaén que prepara a generaciones futuras

En una mañana cualquiera de este verano, el murmullo de teclados y pantallas no suena como algo rutinario en el Centro Comercial La Loma, sino como una pequeña esperanza de futuro. No hay pupitres tradicionales ni libros de texto abiertos, sino niños y niñas con los ojos brillando frente a tablets, escuchando atentamente a personajes virtuales que les lanzan desafíos, misiones y preguntas que les hacen pensar, colaborar y crear. No es un aula, ni tampoco un videojuego: es algo a medio camino, donde el aprendizaje y la diversión se dan la mano en un entorno digital.

En este entorno se desarrolla el Campamento Digital de Fundación Cibervoluntarios, una iniciativa gratuita que ha encontrado en La Loma no solo un espacio físico, sino un aliado estratégico y comprometido con la comunidad. Andrea Tarraso, coordinadora del proyecto, lo cuenta con entusiasmo: “Es un campamento original, diferente y, sobre todo, divertido”. Dirigido a jóvenes de entre 9 y 17 años, el programa se desarrolla durante todo el verano, combinando tecnología, juego, reflexión y aprendizaje.

La idea surgió, según explica Manuel Fernández, gerente del centro comercial, a través de Carrefour Property, filial inmobiliaria del Grupo Carrefour y gestora de La Loma. “Me ofrecieron la posibilidad hace cosa de un mes. Yo ya conocía la iniciativa por la campaña que están haciendo en televisión y pensé que era una oportunidad magnífica para traerla a Jaén”. Además, añade que, además de ser una propuesta educativa, conecta directamente con los intereses de los jóvenes: “Cada vez se empieza antes con la tecnología y es fundamental que aprendan a usarla con cabeza”.

Lo primero que ven los pequeños al llegar no son libros ni clases teóricas, sino que es una plataforma gamificada que los sumerge en una especie de universo digital con retos y personajes interactivos. No hay lecciones al uso, sino misiones especiales. “Van aprendiendo mientras juegan y no aprenden a usar la tablet o el ordenador en sí porque eso ya lo saben hacer, sino a hacerlo de forma segura y responsable”.

A lo largo de las sesiones, los chicos y chicas aprenden sobre ciberseguridad, fake news, ciberacoso, inteligencia artificial, redes sociales, diseño digital e incluso empleabilidad. Todo se adapta a sus edades, divididas en tres rangos: 9 a 11, 12 a 13 y 14 a 17 años. Con los mayores, por ejemplo, se trabaja el uso responsable de la inteligencia artificial, el hacking ético o cómo crear un currículum online.

“Lo más importante es que entiendan los riesgos y también las oportunidades del mundo digital”, insiste Tarraso. Los participantes aprenden a detectar bulos, identificar delitos de odio en redes y reflexionar sobre su huella. También diseñan carteles con Canva, crean contenido para redes sociales y participan en debates y dinámicas grupales offline. “Queremos que entiendan el equilibrio entre el tiempo de pantalla y el bienestar digital. Que disfruten, pero con conciencia”, resume.

Desde la gestión del centro, la apuesta ha sido también estratégica. Fernández reconoce que el impacto ha sido muy positivo: “Notamos más movimiento en el centro, especialmente por las mañanas. Muchos padres aprovechan para hacer la compra o tomar algo mientras los niños están en el campamento”. Pero, el objetivo va más allá de lo comercial. “Queremos que La Loma sea también un espacio de aprendizaje, de encuentro, de comunidad. No solo un sitio donde comprar, sino un lugar donde vivir experiencias de calidad”, sentencia.

Además, el campamento ofrece al finalizar un título europeo de competencias digitales, algo que ha despertado aún más interés entre las familias. “Pocas veces se da una oportunidad así y menos de forma gratuita”, señala Fernández.