Los conductores que llevan 15 años esperando al tranvía de Jaén: “Nos dejaron tirados”

Se formaron específicamente para el sistema tranviario jiennense y ahora esperan que se cuente con ellos

Cientos de jiennenses disfrutan de la romería de Santa Catalina y la tradición de las sardinas, en imágenes

El tranvía de Jaén y los que iban a ser sus conductores.

Era el año 2010. La ciudad de Jaén se encontraba todavía atravesada por las obras de una infraestructura destinada a cambiarla. Lo que ninguno de los jiennenses podía esperar es que aquel proyecto iba a acabar siendo motivo de vergüenza para la ciudadanía, por culpa de sus representantes, durante década y media. Mientras se terminaba de construir el tranvía de Jaén, hubo un grupo de personas que apostaron por su tierra. Que, en muchos casos, abandonaron sus trabajos y comenzaron una formación para convertirse en conductores del tranvía con la ilusión de participar en la transformación de la ciudad.

Juan Prieto era uno de ellos y hoy en día es el portavoz del colectivo que conforman todos aquellos que trabajaron duro durante meses para prepararse para un trabajo que nunca llegó. “Recuerdo que como no estaban terminadas las infraestructuras estuvimos un mes en paro después de haber terminado los cursos de formación. Las primeras pruebas en blanco no las hicimos nosotros sino gente que tenían ya en plantilla las empresas encargadas”, cuenta este jiennense de 62 años.

Explica que él y sus compañeros recibieron el primer golpe cuando la empresa de autobuses Castillo demandó al Ayuntamiento por competencia desleal al montar pasajeros sin billete en las pruebas del tranvía. “Lo raro fue que el juez les diera la razón. Era la primera vez que pasaba, porque son pruebas necesarias para organizar tiempos y ver el comportamiento de las unidades y cómo responden a las características de la ciudad”, continúa en su relato Juan Prieto.

Posteriormente, llegó el cambio de color político en la Alcaldía de Jaén y empezó el calvario administrativo para un proyecto que aún hoy debería ser motivo de sonrojo para los protagonistas políticos de aquel entonces. “Íbamos todos con mucha ilusión. Era un proyecto nuevo para Jaén y se nos vino abajo todo de golpe”, aclara este jiennense, que fue uno de los 41 que se formaron para ser conductores. A ellos les acompañaron otras 10 personas que recibieron instrucción para convertirse en operadores de sala. Todos ellos con formación específica para el sistema tranviario jiennense.

“Se suspendió la formación y se pusieron sacos en el interior de los tranvías para seguir probándolos. Nosotros quedamos a la expectativa, esperábamos que nos ofrecieran alguna salida o alguna solución, pero nunca llegó. Fue entonces cuando nos dijeron que si no hacíamos las pruebas finales en el plazo de un año se daba como nula la formación, por lo que en una semana hicimos pruebas individuales y exámenes en la Universidad de Jaén. Había el compromiso de que se contrataría como mínimo al 60 por ciento de los que nos formamos y por un plazo de al menos seis meses, pero aquello quedó en nada”, expone el portavoz de los que iban a ser los primeros conductores del tranvía de Jaén, que actualmente se encuentra en paro y espera que la Junta de Andalucía esta vez sí cumpla con el compromiso de contar con ellos cuando el tranvía eche a andar.

Probaron en Granada

Actualmente Juan Prieto se encuentra en el paro y es que los siguientes no fueron años sencillos para la mayoría de ellos. Una veintena se presentaron a los pocos meses a las pruebas para ser conductores del tranvía de Granada, que sí se puso en marcha en el plazo adecuado, pero ninguno de ellos recibió plaza.

Apostamos mucho por algo que no se dio

Manuel Valero conoce a varios de los que lo intentaron, aunque no fue su caso. Actualmente, trabaja en la instalación de placas solares pero especifica que en 2010 dejó una empresa en la que estaba “muy bien” por la ilusión de conducir el tranvía de Jaén. “Hubo más como yo. Apostamos mucho por algo que no se dio. A mí siempre me ha encantado el tema de los trenes y me he dedicado al transporte. De hecho siempre enseño mi título orgulloso, pero ya no tengo esperanza. No creo que se acuerden de nosotros, no tenemos ninguna información”, asegura.

También recuerda que hace 15 años la Junta de Andalucía hizo un esfuerzo económico nada desdeñable en su formación y confiesa que, si las condiciones son las adecuadas, está seguro de que él y muchos de sus compañeros recibirían con agrado la llamada de las instituciones para incorporarse a sus puestos en el tranvía. “La gente tiene muchas ganas”, aclara.

Le da la razón José Jiménez, quien también deja claro que sólo dejaría su actual trabajo en un taller de cerrajería por unas condiciones laborales “estables y a la altura”. A sus 61 años rememora cómo se tuvo que “buscar la vida” cuando les dijeron que el tranvía no se pondría en marcha. “Me acuerdo de que cuando empezaron a construir el tranvía para mí fue una ilusión. Me gustaba la idea de que mi ciudad lo tuviera y que estuviéramos orgullosos de él. Por eso fue un palo muy gordo. Era un trabajo con unas buenas perspectivas y yo tuve la suerte de que me fui al paro pero hubo otros que no tenían ni eso. Nos lo dijeron sin anestesia: esto es lo que hay y se acabó”, cuenta sobre su experiencia antes de sentenciar: “No voy a poner la mano en el fuego otra vez porque fueron meses de apuesta y mira como acabó todo”.

Al igual que su compañero, Antonio Requena también echó en falta que las administraciones se implicasen a la hora de ofrecerles una solución. A sus 55 años, él es uno de los siete hombres que se formaron para ser conductores del tranvía de Jaén y que posteriormente acabaron siéndolo del autobús urbano de la capital, primero en Castillo y ahora en Alsa, que es precisamente la empresa mejor posicionada para hacerse con el servicio de explotación del tranvía de Jaén cuando se ponga en marcha.

“A mí me encantaría que me llamaran. Tenía devoción por el proyecto e incluso dejé mi trabajo para hacer aquella formación. Cuando nos dejaron tirados abrí un bar y después encontré este puesto”, confiesa en declaraciones a Jaén Hoy. Requena es optimista en cuanto a la puesta en marcha del sistema tranviario y cree que la clave en que su uso por parte de la ciudadanía sea un éxito reside en que exista la posibilidad de usar un mismo billete para el tranvía y el autobús. Sea en uno u otro, él seguirá prestando un servicio a la ciudadanía para el que muchos de ellos se formaron para después ver cómo las administraciones les traicionaban a ellos y a los jiennenses.

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