El conflicto por las granjas sigue dividiendo a Campillo del Río: vecinos denuncian malos olores y riesgos ambientales
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La iniciativa enfrenta a quienes la defienden como motor económico con aquellos que alertan de un modelo de desarrollo insostenible
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En un pueblo de Jaén donde las casas blancas se alinean en calles silenciosas y el campo debería oler a tierra húmeda, el aire huele a purín y crispación. La pedanía de Torreblascopedro de Campillo del Río lleva años viviendo una situación compleja debido a la instalación de una granja porcina a menos de dos kilómetros del núcleo urbano, promovida por un vecino. Frente al beneficio económico, se encuentran las quejas de la Plataforma Campillo-Vados libres de Granjas Intensivas, quienes denuncian que todo ha empeorado con la llegada de las altas temperaturas.
Silvia Martínez, miembro de la plataforma y una de las voces más activas, lamenta que se han convertido en una carga insostenible para los vecinos: "Cuando el viento viene desde donde se encuentra la granja no se puede ni abrir la ventana, el olor entra dentro y es horrible". En este sentido, critica que, a pleno sol, las cubas permanecen en plena calle, emanando "un hedor que invade a todo el pueblo".
Una de las principales causas de la tensión en Campillo del Río es la intención de montar otras nuevas, en concreto una de aves y otra de cerdos. El promotor de la primera de estas dos, Sebastián Martín, admite lo que puede parecer obvio y no niega el punto de que las granjas pueden oler. "No digo que no haya, con el viento y las mareas hay ocasiones donde el olor llega, pero no es como lo están pintando que parece que no se pudiese vivir ni salir a la calle. El pueblo sigue lleno por las noches, la piscina también, vienen desde Linares y Jaén a nuestro campo de fútbol. Si fuese insoportable, eso no pasaría", detalla.
Con respecto al uso de los purines, Martín, quién actualmente trabaja en el sector de la agricultura, expresa que, gracias a este abono han incrementado en un 30% la producción y que, aunque desapareciera la granja, los seguirían empleando: "El campo los necesita, hay vecinos trayendo purines de oveja o de pavos desde otros municipios como Mancha Real, Puente del Obispo o Vilches". Frente a ello, Martínez manifiesta que, tras la visita de un técnico, determinó que la zona es especialmente vulnerable a los altos niveles de nitratos. "Nos encontramos justo al lado del Guadalquivir, ¿cómo puede permitirse eso?", señala.
Esa es la pregunta más sonada por ambas partes. Y es que el pasado mes de abril, tras recibir varias alegaciones, el Ayuntamiento denegó la autorización para la creación de la nueva granja porcina. Sin embargo, el promotor no se rindió y llevó el caso a los tribunales en un juicio cuya resolución salió favorable para esta plataforma, pero se recurrió al resultado y continúa la batalla legal. "Todo el proyecto está en regla, tengo los permisos de Sanidad, de la Junta, de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y pienso llegar hasta el final porque la ley me lo permite", manifiesta Martín. En este contexto, Martínez siempre ha precisado que el problema "no es en ningún caso personal", sino a las consecuencias de esta actividad económica: "Ellos pueden cumplir con la ley, pero es que entonces quizás hay que cambiar la legislación porque no somos el único pueblo de España que está denunciando esto".
Ninguno de los dos ignora el desgaste ni la tensión que se respira en cada conversación cruzada. En un pueblo de poco más de 400 habitantes donde todos se conocen, posicionarse comienza a ser un riesgo a perder salud, relaciones con el resto de vecinos o la tranquilidad cotidiana y, sin embargo, ambos afirman que continuarán defendiendo lo que creen que es correcto. Martín siempre ha lanzado un mensaje en pro de la conciliación: "Invito a todo el que quiera a ir conmigo a una granja con las mismas características que la que yo quiero montar y, si me demuestran que va a perjudicar al pueblo, yo me retiro". Pese a ello, para Martínez el mensaje ya está más que claro: "No queremos granjas en Campillo, ya tenemos una y hemos visto todo lo que conlleva".
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