Décadas cuidando las alas blancas de Jaén: pueblos y custodios al servicio de las cigüeñas

Provincia

Un grupo de jóvenes en los 70 el que se encargó poco a poco de identificar y monitorizar los nidos para analizar dónde aparecían o desaparecían y cuáles eran las causas de estas variaciones

La fortaleza olvidada de Jaén capital: “Su valor es impresionante”

Juan Manuel Miguel realizando un anillamiento y en la imagen de la izquierda el equipo de cigüeñas de 1988: Los hermanos Lerida, Juan Manuel Miguel y Bernardo Martín.
Juan Manuel Miguel realizando un anillamiento y en la imagen de la izquierda el equipo de cigüeñas de 1988: Los hermanos Lerida, Juan Manuel Miguel y Bernardo Martín.

Son sinónimo de buena suerte, vienen con la primavera y a veces con un regalo (o eso dice el dicho popular). Las cigüeñas llevan parando en una zona muy marcada de la provincia de Jaén durante siglos, aunque desde los años 70 unos guardianes se han encargado de que su número no se reduzca y les sea cada vez más fácil poner el nido, que sus pollos puedan crecer sanos y que sea un lugar habitual para ellas porque aunque su vuelo no sea imponente los beneficios son muchos.

Desde finales de los años 80, en la provincia de Jaén se ha desarrollado una labor persistente para conservar la cigüeña blanca, gracias al trabajo del Grupo de Anillamiento Científico Erithacus Sur. Este esfuerzo conjunto entre científicos, autoridades locales y la ciudadanía busca no solo controlar y seguir la evolución de la población, sino también mitigar los riesgos y amenazas para estas aves.

Fue un grupo de jóvenes el que se encargó poco a poco de identificar y monitorizar los nidos de cigüeñas para analizar dónde aparecían o desaparecían y cuáles eran las causas de estas variaciones. Entre 1988 y 1990 comenzaron los primeros anillamientos en Jaén, pero entonces solo se usaban anillas metálicas oficiales, difíciles de leer a distancia, lo que complicaba su seguimiento.

La introducción de anillas de PVC, visibles desde lejos, fue un avance fundamental. No obstante, para mediados de los 80 la población estaba muy mermada. El principal responsable de los anillamientos de Erithacus, Juan Manuel Miguel, cuenta a Jaén Hoy que en 1984 apenas quedaban dos nidos activos en toda la provincia. Fue gracias a las conversaciones con párrocos, colectivos y vecinos como se logró que los nidos reaparecieran en zonas donde antes habían desaparecido, alcanzando unos diez nidos, un logro relevante para entonces.

Si se mira con perspectiva, el salgo ha sido gigantesco. En 2012 se retomó con fuerza el anillamiento de todos los nidos posibles en Jaén cada año. Actualmente, la provincia cuenta con unas 50 plataformas de nidos, de los cuales 44 han tenido actividad este año. Pero no todos los nidos tienen éxito reproductor, ya que en algunos casos los huevos no eclosionan o los pollos no sobreviven hasta volar.

Anillamiento en Marmolejo.
Anillamiento en Marmolejo.

"Uno de los mayores problemas detectados es la muerte de muchos pollos debido a materiales humanos mal gestionados. Durante años, el seguimiento ha revelado que las cuerdas de rafia, son llevadas por las cigüeñas a los nidos, confundidas con materiales naturales. Estas cuerdas pueden estrangular a los pollos o atarles las patas, causando gangrena o la muerte", explica Miguel.

Además, en las limpiezas periódicas de los nidos se retiran plásticos, ropa desechada (camisetas, guantes de látex, gorras, tangas, sujetadores), y otros materiales que pueden dañar los huevos o a las crías. Los plásticos, por ejemplo, acumulan agua, aumentando la humedad y afectando a los nacimientos de los huevos. Las gomas elásticas amenaza para las aves, procedentes de embalajes o cajas, las cigüeñas adultas los confunden con lombrices y se las dan a las crías, que no pueden vomitarlas, formando bolas en sus estómagos que impiden la alimentación, lo que provoca su muerte por hambre. Estas muertes por ataduras o ingestión de materiales alcanzan aproximadamente un 20% anual.

Otra causa importante de mortalidad es la electrocución en tendidos eléctricos. Antes de 2012, la falta de aisladores adecuados hacía que muchos polluelos murieran poco después de abandonar el nido. Desde entonces, tras conversaciones con la compañía Endesa y la instalación de aisladores, la tasa de muertes por electrocución ha disminuido del 20% al 7%, aunque sigue siendo un peligro importante.

"El declive de la población de cigüeñas en Jaén no se debe solo a los riesgos actuales, sino también a problemas históricos vinculados al uso indiscriminado de productos químicos en el campo. Insecticidas y herbicidas usados sin control durante décadas afectaron a la fauna local, contaminando incluso fuentes de agua cuando las cubas de fitosanitarios eran limpiadas en charcas naturales", explica Miguel.

Anillamiento en Andújar.
Anillamiento en Andújar.

Con la llegada de leyes ambientales en los años 80 se comenzó a regular el uso de estos productos, aunque persisten prácticas ilegales. Hoy, aunque los productos actuales son menos tóxicos, siguen afectando a los insectos que forman parte de la dieta de las cigüeñas.

La conservación de la cigüeña en Jaén ha ganado impulso gracias a la implicación de muchos pueblos. Durante el anillamiento de nidos, que se coordina con policía y bomberos para la seguridad, se convoca a los vecinos a través de ayuntamientos, asociaciones y colegios. Se explica la importancia del proceso y se sensibiliza sobre cómo las acciones humanas pueden ayudar o perjudicar a estas aves y al medio ambiente en general.

En pueblos como Espeluy, Carboneros o Marmolejo, existen “guardianes” que vigilan los nidos y alertan ante cualquier problema. Este contacto directo con la naturaleza se ha convertido en una herramienta clave para prevenir accidentes y fomentar el respeto hacia la biodiversidad.

"Las charlas y actividades con vecinos amplifican el mensaje, llegando a profesores, asociaciones, colectivos y agricultores, lo que resulta especialmente importante en una provincia eminentemente agrícola como Jaén. Cuando la gente comprende que el abandono de cuerdas, plásticos y otros residuos afecta directamente a las cigüeñas, se crea una red de apoyo activa y eficaz", expresa Miguel.

Más allá de su belleza, las cigüeñas aportan beneficios esenciales al ecosistema y la agricultura local. "Son aliadas naturales en el control de plagas como los topillos, que dañan raíces y cultivos, y reducen la necesidad de productos fitosanitarios tóxicos, evitando así la contaminación ambiental y protegiendo la salud humana", afirma el coordinador de Erithacus.

También limpian ecosistemas acuáticos al alimentarse de peces y anfibios muertos, ayudando a mantener ríos y charcas libres de descomposición. Al cazar lagartos y culebras, contribuyen al equilibrio natural, y al alimentarse de crías débiles, participan en el proceso de selección natural que fortalece a las especies.

Anillamiento de cigüeña.
Anillamiento de cigüeña.

Cómo ha cambiado la migración

Tradicionalmente, las cigüeñas migraban en primavera para criar y se desplazaban a África en septiembre, atravesando el Sahara. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un cambio significativo: muchas permanecen en la Península Ibérica durante el invierno, incluso en zonas con condiciones climáticas duras.

Este cambio no se debe principalmente al cambio climático, sino a factores sociales, tal y como explica el coordinador de los anillamientos Erithacus: "El éxodo rural y la urbanización modificaron las fuentes de alimento: las cigüeñas ya no dependen tanto de los restos de animales domésticos en las casas, sino que aprovechan vertederos con abundancia de comida como restos de pollo, pescado y carne, evitando viajes largos y peligrosos. Este fenómeno ha alterado las rutas migratorias, acortándolas o suprimiendo la travesía del Sahara para muchas cigüeñas que ahora prefieren quedarse donde el alimento es más accesible".

Hoy, Jaén mantiene unos 50 nidos con 44 nidos activos. Aunque la provincia no es un territorio ideal para la especie, que prefiere zonas más gregarias y con mayor densidad de nidos como Córdoba, la población se mantiene estable gracias a la cría de parejas reproductoras jóvenes. Las cigüeñas en Jaén se concentran principalmente en la franja de Sierra Morena y el Valle del Guadalquivir, desde Marmolejo hasta el Arroyo del Ojanco, con focos activos en Linares y alrededores.

stats