La escritora jiennense Mar Horno denuncia ser víctima de plagio: "Es descarado"

Cultura

La autora pide a la organización del certamen de microrrelato Cardenal Mendoza que retire la obra ganadora por las coincidencias temáticas y sintácticas con un texto con el que la tosiriana quedó tercera en el concurso nacional Relatos en Cadena en 2013

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La escritora tosiriana Mar Horno
La escritora tosiriana Mar Horno

Jaén/La escritora tosiriana Mar Horno, de dilatada y archipremiada trayectoria en el género del microrrelato, ha denunciado públicamente un presunto caso de plagio de uno de sus más conocidos textos. “No sé si indignarme o sentirme orgullosa de que me plagien. El relato ganador del Certamen de microrrelato Cardenal Mendoza, llamado Amada mamá, es mi querido relato Locura familiar. Espero rectificación”, escribió la autora en su perfil de Facebook este viernes.

Las bodegas Sánchez Romate, de Jerez de la Frontera, convocaron a finales de septiembre la decimotercera edición de su Certamen Internacional de Microrrelatos, bautizado con la marca de brandy Cardenal Mendoza. El suculento primer premio estaba dotado con 2.000 euros, una botella del brandy en cuestión y una caja de vinos de Jerez Sánchez Romate. La organización hizo público este viernes el fallo del jurado, presidido por Mauricio Gil Cano e integrado por Josefa Parra Ramos, directora de la Fundación Caballero Bonald; Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier, doctora en Literatura Española; José López Romero, catedrático de Lengua y Literatura, y Francisco Javier Requejo Bohórquez, consejero delegado de Sánchez Romate. El ganador del concurso es Salvador Vaquero Montesino, abogado extremeño que ha publicado varias novelas y ha ganado diversos premios literarios. Más de cuarenta, según han resaltado varios medios en los últimos días.

El microrrelato premiado se titula, en efecto, Amada mamá, y puede leerse en la web de Cardenal Mendoza. En el texto se describe una escena familiar en la que el narrador, su hermano y su padre están concentrados en sus respectivas tareas. De repente, la abuela se eleva, “convirtiéndose en un remolino de hojas”, hasta que se posa “sobre la rama más alta del nogal”. El microrrelato concluye como sigue: “Le repito a papá que deberíamos hacer algo. Él me mira con dulzura y responde: ¿Acaso no eres tú escritor? Déjala a ella que sea viento”.

La propia Mar Horno compartió, en otro post de Facebook, un pantallazo de este texto junto al suyo, Locura familiar, que la tosiriana escribió en 2013 y que fue reconocido con el tercer premio nacional de la conocida iniciativa Relatos en cadena, de la Cadena Ser y la Escuela de Escritores. En el micro, Horno describe una escena familiar en la que la narradora, su hermana y una tal Cándida están concentrados en sus respectivas tareas. De repente, se oye “un trino largo, un gorjeo maravilloso, quiebros imposibles, floreos, cascabeles”, y, “como todas las mañanas”, la madre sale “volando por la ventana”. El texto concluye como sigue: “Volverá al atardecer para dormir en el perchero del dormitorio. Yo quería internarla pero papá fue categórico: -¿Acaso no quieres ser tú poeta? Déjala a ella que sea pájaro”.

A la izquierda, el microrrelato de Mar Horno, publicado en 2013; a la derecha, el texto ganador del certamen Cardenal Mendoza este año
A la izquierda, el microrrelato de Mar Horno, publicado en 2013; a la derecha, el texto ganador del certamen Cardenal Mendoza este año

El mundo del microrrelato se moviliza

“Es un calco descarado”, lamenta Horno en conversación con Jaén Hoy. La escritora explica que le ha sorprendido que esta situación se haya dado en un concurso de cierto prestigio como este, al que ella misma se ha presentado en varias ocasiones, y con un jurado académico y con experiencia literaria: “Todos nos inspiramos en otros libros, en otros micros, en otros autores… Es normal que se repitan ideas. Pero que coincidan el tema y, además, la sintaxis…” Según la tosiriana, fueron varios compañeros microrrelatistas los que le alertaron de que el texto ganador del reciente concurso se parecía ‘demasiado’ al suyo, muy conocido en el ámbito del microrrelato y que, además, está incluido en el libro recopilatorio Náufragos del océano Índigo, que Horno publicó en 2022.

Eso, el hecho de que el presunto plagio se haya perpetrado contra una microficción de sobra conocida desde hace más de una década, es una de las circunstancias que más extraña a la autora jiennense. Sea como fuere, lo cierto es que el mismo viernes trató de ponerse en contacto con la organización del concurso tanto por teléfono como por correo electrónico para pedir que se retire del certamen el microrrelato ganador. Lo que, por el momento, ha conseguido es movilizar a decenas de compañeros microrrelatistas para que denuncien la situación a través de las redes sociales. “Si hay que presentar pruebas, las tengo de sobra. Además, la Escuela de Escritores se ha ofrecido a proporcionarme documentación si fuera necesario. Pero, hasta que no me contesten, lo único que me queda es el pataleo en redes”, explica antes de apuntar que no descarta emprender acciones legales, si fuera necesario.

Finalista nacional con su primera novela

En cualquier caso, Horno asegura que esta situación no empaña en absoluto la satisfacción por que su primera novela, La máquina traductora de sueños, se haya quedado a las puertas de ganar el Premio de Literatura Infantil Hortensia Roig. “La alegría está intacta. Ha sido impactante quedar finalista de un premio así”, afirma.

Tras catorce años cultivando el género del microrrelato, la tosiriana, documentalista audiovisual de profesión, decidió afrontar el reto de escribir una novela: “Nació de un microrrelato que se me quedaba corto. Necesitaba más páginas para contar todo lo que quería. Empecé a probar, como si fuese un experimento, para ver si salía un relato corto, y al final seguí y seguí escribiendo durante dos años”. La idea final para cerrar el texto le llegó, dice, cuando leyó las bases del concurso.

El resultado fue, según la propia Horno, un libro “bonito e imaginario” que sigue la línea sus microficciones en tanto en cuanto tiene toques de surrealismo y realismo mágico. Ahora queda lo más difícil: conseguir publicarlo. “Plataforma Editorial tiene una opción preferente durante tres meses para publicar cualquiera de las obras finalistas. Yo me he puesto en contacto con ellos para pedirles que, si no van a ejercerlo, me lo digan, y así empezar yo misma a mover el libro”, explica.

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