La feria del ganado, el Santo Rostro y la epidemia de 1805 que inició el rumbo al actual San Lucas
Durante siglos, la feria de agosto fue la principal, pero una peste obligó a suspender las fiesta “hasta pasado el mes de septiembre”
Un repaso por los carteles de la Feria de San Lucas: de 1930 a los 2000
Cada octubre, el día 17 Jaén se viste de farolillos, música y bullicio para celebrar el día grande de la Feria de San Lucas. Pero detrás de la música alta que se puede sentir por todo el recinto, las luces led el ruido de las atracciones, las enormes casetas de comida y mucha bebida, hace seis siglos comenzó germen de la actual feria cuando el olor a ganado por el empedrado casco histórico de la capital del Santo Reino era lo tradicional. Una historia que, como explica Alejandro Romero, archivista del Archivo Municipal de Jaén, está llena de documentos, fechas, epidemias y decisiones que iniciaron el destino de una de las citas más queridas por los jiennenses.
“No está muy claro lo que es el origen en sí de la feria”, explica Romero. “Algunas personas dicen que la creó por un privilegio del rey Juan II. Sí sabemos que existe un origen antiguo que era la Feria de Agosto, una feria de ganado donde se exponía el Santo Rostro y que se celebraba en el casco antiguo”, aprecia Romero. El Archivo Municipal guarda en sus documentos ya desgastados por el tiempo, actas, facturas y órdenes con una caligrafía casi indescifrable de cómo vivían los jiennenses la feria.
Según los documentos conservados, la primitiva feria de Jaén se celebraba en torno al 15 de agosto, coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de la Asunción. Su finalidad era eminentemente económica, era una feria de ganado donde se comerciaba también con cereales, frutas, cerámica, esparto, arreos para las caballerías, ropas o calderería.
Romero detalla que hay un documento en el archivo de Simancas, de 1453, donde el Concejo de Jaén solicita que se incrementen cinco días más esa feria. "Seguramente la primera referencia que tenemos es de 1441, con una ordenanza que permitía a la gente poner sus mercancías en el mercado durante la fiesta de Santa María de agosto, y prohibía vender en las casas o tiendas particulares”. Esto, señala el archivista, demuestra que en agosto se celebraba ya una feria de ganado importante.
La epidemia que inició el cambio
Durante siglos, la feria de agosto fue la principal. Pero un hecho concreto cambió su rumbo. En 1805, el Marqués de Solana ordenó suspender las ferias “hasta pasado el mes de septiembre”, debido a una epidemia. El Ayuntamiento, según consta en las actas municipales, acordó celebrar en su lugar una feria de ganado los días 17 y 18 de octubre. “Ahí se produce un antes y un después”, explica Romero. “La feria de agosto no se puede celebrar y se celebra en octubre. A partir de aquí se empieza a desarrollar más la feria de octubre y empieza a perder importancia la de agosto”, detalla.
En 1918 ocurrió algo similar, otra epidemia obligó a suspender la feria de octubre, según recogen las actas de la junta de sanidad. “A partir del siglo XIX ya hay muchísima documentación”, señala Romero. “En ese momento empieza a crecer lo que era la pequeña feria de octubre y se convierte en la principal feria de ganado. Hubo un tiempo en que convivieron las dos ferias, pero la de octubre fue cobrando cada vez más importancia. Ya en el siglo XX desaparece la de agosto”, explica.
El Archivo Municipal conserva expedientes y bandos que reflejan la evolución de la feria. En 1852, por ejemplo, se encuentra un expediente de subasta para arrendar los puestos de la feria. Duraba tres días: el 18, 19 y 20 de octubre. El documento indica: "Para una mejor celebración de la feria que tendrá lugar en la ciudad durante los días 18,19 y 20 se ha dispuesto la colocación de las tiendas, de los géneros y efectos de todas clases, así como el abastecimiento de los teatros ambulantes en los sitios que se han designado por la Diputación".
En 1886 se registran contratos para la instalación de casetas y puestos tanto en las ferias de agosto como de octubre. “El contratista debía construir al menos doce casillas en cada lado y un pabellón para el Ayuntamiento. Por una caseta se pagaban 15 pesetas, igual que por un puesto al aire libre, mientras que las instalaciones particulares para bailes, cafés o confiterías pagaban 6 pesetas por metro cuadrado cuando no excedían los diez metros”, detalla el archivista.
Primeras programaciones "Feria de San Lucas"
También hay constancia de la exposición provincial de ganado de 1891, celebrada en la Alameda, con premios para el ganado caballar, vacuno, asnal, cabrío, de cerdos, perros y aves de corral. Ya en 1900, la feria se extendía del 17 al 21 de octubre. Y en 1909 aparece por primera vez en los programas oficiales el nombre de Feria de San Lucas. “En ese documento se habla de iluminaciones, fuegos artificiales, globos, concursos de escaparates, fútbol regional, bailes en el Casino Primitivo y concursos de tiro”, señala Romero.
El siglo XX trajo consigo nuevos escenarios y transformaciones. En 1902, la feria vivió un momento histórico con la llegada de la luz eléctrica y la primera cabalgata de gigantes y cabezudos, organizada con motivo de la mayoría de edad del rey Alfonso XIII. En 1942 se incorporaron concursos hípicos, juegos florales, conciertos de bandas, teatro, exposiciones de arte y atracciones populares como el mítico Lagarto de Jaén.
Hoy, la Feria de San Lucas aunque el ganado ya no sea el protagonista, el ambiente festivo sigue siendo fiel a su esencia. “La feria era de ganado y poco a poco se introdujo el ocio”, resume Alejandro Romero. “En el siglo XIX se celebraba en el centro, en la Plaza de la Constitución, y con el tiempo fue creciendo hasta convertirse en lo que hoy conocemos. Los documentos incluso muestran que, en 1920, tras pagar a los trabajadores y policías del Ayuntamiento, la feria de octubre dejaba un beneficio de 252 pesetas”, explica Romero.
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