Quejío, toque, cante, baile, y mucho sentimiento, son parte de la expresión artística que brota del flamenco. Hoy 16 de noviembre se celebra el Día Internacional del Flamenco, incluido en 2010 por la Unesco en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Enraizado en Andalucía desde aproximadamente el siglo XVIII, este arte, que es seña de identidad del país, traspasa las fronteras y es reconocido en cualquier punto del mundo.
En un día donde las palmas, las cuerdas de guitarra, el palmeo al cajón resuenan con más ímpetu; y los volantes y movimientos de manos y pies se mueven en todo el mundo. La capital jiennense hará gala de este día tan importante con actuaciones a partir de las 18:00 horas en la Plaza de Santa María frente a la Catedral de Jaén.
Junto con el resto de capitales andaluzas Jaén se suma a la 'Llamada al Flamenco' de la Junta de Andalucía, con una actuación de la cantaora Alba Martos en el balcón del Ayuntamiento, también acogerá posteriormente dos actuaciones más de la Escuela de Arte El Tabanco y el Conservatorio superior de Música de Jaén. La concejal de Cultura, María Espejo anunció que las alumnas de la Escuela de Arte El Tabanco ofrecerán un espectáculo de exhibición flamenca que será el preludio para el arranque del V Festival Internacional de Flamenco, enmarcado en el Festival de Otoño de Jaén
"El flamenco está tan o más vivo que hace 60 años"
Gracias a la danza, el cante flamenco toma forma, presencia y expresión. Una no se podría entender sin la otra. "El flamenco está tan o más vivo que hace 60 años porque es más internacional", cuenta uno de los fundadores de la Escuela de Arte El Tabanco, Antonio Chica (Antonio El Tabanco).
Alrededor de 90 alumnos acuden semanalmente a esta escuela de flamenco jiennense a aprender y disfrutar del arte, aunque es cierto que la pandemia dejó una cicatriz porque disminuyó el número de estudiantes. "En 2019 rondábamos los 130 alumnos, pero ahora parece que estamos remontando", cuenta Antonio El Tabanco.
El bailaor, que ha actuado en escenarios de prácticamente de todos los continentes del mundo, desde el teatro nacional de Taipéi, pasando por Café Berlín, hasta diferentes tablaos en suelo español, decidió en 2015 de la mano de Erica Silva fundar un lugar para el flamenco en su tierra. "Yo soy de Jaén, crecí aquí y me fui con 20 años a Sevilla. Cuando llegué a mi madurez artística me di cuenta que en Jaén que no había una escuela de flamenco donde se pudiera formar mi gente", explica.
La satisfacción de enseñar
Su día a día y vida es enseñar a bailar flamenco, otra manera de la que aprende, se busca, encuentra y analiza a través de sus alumnos. "La satisfacción de ver como los alumnos bailan y disfrutan es lo más bonito", expresa Antonio El Tabanco.
La pasión por el flamenco es la llave para conocer los compás sobre los que se mueve, así como los palos, y poder desarrollarse como bailaor o guitarrista. "En el caso del baile el hándicap del flamenco es sostenerse sobre los pies mientras estas zapateando. El único secreto, estudiar la técnica y tenerla tan bien asimilada para poder olvidarla y solo estar pendiente de expresar". "El flamenco es emoción pura, no hay otra definición del flamenco que no sea emoción pura", señala.
En Jaén las nuevas generaciones de bailaores apuntan fuerte, desde 2015 que abrió la escuela tienen una "buena cantera", además, se suma el trabajo de otras escuelas de la provincia. "Vienen "nuevas generaciones de cante, de baile y de guitarra que creemos que puede haber un futuro aquí".
Traspaso de fronteras
Tras cruzar las fronteras, el flamenco, tomó una relevancia importante en otros países, donde se ha ganado una gran afición. "El flamenco gusta más fuera de España en algunos sitios, como por ejemplo Japón, Estados Unidos o Latinoamérica, donde hay más escuelas de flamenco que en toda España", explica el bailaor jiennense.
En este día el artista que se le de el valor que se merece en el ámbito institucional y que se apoye a los profesionales de su gremio. "Quien hace el flamenco es el artista que se tira toda su vida estudiándolo, nunca termina de aprender y sin artistas no hay flamenco, sobre todo que cuiden a los artistas que son los que hacen el flamenco", concluye.
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