El historiador José Carlos Gutiérrez descubre el árbol genealógico de todo un pueblo

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El cronista de un municipio de Jaén elabora un estudio en el que indaga los lazos familiares y apellidos más comunes entre los vecinos

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El cronista de Jamilena, José Carlos Gutiérrez, junto a su último trabajo.
El cronista de Jamilena, José Carlos Gutiérrez, junto a su último trabajo.

Jamilena/Preguntarse de dónde venimos es una cuestión inherente al ser humano, sobre todo al que con curiosidad acude al pasado para encontrar respuestas. José Carlos Gutiérrez, como cronista de Jamilena, conoce bien lo que es indagar en los censos y documentos con cierta antigüedad y lo que empezó hace 25 años como una genealogía particular ha acabado por destapar una buena parte de la historia de este pequeño municipio jiennense.

Aunque su interés original surgió a raíz de querer conocer las historias familiares de sus bisabuelos, pronto descubrió que “no solo podía abarcar mi propio pasado familiar”. Así, con la ventaja de ser historiador y acudir con frecuencia a los archivos de toda clase, Gutiérrez empezó a componer el árbol genealógico de todo su pueblo. Y menuda afrenta.

De este estudio extensivo durante los últimos años ha surgido el primer tomo de su compendio ‘Familias de Jamilena: Breve estudio de los apellidos más comunes’, en el que desglosa brevemente el recorrido de numerosos apellidos locales: concretamente desde Anguita a Jiménez. El segundo volumen, que reunirá alfabéticamente aquellos que van desde la L a la V, espera ver la luz a finales de año.

Al rescate de los archivos

No cabe duda de que un trabajo de estas características requiere paciencia y un interés constante por reunir toda la documentación necesaria. “Teníamos un gran problema en este sentido, ya que la mayoría de archivos se han perdido a causa de diferentes conflictos y eso dificulta muchísimo la tarea”, comenta. No obstante, Gutiérrez ha sabido sortear cada inconveniente para salir airoso.

Al respecto, este cronista menciona cómo el propio archivo parroquial de Jamilena comienza sus registros desde 1910 hasta la actualidad, mientras que el municipal abarca desde 1924 en adelante. “Algunas cofradías incluso no tenían ni documentación”, añade.

Afortunadamente, otras localidades cercanas como Los Villares o Torredonjimeno, a cuyo origen responden muchos apellidos actuales, sí que contaban con archivos. “Así era más fácil componer ese árbol y subir generación tras generación”. Y en esa investigación por desvelar la memoria de todos estos antepasados, Gutiérrez también ha hecho lo posible por tratar de reseñar algunas personalidades destacadas como políticos, militares, jueces o presbíteros.

Una gran familia

Dentro del bagaje histórico que atesora cada pueblo, los apellidos son también un patrimonio singular que explican muchos de los lazos familiares que se extienden hasta el presente. “Hay apellidos que se establecen en un sitio y por temas de migración o descendencia se quedan asentados en ese lugar”, explica el historiador. Este es el caso de Liébana, uno de los más habituales entre los vecinos y vecinas de Jamilena. En realidad, “cada pueblo tiene su apellido en la comarca: Moral en Torredelcampo, Carpio y Cámara den Torredonjimeno o Chamorro en Martos”, enumera.

Sin embargo, esto no siempre ha sido así. “Hay apellidos muy característicos en el siglo XVII, como Cárdenas o Alcalde, y que ahora no existen en la zona”, señala. “Ahora vas a Los Villares y son característicos, porque posiblemente migraron allí”. En este sentido, José Carlos Gutiérrez extrae una conclusión clara: “Casi todos los pueblos estamos interconectados”. Tanto es así que se sorprendió al descubrir relaciones familiares entre sus antepasados y los de su mujer. En este rescate de quienes perecieron en el olvido, casi le resulta agradable comprobar “que en la comarca somos todos una gran familia”.

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