La juventud de Jaén se cobija bajo el manto de la Esperanza en una jornada histórica

COFRADÍAS

Más de 600 jóvenes cofrades llegados desde distintos puntos de la diócesis se reunieron este sábado para celebrar su III Encuentro Diocesano con una procesión extraordinaria hasta la catedral

La luz de Jaén se ausenta: la cofradía de la Estrella restaura a su dolorosa

El paso de palio de la Virgen de la Esperanza se abre paso por la Plaza de Santa María.
El paso de palio de la Virgen de la Esperanza se abre paso por la Plaza de Santa María. / Pedro Jesús

Jaén/Del verde olivar, cuyas ramas ardieron entre las ascuas de San Antón hace escasos días, brotó un día sin esperarlo una hermosa simiente capaz de echar raíces lejos del campo. Este brote verde, claro reflejo de quienes toman el legado generacional de la piedad popular, regó su tallo con la más agradable lluvia de fe que se haya visto en mucho tiempo bajo las bóvedas vandelvirianas de la catedral. La semilla, hoy una tierna flor, bajo la poderosa virtud que ostenta su nombre, reunió este sábado a centenares de jóvenes contritos por la devoción que encuentra cobijo bajo su manto. La llaman Esperanza, "luz del Santo Reino".

Una jornada espectacular fue lo que vivió la ciudad de Jaén este primero de enero, una tregua casi a medida tras los insalvables días de lluvia y frío ofrecidos por la borrasca Herminia. Desde primera hora de la mañana el Seminario jiennense recibía a los más de 600 jóvenes cofrades dispuestos a participar en un III Encuentro Diocesano marcado por la celebración del Año Jubilar. Tras una mañana de convivencia y debate, los miembros de las diferentes hermandades y grupos parroquiales marchaban hasta la parroquia de Cristo Rey para vivir el momento álgido del programa.

Salida de la Virgen de la Esperanza desde la parroquia de Cristo Rey.
Salida de la Virgen de la Esperanza desde la parroquia de Cristo Rey. / Jose Ibáñez

A eso de las cinco de la tarde, como si de un Miércoles Santo se tratase, el paso de palio de la Virgen de la Esperanza saludaba a una abarrotada calle San Carlos. El verde, sin capas ni nazarenos a la vista, colmaba con su color las calles de la capital en un cortejo donde la juventud se empleaba como auténtico baluarte de las cofradías. Algunos hablaban de procesión a destiempo y, desde los balcones, hubo quien asistió atónito al ascenso de la dolorosa por el Paseo de la Estación en pleno mes de febrero. Lo cierto es que no faltaron ganas entre el público jiennense para dejarse llevar por el encanto de esta salida extraordinaria capaz de desafiar al orden que se empeña en establecer el calendario.

El resultado más verosímil se daba ya con la noche como telón de fondo. Desde las torres de la catedral se admiraba un mar de testigos expectantes por recibir a la nao de la Esperanza minutos después de concluir la eucaristía de este particular encuentro en el interior del templo. Finalmente, con 'Suspiros de España' sobre la partitura cruzaba la Puerta del Perdón la dolorosa del Miércoles Santo, dispuesta en su grácil movimiento a conquistar cada rincón de la plaza. Fuera ya de todo protocolo, la hermandad del Perdón entregaba a su titular a un público exultante por recibir al primer palio del año en la calle.

La Virgen de la Esperanza por la plaza de Santa María.
La Virgen de la Esperanza por la plaza de Santa María. / Jose Ibáñez

En los resquicios de la calle Almenas la candelería sorteaba las sombras de un lienzo que resulta incomprable para el cofrade jiennense. Hasta el propio recorrido de vuelta hasta su parroquia por las callejas de San Ildefonso suponía un regalo para los fieles y devotos que acompañaban este cortejo, conformado ya por la propia nómina de hermanos de la corporación. Así, bajo la noche estrellada, culminaba su procesión la Virgen de la Esperanza tras unas horas de visita en el templo mayor de la Diócesis y un recorrido donde no faltaron las muestras de fervor popular.

Y como las polluelos que dejan el nido, los jóvenes terminaron por marchar a sus localidades con la certeza de haber volado junto a la Madre de Dios. Si había que demostrar algo a alguien, queda por entredicho aquello de que las nuevas generaciones huyen de la tradición. Será pues que el mensaje de un paso en la calle redunda con más fuerza si son ellos el auténtico mensaje: la Esperanza de lo que esté por venir, si me lo permiten.

stats