Lágrimas amargas en un Lunes Santo sin cofradías en Jaén
CRÓNICA
La lluvia se ensaña con las tres hermandades de la jornada e impide su salida
En imágenes: Ambiente derrotista en este Lunes Santo lluvioso
Lunes Santo de Jaén, en directo
Domingo de palmas y oración ante el firmamento divino
La larga espera de 365 días no ha podido tener un final más amargo. La salida de tres cofradías a la calle en el día de ayer a pesar de la amenaza de lluvia mantenía todavía hoy la esperanza en los cofrades. Algunos admiraban el nuboso cielo, quizá esperando que se repitiese la misma tónica y ver los capirotes desfilar por la carrera oficial. Sin embargo, ninguna de las corporaciones ha visto una clara posibilidad de procesionar en esta tarde lluviosa.
La primera de ellas, desde el lejano barrio de Las Fuentezuelas y colindando con la Urbanización Azahar, tenía claro su principal inconveniente: la distancia de más de siete kilómetros hasta el centro de la capital. Esto y el riesgo de poner en la calle su patrimonio artístico y humano decretaba la sabia decisión de su Hermano Mayor. La suspensión de su salida penitencial congregaba los paraguas en el patio de la iglesia de Santa María Madre de la Iglesia, desde donde los asistentes pudieron admirar el paso de Jesús de la Caridad ante Caifás en el mismo dintel.
Loable fue el trabajo de la banda de cornetas y tambores Amarrado de Ávila, que interpretó un pequeño repertorio de marchas bajo la lluvia. Resulta inexplicable aún el hecho de que en los templos de la ciudad se siga negando la actuación de las agrupaciones musicales. Ya decía el Papa Benedicto XVI que “el arte musical está llamado, de modo singular, a infundir esperanza en el corazón humano”.
Los llantos entre los costaleros y costaleras se fundieron en continuos abrazos. Mientras, el azul plomizo en las capas de sus nazarenos se resignaba ante la dura decisión de ver las puertas del templo abiertas de par en par y algún que otro rayo de luz enfrentando los nubarrones. Dentro, el paso de misterio se acercaba hasta los fieles en un ambiente de verdadera unión fraterna.
Tan solo media hora después, en la parroquia de El Salvador se respiraba tranquilidad ante lo que estaba por venir. Carmen Oya, Hermana Mayor de la corporación, tomaba el atril para anunciar la suspensión de la salida procesional. Se escuchaba algún lamento entre los presentes, tornado en un aplauso para reconfortarse unos a otros. Seguidamente, el párroco animaba a orar ante las imágenes y sentir la cercanía de sus devociones en estas bodas de plata que viene celebrando la cofradía por su 25 aniversario fundacional. Con ello, los hermanos terminaban a una sola voz entonando la salve a la Virgen de los Toreros.
La dolorosa, de exultante belleza, permanecía iluminada por la candelería y acogía las súplicas de sus nazarenos de cola. Frente a ella, Jesús de la Pasión era el centro de las miradas de sus costaleros, ya resignados a aceptar la realidad. También los músicos, tanto del palio como del paso de misterio, bajo los colores de la propia hermandad, se acercaban a la cabecera del templo en busca de unos sones perdidos en este Lunes Santo gris.
Finalmente, todo parecía estar ya escrito para los Estudiantes, con su cortejo desmembrado entre los bancos de la parroquia de La Merced. La clásica hermandad de los cantones prorrumpía en un fuerte aplauso tras las declaraciones de su Hermano Mayor. A pesar del hecho de no procesionar, los hermanos acogían orgullosos la decisión en valor de su patrimonio. Recordamos que el crucificado “del Bambú” es una de las tallas más antiguas de nuestra Semana Santa.
Incluso, la muchedumbre concentrada en la plaza de La Merced esperaba bajo los paraguas hasta el último momento para escuchar a la tuna universitaria, que quiso deleitar a los presentes con su canto. La Virgen de los Clavitos recogía bajo su palio de cajón los ecos de unas letras que dan auténtica personalidad cada año a su presencia en la calle.
Concluye así un Lunes Santo pasado por agua y de lágrimas amargas en todos los sentidos. El tiempo está poniéndolo ciertamente difícil para que los jiennenses podamos disfrutar de unas jornadas de religiosidad popular. Deus vult, que diría un latinajo.
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