La Magdalena: el barrio jiennense que debe su nombre a una santa y a una leyenda

HISTORIA

Este entorno de la capital encierra siglos de historia, arte y leyenda en el corazón más antiguo de Jaén, cuyas calles dieron origen a la ciudad

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Procesión de Santa María Magdalena en 2024.
Procesión de Santa María Magdalena en 2024. / Agustín Garzón

El barrio de La Magdalena es, sin lugar a dudas, uno de los más antiguos y emblemáticos de Jaén y debe su nombre a la figura de Santa María Magdalena, cuya festividad se celebra precisamente cada 22 de julio. Este rincón del casco histórico, con profundas raíces árabes y cristianas, ha sido testigo del paso de culturas y leyendas que todavía hoy perviven en su trazado urbano y su propio patrimonio.

Su origen se remonta a la época islámica, cuando el raudal de La Magdalena se convirtió en un punto clave para el abastecimiento de agua de la ciudad. En torno a este manantial surgió uno de los primeros núcleos habitados de Yayyan —nombre árabe de Jaén—, y fue allí donde, según la tradición, el emir Abderramán II ordenó levantar la mezquita aljama tras designar la ciudad como capital de la cora en el siglo VIII.

Barrio de La Magdalena con la iglesia al fondo.
Barrio de La Magdalena con la iglesia al fondo. / RedJaén

La llegada de Fernando III en 1246, tras la capitulación pactada de la ciudad, supuso la cristianización progresiva de estos espacios. Sobre la antigua mezquita se construyó a comienzos del siglo XVI la actual iglesia de Santa María Magdalena, en estilo gótico isabelino. El templo conserva aún hoy elementos del edificio original musulmán, como el patio de abluciones y el alminar, reconvertido en campanario.

¿Por qué esta santa?

La elección de Santa María Magdalena como titular de la parroquia no fue casual si nos circunscribimos al contexto histórico. Durante los siglos XII y XIII su figura adquirió una gran relevancia en el mundo cristiano, especialmente entre los peregrinos del Camino de Santiago, que extendieron su culto por la península. Hay quien atribuye una de las razones al simbolismo de las lágrimas de la santa, asociadas en el imaginario popular a las aguas del raudal que da nombre al barrio. Esto nos remite a la expresión “llorar como una Magdalena”.

El templo acoge, de hecho, una destacada talla de la santa penitente, obra de Mateo de Medina en 1572, así como un altorrelieve en la fachada que representa su figura. Las puertas de madera que preceden a esta entrada son las originales del siglo XVI, encargadas por el prior Diego Tavera. A pesar de los daños sufridos durante la Guerra Civil, la iglesia conserva buena parte de su riqueza artística y arquitectónica.

A la historia del barrio se suma también una de las leyendas más famosas de Jaén: la del Lagarto de la 'Malena'. La tradición cuenta que una enorme sierpe aterrorizaba a los vecinos hasta que un preso, a cambio de su libertad, logró darle muerte con un ingenioso plan: introducir pólvora en el interior de una oveja que fue devorada por el monstruo. La explosión acabó con la criatura y dio lugar a una de las fábulas más arraigadas en la cultura popular jiennense.

Así, se puede decir que La Magdalena no solo es el nombre de una antigua collación de la capital del Santo Reino. Se trata, más bien, de un compendio de historia, religiosidad, arte y mitología que sigue latiendo en el corazón de la ciudad. Caminar por sus calles, por tanto, es recorrer siglos de memoria viva.

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