Reclaman que más de la mitad de las fincas afectadas por el algodoncillo del olivar no reciben ayudas: "Es inaceptable"

Uno de los afectados denuncia que no ha recibido beneficio por la finca que cedió como prueba para los técnicos de la Junta de Andalucía ya que se sitúa en la zona 0, la más afectada

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Imagen de archivo de la plaga de algodoncillo en un olivar.
Imagen de archivo de la plaga de algodoncillo en un olivar.

La plaga del algodoncillo vuelve a castigar, por tercer año consecutivo, a los olivares de la comarca de Las Villas y Segura, donde numerosos agricultores han sufrido reducciones drásticas en la producción. Municipios como Villanueva del Arzobispo, Villacarrillo Iznatoraf o Sorihuela del Guadalimar figuran entre los más afectados, con pérdidas que los olivareros califican de “inasumibles”.

La situación ha vuelto a tensarse tras la publicación en el BOJA del pasado 17 de noviembre de la Orden de 13 de noviembre de 2025, que establece ayudas excepcionales para explotaciones de olivar, viñedo, ovino y caprino dañadas por plagas durante este año. La Junta ha reconocido por el momento unas 6.700 hectáreas afectadas en Andalucía, aunque estudios iniciales elevaban esa superficie hasta unas 11.000 hectáreas, una diferencia que ha generado un amplio malestar en la comarca de Las Villas.

El Ayuntamiento de Villanueva del Arzobispo ha mostrado su “profunda preocupación” por la falta de reconocimiento de numerosas parcelas y polígonos afectados. Según detalla el concejal de Agricultura, Pablo Ruiz Millán, el municipio tenía contabilizadas cerca de 12.000 hectáreas dañadas, pero la ayuda solo contempla unas 5.600, “menos de la mitad”.

El Consistorio subraya que existen polígonos completos que han quedado fuera, así como un elevado número de solicitudes de agricultores registradas en el propio ayuntamiento que no se han tenido en cuenta. También alertan de que las fincas de menor tamaño, las que no alcanzan una hectárea total aunque sumen varias parcelas dispersas, quedan automáticamente excluidas de las ayudas.

Uno de los afectados ha sido Tomás López. Una de sus fincas, utilizada como finca piloto por técnicos de la Junta de Andalucía para estudios sobre el algodoncillo, no ha sido incluida en las ayudas agrícolas destinadas a paliar los efectos de la plaga. Según López, su finca fue una de las primeras en ser seleccionadas por los técnicos para realizar pruebas semanales y seguimiento de la plaga, convirtiéndose en un punto clave para la planificación de los tratamientos. Además, esta finca forma parte de la zona cero del brote de algodoncillo, considerada una de las más afectadas de la comarca.

“No es normal, no tiene sentido. Esa finca fue una de las primeras que aceptaron para hacer pruebas. Incluso el técnico del grupo Jaencoop me pidió que la pusiera a disposición de ellos y yo accedí sin problema, porque es de las más afectadas”, explica López a Jaén Hoy.

Denuncia que cuando se publicó el listado oficial de parcelas con derecho a ayudas, se encontró con que parte de su finca no estaba incluida. Tras comprobarlo, presentó un informe para reclamar que la parcela sea revisada y considerada para recibir la ayuda correspondiente.

El agricultor apuntó que el criterio de exclusión podría haber sido el alto porcentaje de monte en la finca, aunque en la zona hay unas 70-80 hectáreas de olivar que necesitan tratamiento: “Si no nos dan ayuda, tendríamos que dejarlo todo perdido. ¿Qué hacemos? ¿La dejamos abandonada? Esa parte no tiene aceituna”, lamenta.

López explica que la finca afectada es la de Los Collados, reconocida por ser la zona donde inicialmente se detectó la plaga, y que seguirá los pasos administrativos para que la delegación de Agricultura revise y considere la ayuda pendiente. "Vamos a presentar los informes con técnicos, para que puedan ir a revisar la finca otra vez. Parte de ella no ha recibido ayuda y eso es inaceptable, más cuando se dejó para pruebas”, concluye.

Según trasladó la delegada de Agricultura, Soledad Aranda, en la Feria del Aceite celebrado en el municipio villanovense expresó que era necesaria la unión entre agricultores y municipios y que era consciente de que muchas parcelas habían quedado fuera. Asimismo, explicó que los técnicos podrían evaluar de nuevo la situación.

Pablo Ruiz manifiesta su “enfado” y el de los agricultores a Jaén Hoy. “Las ayudas se han quedado cortas. Hemos gastado más de 300 euros por hectárea en cada tratamiento, algunos han aplicado hasta cuatro. Hemos perdido cientos de miles de euros y ahora las ayudas no cubren ni una mínima parte”, cuenta.

Hay polígonos completos que han quedado fuera y, además, nos encontramos con que fincas que no suman una hectárea, aunque el agricultor tenga su explotación repartida en varias parcelas, se excluyen automáticamente

El concejal denuncia además diferencias de criterio entre administraciones, filtraciones previas a la publicación oficial y “falta de coordinación” entre ayuntamientos, técnicos y consejería. Ruiz pide “unidad real entre los municipios afectados” y advierte de que el avance de la plaga será cada vez más grande provincia en primavera de 2026. "Lo digo ya, la plaga del algodoncillo en esta primavera, cuando eclosionen van a llegar hasta Despeñaperros. Ahora mismo hay muchísimos", señala.

“En Villanueva teníamos contabilizadas cerca de 12.000 hectáreas afectadas. La Junta solo reconoce unas 5.600. No llega ni a la mitad. Hay polígonos completos que han quedado fuera y, además, nos encontramos con que fincas que no suman una hectárea, aunque el agricultor tenga su explotación repartida en varias parcelas, se excluyen automáticamente. Y eso deja fuera a mucha gente”.“Estoy cabreado, claro que estoy cabreado, como agricultor y como afectado", lamenta Ruiz.

La situación es insostenible para muchos agricultores, llevan años afectados por la plaga, invirtiendo tiempo y recursos en tratamientos sin recibir un apoyo adecuado, y ahora se encuentran con que solo la mitad de sus parcelas reciben ayudas. “Muchísima gente está desesperada. Llevamos tres años de trabajo y los resultados son insuficientes. La solución pasa por planificación, coordinación y unidad entre todos”, concluyó.

Zona 0. Olivar cubierto de blanco por el algodoncillo.
Zona 0. Olivar cubierto de blanco por el algodoncillo.

Villacarrillo convoca una comisión urgente

Por su parte, el Ayuntamiento de Villacarrillo ha convocado para el lunes 24 de noviembre una Comisión de Seguimiento del Algodoncillo para analizar los polígonos que no han sido incluidos en la Orden de ayudas, pese a presentar afectación demostrada.

La Junta solo ha reconocido los polígonos 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41 y 42, dejando fuera otras zonas del término municipal. El Consistorio ha pedido a todas las cooperativas recopilar documentación, fotografías y certificaciones para justificar estas exclusiones y preparar una solicitud técnica de ampliación.

Entre los puntos acordados destacan: Recopilar información unificada desde todas las cooperativas; pedir revisión urgente a los técnicos de Sanidad Vegetal; evitar informes individuales de pago y canalizar todo a través de las cooperativas; elaborar una petición conjunta al Gobierno andaluz para ampliar los polígonos afectados.

El Ayuntamiento de Iznatoraf informó el 20 de noviembre de que ha solicitado la incorporación de los polígonos 11, 13, 18, 19, 20 y 24 como posibles beneficiarios de la línea de ayudas, al considerar que sufren daños equiparables a los ya incluidos en la Orden.

Un problema que se agrava y divide a los municipios

La plaga del algodoncillo, que afecta a los brotes y debilita seriamente el árbol, vuelve a situarse como una de las principales amenazas para el olivar de Las Villas y Segura. Agricultores y técnicos alertan de que la presencia del insecto es cada vez mayor y de que los tratamientos aplicados en las últimas campañas no están logrando frenar la expansión.

El descontento por el reparto de ayudas y por las parcelas excluidas ha generado tensiones entre los propios ayuntamientos, que insisten en que las reclamaciones deben realizarse de forma coordinada para tener más fuerza ante la Junta .Mientras tanto, los agricultores afrontan una campaña marcada por costes elevados, en algunos casos, cosechas mermadas y una incertidumbre creciente sobre las medidas que se adoptarán en los próximos meses para contener una plaga que ya afecta a miles de hectáreas y que se prevé que continúe.

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