Los municipios de Jaén en alerta roja que se niegan a rendirse ante la despoblación: "La tranquilidad de aquí no la cambio y de mi pueblo no me muevo"

Los Ayuntamientos solicitan más apoyo por parte de las instituciones con la esperanza de poner solución a las dificultades de vivienda y empleo

La despoblación ahoga a la provincia: cinco pueblos de Jaén entran en la lista roja del mapa andaluz

Vista aérea del municipio de Hinojares, uno de los más pequeños de la provincia.

El último informe de la Junta de Andalucía sobre despoblación ha vuelto a encender las alarmas en la provincia de Jaén. Cinco municipios figuran ya en la lista roja del mapa andaluz, un retrato demográfico que dibuja pueblos donde cada generación parece más corta que la anterior. Sin embargo, detrás de esas cifras hay resistencia: la de vecinos que se niegan a que sus pueblos desaparezcan de los mapas y luchan, con imaginación y pocos medios, por mantener viva la raíz.

En Cazalilla, su alcalde, Manuel Jesús Raya, reconoce a Jaén Hoy que la noticia cayó como un jarro de agua fría, pero también como un impulso para seguir trabajando. “Tenemos buenas infraestructuras, pero nos faltan vivienda y empleo estable, porque el campo da empleo solo por temporadas”, lamenta. Raya explica que, como medida municipal, el Ayuntamiento está rehabilitando el antiguo cuartel de la Guardia Civil para ofrecer nuevas viviendas a jóvenes y atraer población: “Si conseguimos fijar a cuatro familias más, ya sería un paso enorme".

Por su parte, el alcalde de Hinojares, uno de los pueblos más pequeños de la provincia, Santiago Jesús Iruela, observa la situación con una mezcla de preocupación y esperanza. “Sabemos que somos uno de los municipios más pequeños, pero estamos logrando mantener la población gracias al turismo rural”, explica. Ingleses y otros europeos han encontrado en el municipio un refugio tranquilo y cada vez son más quienes compran y rehabilitan antiguas viviendas del municipio: “Eso nos está ayudando a frenar la despoblación poco a poco”.

Plaza del ayuntamiento de Cazalilla.

Pese a que el turismo ha permitido a Hinojares mantener cierta vitalidad, el diagnóstico de Raya coincide con el de muchos otros municipios rurales pequeños: el empleo temporal y la falta de vivienda accesible hacen que los jóvenes se marchen a las ciudades, donde las oportunidades parecen más atractivas. En este sentido, recuerda cómo hace unos años había convocatorias para construir vivienda pública que "fijó a decenas de familias en su día" y pide a las administraciones que incrementen las ayudas para incrementar el mercado inmobiliario: “Ese modelo debería recuperarse porque aquí no viene un promotor privado como en otros lugares y construye”.

Sin embargo, los municipios pequeños no se salvan de la escasez de servicios básicos, aunque no vengan del sector público. Es el caso de Hinojares. “Lo que más necesitamos ahora es una tienda, porque tenemos bares, restaurantes y hoteles, pero nos falta comercio. Ahora mismo tenemos que ir a Pozo Alcón a comprar, que es lo que nos pilla más cerca”, señala Iruela.

Aún así, el alma de ambos municipios está representada en sus alcaldes, pues ninguno de ellos acepta que su pueblo no sea lo suficiente como para que su destino sea desaparecer. Raya expresa que, ya pueden ofrecerle cualquier cosa, "que yo la tranquilidad que tengo aquí no la cambio y de mi pueblo no me muevo". Igualmente, Iruela mantiene que el problema no es tanto la falta de oportunidades, sino el desconocimiento general del potencial de los municipios. “Lo que hace falta es que la gente venga, conozca el pueblo y se anime a invertir aquí. Tenemos tranquilidad, solidaridad y pocos impuestos. Cuidar de Hinojares es cuidar de una forma de vida que todavía tiene mucho que ofrecer”, defiende con convicción.

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