Los municipios jiennenses 'LGTB-friendly': más allá del gesto de colgar la bandera arcoíris
LGTBIQ+
Recorremos la provincia de Jaén para conocer los movimientos de reivindicación y visibilidad del colectivo presentes en algunas de las localidades
Esta es la historia de "Gonzalico", un referente de la diversidad en la Estación de Linares-Baeza

Es una acción sistemática al llegar el mes de junio: un buen número de empresas e instituciones tiñen de colores sus logos y edificios para formar parte de ese movimiento de tolerancia y diversidad hacia el colectivo LGTBIQ+. En realidad, el gesto de colgar la bandera arcoíris en el Ayuntamiento se ha convertido en una herramienta política que, lejos de generar conciencia, recibe continuos ataques de odio cada año. La lucha por parte del colectivo queer para defender la igualdad y el respeto hacia sus miembros persiste a pesar de todo y el Orgullo toma cada vez mayor presencia en las grandes capitales.
En Jaén, sin ir más lejos, la programación consigue abrirse hueco en la sociedad con la participación de rostros conocidos del panorama nacional y con raíz jiennense: es el caso de la pregonera de esta edición, la cantante pop Zahara. Este reconocimiento entre personajes públicos ayuda a visibilizar una realidad que convive aún con numerosos delitos de odio. Desde las diferentes asociaciones organizadoras son claros ante la necesidad de celebrar este tipo de actos: incluso con los avances sociales logrados al respecto, queda mucho por lo que luchar.
Representación en el mundo rural
Aunque se puede decir que son innumerables las localidades que cuentan en su agenda con algún tipo de reivindicación durante estas semanas, es igual de necesario señalar el silencio institucional en el que caen muchas de ellas durante el resto del año. Es por ello que desde Jaén Hoy hemos querido mirar con lupa los municipios de la provincia para comprobar su grado de activismo, para lo que basta una simple búsqueda online. Entre los primeros resultado obtenidos, sorprende que un pueblo de apenas 600 habitantes sea el único en ostentar una etiqueta 'LGTB-friendly'.
Se trata de Espeluy, un lugar cuyos gobernadores han acabado por convertir en un modelo de referencia para el resto de la geografía jiennense. Entre sus múltiples reivindicaciones está la de normalizar el respeto hacia la diversidad de sus vecinos, tanto que en uno de sus muros junto a la estación de tren preservan el mensaje: "Bésame con libertad". Lejos de lo que podría pensarse, "no es un pueblo cerrado de mente", tal y como expone su concejal de Igualdad, Rubén Bascón.
La conquista de derechos en el medio rural sigue siendo una afrenta para aquellos que terminan abrazando el exilio a las metrópolis para vivir con normalidad. Precisamente con esta intención la localidad de Begíjar se convertía en pionera al crear su propia Plaza de la Diversidad. Este rincón, inaugurado en junio de 2019, se convertía así en el primer espacio público de España dedicado a la pluralidad y la representación de la comunidad queer.
De mil colores
La originalidad en este tipo de propuestas a menudo se limita a la de una gama de colores que pretende aludir a la variedad de orientaciones, identidades y realidades que aglutina la sociedad. Sin embargo, son los propios miembros del colectivo quienes tachan de insignificantes este tipo de iniciativas coloridas cuya comprensión siquiera es captada por algunas generaciones. De nuevo, y sin una clara intención de hacerlo, las administraciones caen en el estereotipo simple de alzar la voz "de manera abstracta", casi con temor.
Por seguir con el calendario que registra la hemeroteca virtual, fue la localidad de Torredelcampo la siguiente en sumarse a este barco de la diversidad: lo hizo primeramente con la instalación de un monumento a esta misma causa durante las obras de prolongación de su concurrido y céntrico Paseo 10 de junio. Paradójicamente, sus seis cilindros no dejan ver la llamada a la tolerancia que recoge su inscripción sobre el suelo.

Esta idea de recuperar espacios perdidos para manifestar la visibilidad durante todo el año es bastante frecuente, sobre todo en cuanto a grafitis y murales se refiere. Las dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, Úbeda y Baeza, replican este gesto en auténticas obras de arte a gran escala que pueblan las historias de Instagram cuando se acerca la fecha. No obstante, el brillo de las mismas se acaba diluyendo con el transcurso del tiempo.
Pinturas que se borran
Los bancos arcoíris son uno de los grandes objetos del vandalismo: su presencia se repite en prácticamente todos los escenarios. En Jaén capital, uno de estos asientos instalados en el parque del Bulevar llegó a sufrir destrozos hasta en cuatro ocasiones en algo menos de un año. Es también común encontrar en sus respaldos continuos insultos y vejaciones que acaban relegando a un segundo plano su función práctica y real. "Hay quienes no se sientan por temor a ser juzgados", expresan algunos usuarios en redes sociales.
A la lista de bancos repartidos por la provincia se suman los pasos de peatones o escalones pintados con iguales características. Si acaso, más llamativo resulta el hecho de dedicar una rotonda como apoyo frente a la homofobia. De estas encontramos dos: una en Andújar, en la zona comercial de Requero; y la otra, prácticamente desaparecida ya, en Alcalá la Real, a cuyo recuerdo se aferran todavía algunos vecinos y movimientos políticos.
En definitiva, es difícil imaginar otros escenarios de reivindicación en la mayoría de ciudades jiennenses. Puede que el hecho de colgar la bandera en las principales fachadas ayude a generar más tolerancia, pero la ruta a seguir requiere de más acciones. Quizá la diferencia esté en huir del colorido estereotipo y apostar por la representación de parejas y familias diversas. Pues como dice Mecano: "Solo soy una persona".
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