Es el consuelo que queda para todos aquellos amantes de la Semana Santa que están viendo cómo las imágenes se quedan en sus templos, al menos está lloviendo y bien sobre una provincia de Jaén que está inmersa en una situación de grave sequía. Las precipitaciones caídas durante este mes de marzo en la provincia van a ayudar a paliar, al menos en parte, la escasez de agua y es que sólo en los embalses jiennenses se han almacenado en los últimos 30 días 280,673 hectómetros cúbicos (hm³) de agua.

O lo que es lo mismo: las reservas hídricas jiennenses, con respecto a su capacidad total, han aumentado en un 11,88 por ciento. Un caso significativo es el del pantano más grande de la provincia. El Tranco de Beas alberga hoy 42 hm³ más que el pasado 29 de febrero y por primera vez en mucho tiempo el nivel del agua ha superado el 40 por ciento de sus capacidad, estando lejos aún del aspecto que tradicionalmente ha mostrado este embalse ubicado en el corazón del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.

No ha sido este sin embargo el pantano que ha visto incrementadas sus reservas en mayor medida durante el último mes y es que el Rumblar ha pasado, en este mismo periodo de tiempo, de estar lleno en un 25,21 por ciento a superar ahora el 51. De los grandes pantanos de la provincia de Jaén, también el Guadalén ha rebasado la mitad de su capacidad, con 83,740 hm³ almacenados. Y eso por no hablar de embalses como el Dañador o el Aguascebas, que están por encima del máximo de su capacidad.

La Fernandina, con un 43,90 por ciento, y el Jándula, con un 39,15, también dan signos evidentes de mejoría. El Giribaile es el que presenta una peor situación, estando al 23,67% de su capacidad. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir prevé que la situación tanto de este embalse como del resto de la cuenca mejore en los próximos días debido a las previsiones de lluvia que todavía se esperan y a las nieves que han caído en múltiples puntos de las sierras jiennenses.