La Noche del Aceite de Jaén Hoy pone sobre la mesa los desafíos presentes como la IA, imagen y precios

En el Parador de Santa Catalina, con vistas que abrazan la historia de Jaén, a extensiones de olivares y el espíritu oleícola de Andalucía, se celebró la V edición de La Noche del Aceite, un evento ya consolidado como una de las mesas redondas más constructivas del sector oleícola. Organizado por Grupo Joly, en este encuentro previo a Expoliva, la feria más importante a nivel mundial dedicada al aceite de oliva, se debatió y se aportaron ideas sobre los retos del sector en 2025.

En un contexto marcado por la caída de los precios del aceite de oliva, las nuevas oportunidades que ofrece la tecnología o la inteligencia artificial (IA) y un mercado internacional cambiante, el evento reunió a más de 50 expertos, productores, responsables institucionales y representantes del sector agroalimentario para construir el presente y futuro del aceite de oliva. Con el patrocinio de Cajamar, Diputación Provincial de Jaén, Agrocolor, Biorizon, Agro+ y MG. Talent, Grupo Joly mostró una vez más la implicación con el sector agroalimentario andaluz, especialmente con el del aceite a la hora de acoger esta mesa redonda y dar a conocer los desafíos actuales planteando soluciones y llegando a conclusiones.

Vuelve a repetir, una gran conocedora del sector como es Montse Godoy, gerente de MG.Talent, que se encargó de ir abriendo los canales de debate y ejercer de moderadora, junto al director de Jaén Hoy, José Manuel Serrano.

Una de las ideas más repetidas durante el evento fue la necesidad urgente de educar al consumidor. El desconocimiento generalizado sobre los tipos de aceite, calidad y valor añadido causa una desconexión entre el campo y el mercado. “Estamos en el principal país productor de aceite de oliva y la mayoría de la población no sabe qué hay detrás de una botella”, lamentó la gerente agrícola, Pilar Castaño.

Una emoción por descubrir

En esta línea se puso en valor la importancia de apreciar cada categoría y sus posibilidades. Manuel Alfonso Torres alertó sobre el olvido del aceite virgen, una categoría que, según él, está injustamente apartada de las cocinas cuando “da mucho juego y es tan bueno como el virgen extra”. Este desconocimiento generalizado, unido al etiquetado confuso y a las ofertas agresivas en internet, como denunció el director comercial de Aceites Echinac, José Manuel Lopera, generan un mercado desorientado donde “a todo se le llama virgen extra”, sin serlo. Por su parte, Marieta Ortiz, socia fundadora del proyecto Olenda de Valencia, coincidió: “En Andalucía hay mucho más acceso a la formación, pero fuera de aquí no. Necesitamos también educar al consumidor para que entienda lo que está pagando cuando compra aceite”.

Más allá de defender un mayor conocimiento sobre el oro líquido, los expertos concluyeron en la necesidad de reconectar el aceite de oliva con lo emocional, incluso alguno apuntaba que esto tiene más impacto que relacionarlo con la salud, comparando como Italia hace esto a “la perfección”. La gerente en el Centro de Interpretación Olivar de Úbeda, Sole Román, lo expresó desde su propia experiencia: “Cuando cuentas una historia con cariño, todo lo que hay detrás del aceite, la gente se enamora”. Por su parte, Godoy fue directa: “Vendemos emociones. El aceite es la emoción que le falta al vino y a la inteligencia artificial”.

El italiano Gino Celetti, consultor de extracción, marketing y negocios de aceite de oliva, ejemplificó como Italia ha conseguido ser un país tan competitivo donde además los precios no bajan como aquí: “España habla demasiado de salud. La salud está bien, pero es el último argumento. Lo primero son las emociones. Lo que tenemos que cambiar es el concepto: que el aceite deje de ser como el agua del grifo y pase a ser agua San Pellegrino”.

Uno de los primeros consensos fue la urgente necesidad de una unidad de acción. “Hay mucho talento y esfuerzo, pero seguimos sin remar en la misma dirección”, se repitió desde varias intervenciones. En ese sentido, Javier Perales, diputado de Agricultura y Ganadería de la Diputación de Jaén, subrayó que la administración provincial lleva tiempo centrándose en la escucha activa del sector y aseguró que ya se han creado herramientas suficientes para avanzar. No obstante, lamentó que aún falta una mayor coordinación entre administraciones y organizaciones y animó al sector a “aprovechar mejor los recursos ya disponibles, como los que ofrece la Universidad de Jaén en materia de investigación y salud”.

En la misma línea, Raúl Ortega, director territorial de Cajamar, reivindicó el papel del conocimiento y la innovación como motores de cambio. “Cajamar ha contribuido al salto cualitativo de la agricultura andaluza gracias a la inversión en centros de investigación. Hoy, Almería ha pasado de ser una producción pobre a ser una referencia en innovación agrícola”, afirmó. También destacó la profesionalización técnica del acompañamiento financiero al agricultor: “Cada informe de riesgo pasa por un equipo de más de 60 ingenieros agrónomos. No somos solo una caja rural, somos un socio estratégico del campo”.

La inteligencia artificial

Otro de los ejes del debate que causó controversia fue el uso de la inteligencia artificial (IA), que se vislumbra como aliada clave para la rentabilidad, la sostenibilidad y la eficiencia. El vicepresidente de Intec y experto en IA Juan Francisco Delgado lo resumió así: “ Se puede saber el grado de humedad, el nivel de fitosanitarios necesarios, todo eso se puede tener gratis con una aplicación. Aquí no lo logramos, los tiempos han cambiado”, agregó.

Este año el agua ha sido abundante, los pantanos están llenos y los árboles se han alimentado bien, sin embargo, el campo viene de un periodo largo de sequía que volverá a estar presente, por ello, apuntaron, el sector tiene que estar listo. Así, apuntaron a la biotecnología para que el árbol pueda estar bien nutrido y no llegue al estrés hídrico. Entre las soluciones se plantearon sistemas de riego eficientes que no desperdicien agua y que alimente el olivo en función de la cantidad que necesite. Por su parte, el comercial técnico de Biorizon, Óscar Galera, expresó que desde el mundo de la biotecnología se están desarrollando bioestimulantes ecológicos con microalgas, como alternativa a los químicos, que ayudaría en esa cadena de la no erosión de los suelos que provoca escorrentías.

Arrojando luz, intervenciones como la de Toñi Fernández, directora de calidad de Jaencoop, mostraron el orgullo del oficio bien hecho: “Mi trabajo es emocionante. He tenido que profesionalizar a maestros de almazara que aprendieron de forma heredada”. Aurora Camacho, corredora de aceite, quiso cerrar con optimismo: “Hace unos años, nadie pensaba que una botella de aceite sería un regalo bonito. Hoy lo es. Hay luz al final del túnel”.

Posibilidades del oro líquido

Como no podía ser de otra forma, durante el transcurso de esta mesa redonda, la experta en catas y sumiller, Loles Jaén,deleitó a los allí presentes con tres cócteles y tres aperitivos donde el dulzor y el amargor del aceite de oliva fueron la combinación perfecta para mostrar todas las posibilidades del oro líquido.

El foro dejó una conclusión compartida: el aceite de oliva es cultura, salud, emoción, sostenibilidad, tecnología y futuro. Pero para que ese futuro llegue, hace falta unidad de acción real, con más pedagogía, innovación, más orgullo sectorial y una narrativa que seduzca. Montse Godoy cerró esta velada con una frase que resonó como declaración de principios: “Somos el sector agroalimentario. Damos de comer. Y quien controle el hambre, controlará el mundo”.