La parroquia de El Salvador prepara la instalación de su retablo principal después de 21 años
LOCAL
El proyecto constará de un relieve en materiales de resina que represente el misterio de la Transfiguración de Cristo, una obra diseñada por el taller de Arteaznarez
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Hace 21 años se levantaba sobre la actual plaza Reina del Salvador un nuevo templo para acoger la evangelización de una barriada moderna en Jaén. Hasta entonces, la feligresía de El Salvador extendía su comunidad parroquial desde un pequeño local en las inmediaciones. Así, tras varias vicisitudes considerables, las nuevas instalaciones diseñadas por el arquitecto Pedro Esteban Cámara fueron finalmente consagradas en marzo de 2004, siendo obispo de la ciudad Santiago García Aracil.
A lo largo de estas últimas tres décadas, el sacerdote Francisco Rosales ha ejercido como párroco en un camino que ahora lo conduce hasta su jubilación definitiva. "Hace más de 20 años que levantamos la actual iglesia y, ahora que está casi pagada, el Consejo Económico de la misma ha considerado afrontar el retablo", cuenta. Fue precisamente durante su construcción y ante la falta de presupuesto cuando se decidió colocar en el presbiterio una gran cruz de madera de hasta tres metros con incrustaciones de piedra procedentes del suelo. "Ha presidido el altar mayor desde entonces", añade.
La nueva propuesta llega ahora después de numerosas valoraciones en busca de un proyecto clásico y, a la vez, solvente desde el punto de vista económico. "Hemos dado con la tecla, porque tampoco podíamos apostar por algo tan abstracto", adelanta el párroco. Desde hace unos días, de hecho, los andamios en el interior de la parroquia dejan entrever el comienzo de estas obras que se prolongarán durante los siguientes meses, sin una fecha clara en el horizonte.
Catequesis artística
Será finalmente el misterio de la Transfiguración del Señor la escena que presida el presbiterio mediante un relieve de líneas figurativas y en material de resina sobre madera. La tarea artística corre a cargo del taller Arteaznarez, con sede en Madrid y un amplio catálogo de trabajos repartidos por todo el territorio nacional. No obstante, al depender este proyecto de la intervención de diferentes fases de albañilería y carpintería, "el proceso se ralentiza".
Y aunque Rosales confiesa sentirse algo cansado a estas alturas, el arte como instrumento de fe lo alienta a concluir este reto. "Siempre se ha utilizado para evangelizar, porque necesitamos imágenes y gestos", expresa. En este sentido, la hermandad de la Amargura, con sede canónica en el templo, juega un papel importante en esta labor de evangelización y cercanía con los fieles.
Si bien este sacerdote menciona la espectacularidad de los grandes retablos del pasado, él mismo prefiere utilizar la imagen como complemento de la expresión de fe. Este mensaje toma forma en el catolicismo desde el Concilio Vaticano II. "Debe ser un vehículo efectivo y suficientemente sugerente para que no logre quitar protagonismo a su alrededor".
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