Prevenir el suicidio desde el acompañamiento y rompiendo el silencio: "Mi hijo verbalizó que quería hacerlo"

En el año 2024 surgió la Asociación Gama, un grupo de alcalaínos afectados, que a raíz de charlas e iniciativas, decidieron agruparse para ayudar a su pueblo y a quien lo necesitara

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Talleres de la Asociación Gama.
Talleres de la Asociación Gama.

Leer o escuchar la palabra "suicidio" todavía incomoda y un radical silencio se cierne sobre ella, pero tal y como explican Lola y Raquel hay que hablar de él para prevenirlo. "A veces, no lo ves venir porque hay algunas situaciones que parecen inexplicables, porque parece que todo va bien y lo hace. Mi hijo, por ejemplo lo verbalizó, decía frases como “Déjame que me muera”, “cómo puedo hacerlo sin que duela”, si lo dicen no mienten. Cuando un joven expresa esto, no se ha vuelto loco, lo siente de verdad, cuando alguien dice que le duele la barriga, es que le duele la barriga y cuando alguien dice que tiene ideas suicidas es que las tiene", cuenta Lola a Jaén Hoy.

En el municipio de la Sierra Sur de Alcalá la Real, que tiene uno de los índices más altos de suicidios del país quieren eliminar ese estigma, proyectar luz y sembrar una semilla que ayude a sus vecinos, dejando claro que hay salida y que se puede prevenir. Fue en el año 2024 cuando surgió la Asociación Gama, un grupo de alcalaínos, que a raíz de charlas que se impartieron en el municipio e iniciativas del Ayuntamiento, se reunieron periódicamente para acompañarse, hablar del tema, sacar espinas y frenar esta conducta, que insiste Raquel, nunca es la solución. Ella es la presidenta de la asociación y explica como todavía existe un gran tabú: "La lucha contra el estigma es un pilar esencial. Alimenta el miedo, solo en quienes piensan en el suicidio, si no también en quienes lo rodean".

"Mi historia con la asociación comenzó sobre 2023. Yo estaba muy afectada porque mi hijo había intentado quitarse la vida en septiembre de 2022. Se precipitó por una terraza y, milagrosamente, solo se rompió el tabique nasal", cuenta Lola. Al principio, no sabía donde podía acudir, qué hacer, no podía medir su dolor y buscó la manera de luchar y salir adelante por su hijo y por ella. Así que se acercó a ver qué atención recibían las familias y las personas que habían pasado por un intento de suicidio.

De esas primeras reuniones surgió un grupo en el que se daban apoyo. Pronto, se dieron cuenta que si querían tener más fuerza, hacer un poco de presión y que llegara a más gente, necesitaban constituirse como asociación. "Al principio no tenía ganas de nada, ni de asociarme ni nada, pero en una de las reuniones surgió la iniciativa para asociarnos fue necesario para visibilizar y conseguir terapeutas y profesionales. No solo lo hicimos para ayudar a otros, sino también para ayudarnos a nosotros mismos. No es lo mismo gestionarlo tú solo, porque no lo puedes comentar con nadie, ni con la familia porque no es un tema agradable. Sin embargo, cuando vas a las reuniones con personas con la misma situación que tú, encuentras consuelo", expresa Lola, que ahora es miembro de la junta directiva.

Desde la asociación ofrecen dos grupos de ayuda mutua, uno para familiares supervivientes y otro de salud mental general creando espacios seguros; formaciones con profesionales de la salud mental donde se afronta el duelo por suicidio o como acompañar a las personas con depresión o ideas suicidas y prevención del suicidio con actividades y talleres de gestión emocional. "Había que dar un paso siguiente, hacer esas formaciones, quitar el estigma y queda mucho tiempo para quitar esas etiquetas", afirma Raquel Ortega, quien además aclara que no siempre la depresión es el factor del suicidio y pueden confluir varias causas o una situación específica. "Es muy importante que no unamos depresión a suicidio o suicidio a depresión, puede ser un detonante, pero no tiene por qué", especifica.

En el caso del hijo de Lola arrastraba una depresión que los médicos no detectaron. "Me decían que hiciera deporte, que saliera con sus amigos, que se relacionara... Luego le pilló de por medio la pandemia y se cambió de colegio. Estuvo ingresado en la unidad terapéutica durante dos años y ahora está conmigo en casa y está yendo a talleres, pero es un proceso lento", cuenta.

Su forma de consuelo y encontrar paz es a través de la fe. "Me ayuda. Mi vida también ha cambiado porque ahora estoy en la asociación y estoy aprendiendo muchas cosas de la vida, estoy escuchando y me doy cuenta de que me encuentro con gente buena. Las casualidades para mí no existen. Mi hijo tenía que estar muerto y está vivo y a partir de ahí, ayudar en todo lo que pueda a las personas y darles consuelo".

"Se nos está olvidando la humanidad"

Lola insiste en la importancia de hablar cómo nos sentimos para prevenir y poder ayudarles: "También a enseñarles a los niños desde pequeños a tener empatía, a compartir, ayudar porque se nos está olvidando la humanidad". "Hay que tener mucha paciencia, fe y hablarlo, no ocultarlo, eso te aísla más y es peor". Sabe también que aunque le queda un camino largo y no será fácil, su hijo tiene tiempo para retomar su vida.

La mirada de Raquel y Lola está puesta en su pueblo, pero también en todas las personas a las que les pueda llegar su mensaje y la forma en que puedan poner un rayo de luz en los afectados y familiares. "Con que mi historia le pueda servir a una persona, al menos ya es algo", expresa.

Desde la Asociación Gama de Alcalá la Real lanzan otro mensaje: "La fortaleza no está en esconder lo que sientes, sino en pedir ayuda cuando la necesitas".

Si necesitas ayuda llama al 024

El Ministerio de Sanidad promueve la Línea 024 de atención a la conducta suicida. Se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa por los profesionales del 024, la recomendación de que contacten con los servicios sanitarios del SNS o la derivación al 112 en los casos en los que se aprecie una situación de emergencia. En caso de emergencia vital inminente puede llamar directamente al teléfono de emergencias 112.

La línea 024 no pretende reemplazar ni ser alternativa a la consulta presencial con un profesional sanitario cuando sea necesaria. Los destinatarios de la línea son las personas con conducta o ideación suicida, así como los familiares o allegados de víctimas de suicidio o de personas con ideación suicida.

El 024 es un servicio de alcance nacional (accesible desde todo el territorio nacional), gratuito, confidencial y disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.

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