Rafael de Vargas, pregonero de la Semana Santa 2026: "Soy un hombre sencillo que ama a Jaén y sus cofradías"

Este cofrade y hermano de la Buena Muerte será el encargado de exaltar la celebración durante el fin de semana anterior al Domingo de Ramos

La Agrupación de Cofradías de Jaén designa a sus protagonistas para la Semana Santa de 2026

Rafael de Vargas, pregonero de la Semana Santa de Jaén 2026, junto a su hija y el trono del Cristo de la Buena Muerte.
Rafael de Vargas, pregonero de la Semana Santa de Jaén 2026, junto a su hija y el trono del Cristo de la Buena Muerte.

Era este pasado martes cuando la Vocalía de Pasión de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de Jaén planteaba en su última reunión la designación de los principales protagonistas para la próxima Cuaresma. En el cargo de pregonero, este papel recayó en Rafael de Vargas, un conocido cofrade que ya ha pasado por el atril de diferentes exaltaciones en el seno de las hermandades.

"La responsabilidad empieza desde el mismo instante en el que tuve conocimiento de ello", confirma él mismo. "Son muchos los sentimientos que se juntan, pues el acto es importante para la ciudad y más aún para los cofrades". Desde Jaén Hoy nos acercamos a este jiennense cuando aún quedan largos meses para que ocupe su rol: el de proclamar la Semana Santa.

Pregunta.¿Quién es Rafael de Vargas en términos cofrades?

Respuesta.Soy cofrade desde 1981. Mi hermandad siempre ha sido la de la Buena Muerte, no por cuna ni tradición familiar, sino por puro enamoramiento. Cuando era un chaval de quince años vi al Cristo de la Buena Muerte y dije que quería ser uno de sus anderos el día de mañana. Eso fue lo que me arrastró en su momento desde Los Jardinillos. Me apunté en la cofradía y en 1984 ya tuve la oportunidad de salir como andero en el misterio del Descendido. Si algo he aprendido en todo este tiempo es que uno es cofrade en todos los aspectos de su vida: formación, culto, fabricanía, secretaría... terrenos donde cada uno busca su sitio.

P.Algo que seguro conlleva todo un aprendizaje, ¿no es así?

R.Yo he vivido mi vocación en la hermandad, tengo grandes amistades dentro del mundo cofrade y la vida me ha llevado a entrar en juntas de gobierno y dar el salto como Hermano Mayor. Mi trayectoria ha sido esa, la de un jaenero enamorado de Jaén, su Catedral y su hermandad. Vivo mi vida en el seno de la Buena Muerte. Soy un hombre sencillo que ama Jaén y sus cofradías. Tengo devociones particulares muy importantes, pero mi amor y mi entrega siempre he tratado de darlas con mi servicio a la cofradía. Todas me seducen y hacen cosas muy buenas, pero considero que puedo dedicar mi vida a una de ellas y esa es la de la Buena Muerte.

P.¿Qué supone ahora este nombramiento para ese adolescente que empezaba a pisar el terreno de las cofradías?

R.Supone un honor tremendo que yo no podría esperar. Ese niño de quince años está a punto de cumplir los 60 y ha vivido mucho. Es un auténtico regalo y la sorpresa conlleva una responsabilidad enorme: lo merece su destinatario, que es la ciudad de Jaén, y los protagonistas, que no son otras que las cofradías. Es el reto de saber decir que la Semana Santa está próxima e incitar a vivirla plenamente, dentro de lo variada que es esta celebración. La Semana Santa es muy poliédrica, con muchas caras para nada despreciables. En el núcleo de todo está Cristo, como yo lo venero: crucificado, resucitado y eucaristía. Eso es lo que me gustaría transmitir a la ciudad, si soy capaz.

P.De todos los papeles por los que ha pasado en su trayectoria como hermano de la corporación del Miércoles Santo, ¿con cuál se queda?

R.Debe de ser la perspectiva del tiempo, porque en cada momento sentí que era lo mejor. Mi primera pasión fue la de ser andero y lo disfruté mucho durante largos años porque consideré que era lo mejor que podía aportar a mi hermandad. Después, mis hermanos pensaron que podía servir también estando en una junta de gobierno y, posteriormente, valoraron mi posición al frente como Hermano Mayor. Con la situación en la que me encuentro ahora donde mejor me reconozco es en el anonimato de una fila, vistiendo el hábito nazareno. Esto lo digo hoy, pero siempre he pretendido dar lo mejor de mí y sentirme cómodo. Me encanta llevar un cirio, pero cuando he estado en primera fila pensaba que era mi sitio y lo que tenía que hacer.

De Vargas, en el centro, durante un acto en la Catedral.
De Vargas, en el centro, durante un acto en la Catedral.

P.Tenemos todo un catálogo de pregones cofrades a lo largo de la historia, desde el más poético al más historiado. ¿Cuál es el modelo de pregón al que aspira?

R.Aún no lo sé. Podría apuntar algo: no soy un historiador, no soy un poeta y no sé si mi vivencia personal pueda interesar algo. Seguramente sea una mezcla de todo, soy de pensar en una estructura para comunicar la idea de lo que yo veo en la Semana Santa. Quisiera que fuera un canto a la ciudad de Jaén y a sus cofradías. Sobre todo, que sea creíble y entendible, en una voz que transmita fe, sentimiento y devoción.

P.Sin lugar a dudas, 2026 será un año doblemente especial para vivir con cercanía la devoción al Cristo de la Buena Muerte, quien también protagonizará el tradicional Vía Crucis del Miércoles de Ceniza.

R.La hermandad estará celebrando su centenario en 2026. Soy Buena Muerte y quien me conoce sabe que me he criado aquí y he mamado Buena Muerte, por tanto, transparento Buena Muerte. Esta casuística es sumar alegría a un honor enorme y en algo se traducirá.

Rafael de Vargas será el encargado de pregonar la Semana Santa de 2026.
Rafael de Vargas será el encargado de pregonar la Semana Santa de 2026.

P.¿Cómo ve el pregonero la Semana Santa de Jaén en la actualidad? ¿Vivimos un nuevo esplendor?

R.Toda obra que tenemos que llevar a cabo los hombres tiene sus luces y sombras. La tarea de las cofradías es evangelizadora y, en ese sentido, hemos asistido a un incremento de las cofradías y un considerable aumento de las filas de penitentes y filas de nazarenos. A priori, tenemos un futuro prometedor. Lo que debemos intentar es no morir de fama ni triunfo, que cada paso que demos sea muy meditado y no para crecer a costa de cualquier cosa. Tenemos que cuidarnos nosotros mismos y ser fieles al mandato que tenemos, sin por ello restarle nada a la propia tradición de la Semana Santa. Las nuevas formas que puedan venir en música, pasos y altares son bienvenidas, pero que cada paso que demos lo hagamos absolutamente convencidos. Para algo somos hijos de una época.

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