Jaén tiene más de 60 millones de olivos. Durante cientos de años han resistido a todo tipo de inclemencias dando su fruto y obteniendo el oro líquido hasta convertirse en el mayor productor de aceite del mundo. En su conjunto España supone el 70% de la producción de la Unión Europea y el 45% de la mundial, y aunque sigue siendo líder, las últimas campañas están marcadas por la escasez.

El olivar ha evolucionado con el clima y es conocido por su resistencia a la sequía, pero estos años atrás la subida de las temperaturas y la falta de agua provoca en estos árboles un estrés hídrico, que desemboca en una baja producción y pone en jaque a agricultores y al comercio del aceite.

El reto del cambio climático al que se enfrenta el mundo afecta de manera significante al cultivo. Tan solo hace unos días la NASA se hizo eco de una imagen tomada desde el satélite Terra, en la que se ve cómo "una sequía tiñe de marrón la mayor región productora de aceite de oliva del mundo" comparando el año 2022 y 2023.

Embalses al mínimo de su capacidad

Desde el comienzo del año hidrológico, el 1 de octubre de 2022, España recibió un 28 por ciento menos de lluvia de lo esperado a mediados de mayo de 2023, según la Agencia Estatal Meteorológica (Aemet). Un claro reflejo es el agua que acumula los embalses de la provincia, en el que en algunos casos a pesar de las últimas lluvias, no llega al 20 por ciento de su capacidad, cómo son los de Jándula (18,91%), Rumblar (16,59%), Giribaile (16,10%), Quiebrajano (17,67%), Guadalmena (17,02%) o el Guadalén (15,77%). Solo tres superan el 50 por ciento, que son los del Aguascebas, Encinarejo y el Dañador, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Competidores en países inusuales debido al cambio climático

Como consecuencia del cambio climático están apareciendo competidores de producción de oliva en países donde hace unos años era inimaginable. Juan Vilar, analista oleícola internacional, consultor estratégico y profesor de la UJA, explica a Jaén Hoy que debido a la situación climática que se está viviendo, nos enfrentamos a un comportamiento climatológico errático, es decir, llueve mucho en muy poco tiempo y las temperaturas son más altas. Por lo que se está generando dificultad para cultivar el olivo.

"Está ocurriendo todo lo contrario, en lugares donde hasta ahora no se había producido aceite de oliva como es el caso de Canadá, Reino Unido o Alemania se está haciendo, cuando era impensable climatológicamente", señala.

¿Cómo afrontar la sequía?

Aunque tradicionalmente el olivo ha sido de secano poco a poco se le acostumbró al alimento del agua, y ahora, debido a la sequía se han producido de nuevo cambios en el ciclo del olivo, con riegos más duraderos entre otros. Y el agua es un recurso limitado, cuando apenas la lluvia cae en la tierra, y los acuíferos y embalses disminuyen su nivel hay que tomar otras medidas.

"La única manera de poder mejorar esta situación es optimizando los recursos que se tienen, que es utilizando el agua de una manera mucho más razonable y más eficiente. Intentar que con el mismo agua que se tiene, tratar de que se supere la superficie de olivares de regadío, pasando del 30% que actualmente es el olivar de regadío que hay en el mundo, al 40% o al 45%", expresa Vilar.

Olivar en Jaén.

Desde el punto de vista de la explotación hay una serie de herramientas que a través de la sensorización y del análisis del comportamiento del olivo, puede saber que falta de agua exacta tiene, y una vez que ese agua está repuesta, el sistema para de regar.

Además, se están estudiando más de 700 variedades de olivar que podrían salir al mercado con diferentes objetivos, entre ellos que tengan un mayor contenido de aceite, fruto, que necesiten menos consumo de agua, que sean tolerables a la sequía, a diferentes enfermedades o que maduren antes.

Cambio en el consumo a aceites de menor calidad

Las consecuencias más notorias se aprecian en la subida del precio del aceite de oliva. El apodo oro líquido cobra más sentido que nunca en este bien de primera necesidad. Este año se han batido récords superando los 10 euros el litro en los virgen extra. Sin embargo, este aumento no le repercute beneficios de más al agricultor ya que los costes de producción son cada vez más elevados.

Esta subida de los precios en el aceite de oliva provoca que los consumidores cambien su consumo escogiendo variedades de menor calidad. "El consumidor está intentando ser un consumidor fiel, pero se está desplazando a categorías más inferiores, está pasando de virgen extra a virgen, de virgen a refinado, y de refinado a aceite de orujo de oliva. Además están siendo menos generosos en su uso, y a su vez están comprando en formatos más pequeños", cuenta Vilar.

Botella de aceite de oliva.

Según Asaja las ventas de aceite de oliva bajaron el 37,36 % en octubre respecto al mismo mes de 2022, lo que supone 18,54 millones de litros en el primer mes de la campaña 2023/2024, señala la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac). Las ventas acumuladas de aceite de oliva cayeron el 18,3 % en los diez primeros meses del año en comparación con el mismo periodo del año anterior, situándose en 213,34 millones de litros. De esa cantidad, 89,17 millones de litros fueron de virgen extra (-17,67 %); 70,43 millones, de “suave” (-26,40 %); 28,39 millones, de “intenso” (-17,61 %); y 25,34 millones, de virgen (+11,80 %).

"Volverá a llover"

El experto en olivar asegura que el árbol se adaptará a las nuevas condiciones, aunque sí se verá afectada la producción. Aún así, mantiene la esperanza en que volverá a llover como en otros periodos. "Son ciclos y volverá a llover si analizamos los últimos 30 años, ha habido aproximadamente unos 18 o 19 años secos y el resto han sido de épocas de lluvia un poquito mayor. Cuando llueva más habrá que ser condescendiente y tratar de acumular agua para cuando llueva", concluye.