Una ruta única en Jaén: talleres de cerámica y astroturismo bajo el cielo de Santiago Pontones

La provincia de Jaén suma una nueva propuesta que une tradición, naturaleza y ciencia, un taller de cerámica y astroturismo que se inicia en los tornados de Don Fernando y continúa por los Campos de Hernán Pelea. La iniciativa nace de la colaboración entre la artesana malagueña afincada en Jaén, Cristina Peña, y la empresa Aventura Hernán Pelea, que apuestan por experiencias capaces de poner en valor tanto el patrimonio cultural como el natural del territorio.

La actividad se desarrolla en un formato muy completo que comienza con una pequeña ruta de senderismo, adaptada a todas las edades, que permite disfrutar del entorno y conectar con la naturaleza antes de iniciar el taller. El recorrido finaliza en un refugio de montaña, punto de encuentro donde los participantes se sumergen en el mundo de la cerámica y de la astronomía.

Allí, Cristina guía la creación de piezas inspiradas en el cielo y los símbolos astrales. El taller está pensado para todos los públicos, desde quienes nunca han trabajado el barro hasta quienes buscan perfeccionar técnicas decorativas. “Hemos preparado plantillas que facilitan la experiencia, para que cualquier persona pueda llevarse a casa una pieza personalizada con la que recordar la actividad”, explica la artesana.

Tras la parte creativa, llega uno de los momentos más esperados, la observación del cielo nocturno en Pontones, un enclave privilegiado por la limpieza de su firmamento y la escasa contaminación lumínica. Con el apoyo de especialistas en astroturismo, los asistentes descubren las constelaciones o los ciclos estelares.

Cristina subraya que esta combinación de disciplinas no es casual. “Desde tiempos antiguos, la cerámica ha servido para reflejar conocimientos sobre el cielo, los calendarios y los ciclos de la vida. Lo que hacemos ahora es recuperar esa unión entre cultura, artesanía y astronomía”.

De Málaga a Jaén

El amor de Cristina por la cerámica nació casi por necesidad, buscando una vía de escape a la saturación del trabajo y la vida en la ciudad. Comenzó de manera autodidacta, hasta que pudo ahorrar para formarse. “Ese fue un punto de inflexión, me permitió aprender el oficio en profundidad y, después, trabajar en un taller como profesora, antes de lanzarme a crear mi propia marca”, recuerda.

Natural de Málaga, donde la artesanía tiene menos visibilidad, Cristina decidió trasladarse a Jaén en busca de calidad de vida y de un entorno donde su trabajo fuese valorado. En Úbeda encontró su sitio y forma parte de la Asociación de Artesanos de Úbeda, ciudad Patrimonio de la Humanidad y referente en el oficio. “Desde el primer día me sentí arropada. Aquí existe un respeto real por la artesanía y por quienes la mantienen viva”, señala.

Su trayectoria está marcada además por un logro poco común, Cristina cuenta con la carta de maestra artesana en alfarería y cerámica, un reconocimiento que pocas mujeres poseen en este ámbito, tradicionalmente vinculado a los hombres. “En muchos lugares, los alfareros eran hombres y las mujeres se encargaban de la decoración”, afirma. El proyecto, que ha abierto una primera edición con 20 plazas, ha despertado un interés y a la experiencia no solo se han apuntado vecinos de la provincia de Jaén, sino también personas llegadas de otras zonas de España atraídas por esta actividad.