Satisfacción entre los caseteros de la Feria de San Lucas: "El tiempo está acompañando"

Hacía tiempo que no se vivía una Feria de San Lucas con un clima tan propicio para bajar al recinto ferial Alfonso Sánchez Herrera como la de este año. Salvo para aquellos que tuvieran pensandos una serie de outfits más otoñales, estas fiestas en honor al patrón de la ciudad están dejando días de una temperatura excelente (incluso demasiado calurosa en ocasiones) para los que buscan disfrutar del ambiente en las casetas.

Y claro, los empresarios que han arriesgado su dinero para conseguir una rentabilidad que ha escaseado en otras ediciones, celebran que en esta la afluencia de público esté siendo superior a la de años pasados. Es la sensación que se desprende hablando con las decenas de personas que trabajan estos días atendiendo al público, como Manuel Villén, camarero en uno de los establecimientos portátiles que abastecen de comida rápida a los que quieren parar poco rato entre baile y baile.

"Lo del primer fin de semana fue una locura. Ha habido mucha gente y creemos que el próximo fin de semana habrá más. Estos días entre semana están siendo más flojos, pero es normal", cuenta para Jaén Hoy sin desviar su atención del bocadillo que está preparando.

Confirma estas sensaciones Antonio Cabeza, el presidente de la Asociación de Caseteros ‘La Fiesta’, que llega a afirmar que "hacía muchos año que no se veía un fin de semana como el pasado". Asegura que está siendo una edición "bastante buena", todo esto mientras atiende en su caseta a los militantes del Partido Socialista que comparten una jornada de convivencia con medios de comunicación y compañeros de partido.

El aspecto de las mesas en esta reunión lejos de ser una excepción es la norma estos días en los que aprevechan compañeros de trabajo, grupos de amigos y familias para pasar un rato distendido al son de las sevillanas y el reguetón. Son pocos los que no acaban con una copa en la mano bailando los pasos que les marcan los cubanos del Quinto Pino o asistiendo a uno de los tradicionales striptease de los Bomberos. Sin olvidar la reglamentaria para tomar un chato de vino, que nunca termina siendo uno solo.