El alto precio a pagar por los trabajadores de la hostelería en Jaén: “Muchos compañeros enferman del estrés o caen en depresión”

Entre jornadas interminables, sueldos en negro y contratos incumplidos, la precariedad deja secuelas en quienes sostienen el sector

Bares y restaurantes de Jaén, en crisis por la falta de personal: "Si no ponemos orden, la hostelería acabará perdiéndose"

Camareros veteranos, gloria bendita
Camareros veteranos, gloria bendita
Judit Laguna

Jaén, 27 de septiembre 2025 - 06:00

En las terrazas de Jaén el bullicio parece siempre alegre: vasos que tintinean, platos que van y vienen, camareros que sonríen entre mesas abarrotadas. Para quien observa desde fuera, todo parece armonía, pero detrás de esa fachada luminosa se esconde otra realidad mucho más oscura.

Tras la denuncia pública de la escasez de mano de obra en el sector, camareros y cocineros critican que la mala fama de la hostelería continúa siendo real en varios establecimientos de la capital. Un joven trabajador, que pide mantenerse en el anonimato por temor a represalias, lo sabe bien. Llegó hace dos años buscando un futuro distinto y cuando obtuvo el permiso de trabajo, la precariedad no desapareció: “Incluso con papeles, lo normal era que me contrataran en negro".

Actualmente lleva cinco meses en una empresa en la que asegura que la mayoría de compañeros inmigrantes también están sin dar de alta. “Cuando cumplí dos meses pedí que me hicieran contrato. Me respondieron con una pregunta sobre si me gustaba el trabajo y ahí quedó la conversación. Sigo cobrando en un sobre, muchas veces tarde, sin poder justificar mis ingresos en el banco”, lamenta a Jaén Hoy.

Según explica, aun son muchos los locales en donde el pago se divide entre una parte oficial y otra “en negro”. El joven recuerda su paso por un establecimiento céntrico de la ciudad en el que, cuando el propietario se iba de vacaciones, todos los trabajadores quedaban sin ingresos: "Cuando el dueño cierra, te quedabas sin cobrar y no podías protestar porque, obviamente, no tienes contrato”.

Por otro lado, una mujer, quien también prefiere mantenerse en el anonimato y lleva tres años dentro de las cocinas de un restaurante, añade que, aunque tiene contrato, al calcular su sueldo está cobrando mucho menos que antes: "Las entrevistas parecen una trampa porque te dicen que son unas horas, pero luego tienes que hacer más jornadas por el mismo sueldo".

Además de la precariedad, el joven denuncia un trato degradante por parte de algunos empresarios, que cara al público son encantadores, pero abusan de sus empleados: “Te hacen sentir que no vales y que no sirves, y eso lo he vivido yo, lo ha vivido mi pareja y lo viven día a día muchos compañeros”. Por el lado contrario, la cocinera recibe comentarios buenos por parte de su jefe, aunque critica que "no lo demuestra con sus actos"."No como de los elogios. Como todo el mundo necesito un buen sueldo", señala.

La presión a la que se ven sometidos provoca graves consecuencias emocionales y de salud: “Muchos compañeros enferman por estrés o caen en depresión y es que la gente está cansada, pero calla porque necesita el trabajo”. Según cuenta, esto ha llegado hasta el punto en el que ha visto cómo trabajadores recurren a las drogas para poder soportar las largas jornadas con el riesgo de caer en una adicción.

Redes de apoyo

En medio de este panorama, destaca la importancia de la solidaridad entre empleados. “Nos avisamos unos a otros. Compartimos información entre todos para evitar más abusos. Es la única manera que tenemos de protegernos un poco”, aclara.

Estos consejos adquieren un valor significativo para las chicas, que pueden ahorrarse una mala experiencia e, incluso, una situación de acoso. "Yo mismo les he dicho a amigas mías que no vayan a sitios porque el dueño solo quiere a muchachitas para intentar sobrepasarse con ellas y, si no le hacen caso, las echan", admite el joven hostelero. La cocinera, por su parte, recuerda como fue una trabajadora social la que le advirtió del ambiente laboral de la empresa: "Me dijo que no era para aguantar mucho porque el sitio tenía mala fama sobre el trato hacia el empleado".

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