Baños de la Encina, el pueblo de la Sierra de Andújar que enamora a sus visitantes: "El aura que envuelve el lugar y su historia merecen toda tu atención"
La localidad de 2.500 habitantes marca el deslinde entre un mar de olivos y un extenso bosque mediterráneo de alcornoques y encinas
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La provincia de Jaén está llena de pueblos con encanto ideales para una escapada de turismo rural. Su rica historia, su ambiente tranquilo y un entorno natural envidiable son los principales reclamos que conjugan localidades como Baños de la Encina, en pleno parque natural de la Sierra de Andújar.
Con 2.500 habitantes, Baños de La Encina forma parte de la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España. La localidad se sitúa en un cerro que separa Sierra Morena de la campiña olivarera. En su término municipal alberga numerosas edificaciones inscritas en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, que irás descubriendo a medida que avances por sus callejuelas.
"Una de las fortalezas mejor conservadas y más antiguas de Europa"
El Castillo de Burgalimar destaca entre todos los monumentos de Baños de la Encina. Se trata de una fortaleza de origen almohade flanqueado por una robusta muralla con catorce torres, más la torre del homenaje de época cristiana. No obstante, en excavaciones arqueológicas realizadas en su interior se han econtrado asentamientos de la Edad de Bronce, así como de época íbera y romana, prueba del interés de este enclave para múltiples civilizaciones. "Es increíble, con más de 4.000 años de historia, merece la pena la visita guiada", reseña un visitante.
Otros de los aspectos que destacan los turistas es su imponente silueta: "Una de las fortalezas mejor conservadas y más antiguas de Europa, un ejemplo de la arquitectura militar andalusí". Finalmente, Burgalimar ofrece una panorámica inigualable de Baños de la Encina: "Merece la pena dar un paseo alrededor y contemplar el mar de olivos que se extiende a sus pies".
"Una joya del Barroco andaluz con una atmósfera espectacular"
La siguiente parada obligatoria en Baños de la Encina es la ermita del Jesús del Llanto, en que destaca un camarín de estilo rococó. "Una joya del Barroco andaluz, decorado con yeserías pintadas, esculturas y espejos que crean una atmósfera espectacular", asegura un visitante. Este espacio está cubierto por una cúpula con bóveda gallonada y decoración que simulan aves exóticas, frutas y motivos vegetales.
El deslumbrante interior de la ermita contrasta con la sobriedad exterior, en un edificio que presenta una sola nave con piedra regular de tono rojizo. Se sitúa en una zona elevada de la localidad y está rodeada por una lonja con empedrado antiguo y delimitada por un murete de piedra. "Una edificación increíble con una localización espectacular. Seas o no creyente, pues el aura que envuelve al lugar y su historia merece toda la atención", concluye otro turista.
"Cuando se llena el embalse es un espectáculo ver cómo rebosa el agua"
En las afueras de la localidad, el embalse del Rumblar marca otro de los puntos de interés. Ubicado en plena Sierra Morena, el embalse está rodeado de un bosque mediterráneo de encinas y alcornoques, lo que hace de este de un lugar ideal para el avistamiento del lince ibérico o la berrea del ciervo en otoño. "Cuando se llueve mucho y se llena es un espectáculo ver cómo rebosa el agua", reseñan los adeptos a este lugar. En los miradores de Cerro Moyano o Peñalosa podrás sentarte a descansar y admirar todas las vertientes de este paisaje.
Más allá de su entorno natural, en su orilla y parcialmente sumergido por el agua se encuentra el yacimiento argárico de Peñalosa. Con 4.000 años de antigüedad, conserva un entramado de calles aterrazadas, así como restos de la actividad metalúrgica de la Edad de Bronce. "Está muy bien conservado, merece la pena ir a verlo", anima una visitante, que realizó una ruta de tres kilómetros desde el llamado Pozo de los Charcones.
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