José Antonio Zaragoza presenta su exposición retrospectiva ‘Escritura’ en Jaén: “Sigo vivo gracias a la pintura”
ARTE PLÁSTICO
José Antonio Zaragoza inaugura ‘Escritura’ el 6 de septiembre en los Baños Árabes de Jaén. Una muestra con dieciséis obras de gran formato que ahondan en la fragilidad humana con ironía y crítica
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El pintor José Antonio Zaragoza presenta en Jaén su exposición retrospectiva ‘Escritura’ el sábado 6 de septiembre a las 12:00 horas en la Sala Arquitecto Luis Berges Roldán del Centro Cultural Baños Árabes. La muestra, abierta al público desde el 1 de agosto hasta el 12 de octubre, está organizada por la Diputación Provincial de Jaén y comisariada por Rafael Alarcón Sierra, con acceso gratuito.
Una vida marcada por la creación
Zaragoza nació en París, hijo de madre jiennense de Begíjar y padre español. Su infancia estuvo marcada por la enfermedad: pasó seis años en un hospital, una experiencia que despertó su sensibilidad artística. “Supe desde entonces que yo no era normal, algo fallaba. Siempre he tenido esa necesidad de crear, de expresar lo que llevaba dentro”, recuerda.
La muerte de su padre cuando tenía 17 años y poco después de su madre lo empujó a dar un giro definitivo: “Decidí abandonar todo y consagrarme a la pintura. Podría haber sido otra cosa, pero necesitaba volcar todo lo que me angustiaba en trazos y cuadros”.
Aprendizajes y maestros
En París se formó con el pintor ruso Igor Bitman, con quien convivió siete años como aprendiz. Después ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes, donde trabajó con Jean François Debord, considerado el mejor profesor de anatomía de la época.
Zaragoza también creó la escuela social ‘El ojo de Rembrand’ en Parla. Un proyecto que sigue el pie sin ayudas ni subvenciones para acercar el arte a niños y adolescentes como forma de terapia. “Encuentro mi satisfacción en un niño que entra y aprende. El arte enseña que no todo es blanco o negro: la vida tiene muchos matices”.
Influencias y referencias
El artista reconoce en su obra influencias variadas: desde Rembrandt y Velázquez hasta Francis Bacon, Paula Rego o Giacometti. Pero todas comparten una misma inquietud: dar profundidad a lo humano. “En mis cuadros intento darle belleza al despojo que todos llevamos dentro. Ese lado miserable que vemos oscuro y que yo trato de transformarlo”.
Escritura: la pintura como texto
La exposición reúne 16 obras de los últimos diez años, en su mayoría óleos de gran formato y algunos collages. El título resume la esencia del proyecto: “Cuando pintas, escribes con tu mano. Yo pongo colores en lugar de letras. Quise mostrar cómo mi pincelada se ha convertido en una escritura pictórica. Son cuadros que se leen”.
Los personajes representados son solitarios y marginales, encerrados en espacios austeros, con puertas o cortinas que sugieren posibles salidas. Los objetos y bodegones introducen ironía y humor.
Obras destacadas
Entre las piezas más significativas, el propio Zaragoza señala cuatro que para él son muy especiales:
- ‘El hombre niño’, “resume la vulnerabilidad con la que todos empezamos”.
- ‘Las vacaciones de Pablo’, una obra que presenta a un hombre bajo un paraguas: “Me gusta lo grotesco de la escena y la ironía que transmite”.
- ‘Ella también cree’, donde una mujer semidesnuda sostiene un rosario: “¿Por qué ella no iba a creer, aunque esté desnuda? Esa mirada desafiante lo dice todo”.
- ‘The show must go on’, un título inspirado en la mítica canción de Queen: “Es un circo de colores. Siempre trabajo con el rosa, un color que me marcó de niño, cuando vi el contraste entre el negro de la muerte y el rosa de la vida al contemplar a mi abuela fallecida en la cama cuando yo tenía solo siete años”.
La pintura como razón de ser
Zaragoza habla sin rodeos sobre lo que el arte significa en su vida: “Seguir vivo. Eso es lo que me ha dado la pintura. Si no hubiera pintado, no sé qué habría sido de mí. Es la única razón para levantarme cada día”. En un mundo marcado por la violencia, asegura encontrar en su estudio un refugio: “En la pintura hay valores que no existen en el mundo real”, asegura el artista.
‘Escritura’ representa mucho más que una exposición que recorre su última década de creaciones: es la confesión artística y vital de un pintor que encontró en el lienzo su tabla de salvación. Sus obras, cargadas de simbolismo, ironía y crítica social, invitan a leer el color como si fueran palabras.
El próximo sábado 6 de septiembre en los Baños Árabes de Jaén, Zaragoza abrirá las puertas de su universo personal en el que compartirá con el público no solo su obra, sino también la historia íntima que la sostiene.
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