El increíble pueblo de 900 habitantes con vistas a la Sierra de las Villas y que pocos visitan

Sus murallas y arcos son parte de su patrimonio histórico más preciado

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Las calles de este pueblo recuerdan a Córdoba en primavera: las flores y plantas son protagonistas.
Las calles de este pueblo recuerdan a Córdoba en primavera: las flores y plantas son protagonistas.

Iznatoraf/Entre Úbeda y Baeza y el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas hay un pequeño pueblo que, si bien puede pasar inadvertido para muchos, es una auténtica maravilla que no todos conocen. A poco más de mil metros de altura sobre el nivel del mar, como si de una atalaya urbana se tratase, se alza Iznatoraf, una villa de 960 habitantes que permanece anclada en tiempos pasados.

Dar un paseo por sus calles más céntricas, a modo de arrabalejo, transporta de forma instantánea al visitante a los míticos patios de mayo de Córdoba: las plantas y flores son protagonistas, creando un ambiente cien por ciento andaluz que cobra aún más belleza con sus casas encaladas como fondo.

Las murallas y arcos de Iznatoraf: guardianes de su historia

Uno de los principales atractivos de Iznatoraf son los vestigios de su antigua muralla de origen árabe. Esta fortificación, levantada con técnicas tradicionales de mampostería y argamasa, contaba originalmente con once torres y nueve accesos que permitían la entrada y salida del recinto amurallado. Aunque los siglos han dejado huella, aún se conservan alrededor de quinientos metros de muralla, así como diez de las once torres originales y varios arcos que continúan dando la bienvenida a quienes cruzan sus límites.

Entre las puertas mejor conservadas destaca la Puerta de la Virgen del Postigo, declarada Monumento Histórico en 1985. Se trata de un acceso singular, compuesto por arcos de medio punto, vigas de madera y un doble arco interior de ladrillo, que sigue en pie como testimonio de la grandeza defensiva de la villa. No menos relevante es la Puerta del Arrabal, también conocida como Puerta Real, de estilo renacentista, donde sobresale un relieve de la Virgen custodiado por una hornacina clasicista que completa la sobria belleza de este acceso histórico.

El recinto amurallado de Iznatoraf no solo configura un recorrido arquitectónico de primer nivel, sino que actúa como marco perfecto para comprender el peso histórico de una localidad que, en tiempos pasados, fue un punto estratégico en la defensa y control de estas tierras andaluzas.

Las vistas de Iznatoraf

Una vez extramuros, tras pasar por cualquiera de sus históricas puertas como si de la ciudadela de Ávila se tratara, el paisaje se hace protagonista y roba algo de aire a los pulmones. La Sierra de las Villas se alza majestuosa a los pies de quien contempla, sin evitar sacar al menos una instantánea del momento. Ni que decir tiene que contemplar desde aquí un amanecer o un atardecer poco tiene que envidiar a los lugares más publicitados del mundo para ello.

Imprescindibles para visitar en Iznatoraf

Además de su complejo de murallas y arcos, de las maravillosas vistas que puedes disfrutar de sus miradores, Iznatoraf cuenta con otras visitas recomendadas para conocer a fondo el encanto de esta pequeña villa.

La Iglesia de la Asunción de Iznatoraf.
La Iglesia de la Asunción de Iznatoraf.

Iglesia Parroquial de la Asunción

Construida entre finales del siglo XVI y los primeros años del XVII, la Iglesia Parroquial de la Asunción es una obra de gran valor artístico y arquitectónico. Su planta casi cuadrada y sus tres naves divididas por robustos pilares están cubiertas por bóvedas decoradas con un refinado estilo manierista que marca el ocaso del Renacimiento.

Entre sus tesoros destaca la sacristía, de impronta barroca, que custodia un impresionante conjunto de orfebrería litúrgica y mobiliario. Piezas como cruces, custodias, cálices y vestiduras sagradas acompañan a una mesa de mármol negro y alabastro del siglo XVIII, rodeada de cajoneras de nogal con delicadas tallas renacentistas.

Ermita del Cristo de la Vera Cruz

Levantada entre los siglos XVII y XVIII y renovada en el siglo XIX, esta ermita se caracteriza por su planta de cruz latina, bóveda de medio cañón y un camarín coronado por una cúpula semiesférica decorada con motivos vegetales barrocos. En el exterior, destaca su sencilla espadaña y un sobrio arco escarzano que da acceso al templo.

Cueva del Peinero

Ubicada en uno de los parajes más abruptos del parque natural, la Cueva del Peinero es célebre por su impresionante garganta, por la que discurre el río Aguascebas Grande. Aquí, el agua cristalina forma cascadas que descienden entre paredes de roca de más de 600 metros de altura, cubiertas de vegetación prácticamente virgen.

Este enclave es ideal para los amantes del senderismo y el contacto directo con la naturaleza, ya que cuenta con zona de merendero, refugio forestal y servicios básicos, como agua potable.

Paraje de Jesús del Monte

Accesible desde la Cañada de la Madera, este espacio natural ofrece excelentes vistas del parque y dispone de un área recreativa equipada con merendero y agua potable. Junto a él se encuentra la ermita del mismo nombre y la Fuente del Avellano, que aporta un toque singular a un entorno pensado para la desconexión y el disfrute del medio ambiente.

Iznatoraf es, sin duda, uno de esos rincones que parecen detenidos en el tiempo, donde la historia, la naturaleza y la arquitectura se funden para ofrecer al visitante una visita que siempre sorprende.

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