El Creata y la Ruta de los Chaleres: del “morro” jiennense al mapa más fresquito del verano

VERANO EN JAÉN

Descubre cómo Juan Montoro ‘El Creata’ convirtió las costumbres veraniegas de Jaén en la divertida Ruta de los Chaleres, un mapa lleno de frescura y nostalgia

¿Hasta cuándo están abiertas las piscinas municipales de Jaén este verano?

De Puente Tablas a La Mella, El Creata ha hecho el recorrido más fresquito del verano jiennense en forma de ruta de los chaleres. / El Creata

“Quien tiene un amigo tiene un tesoro y si es con piscina, vale más que el oro”. Es una de las frases fruto de la ocurrencia sin fin que muestra con cada publicación el ilustrador jiennense más querido. Juan Montoro, cuyo alter ego, ‘El Creata’, se encarga de enriquecer el habla y las costumbres más jaeneras a golpe de diseño, nos cuenta cómo surgió uno de los más icónicos del verano: la ruta de los chaleres.

La historia de la ruta de los chaleres de El Creata

De urbanización en urbanización, garantizado un buen chapuzón

“En 2020 una clienta, hablando del verano, me contaba que ella hacía la ruta de los chaleres. Se iba a los de sus amigas con piscina y así las iba visitando y tenía dónde bañarse en todos lados. Me pareció una buena idea e hice una publicación a modo de mapa por las principales urbanizaciones de la capital”, comenta a Jaén Hoy.

Sin embargo, siempre hay quien tiene que sacar punta a todo: “me ocurrió como con otros diseños, que hubo algún que otro comentario apuntando que faltaban urbanizaciones como Valdeastillas o Cerro Molina. Siempre que ocurre lo voy completando en la medida de lo posible, y el que hay publicado, de hecho, es una segunda versión del original”, añade.

Otra historia similar ocurrió el día en que puso “chaleres” a la ruta. “Hubo polémica por el término, ya que cada uno decía el que mejor veía en comentarios: que si lo correcto era decir chalets, chaleses, charleres, charleses o campos. Mi amiga dijo chaleres y yo me quedé con eso”, explica Montoro.

El éxodo de la ciudad al campo en verano en Jaén

Es terminar las clases en junio y en Jaén ocurre lo mismo cada año: hay una suerte de éxodo de la ciudad al campo para disfrutar del verano lo más fresquito posible. La bajada de temperaturas provocada por la naturaleza cercana, junto a la posibilidad de refrescarse en la piscina son alicientes que hacen que cada vez más jiennenses echen el cerrojo de su piso en la ciudad, no para irse a la playa, sino para “bajarse al campo”.

El mismo Juan Montoro ha pasado los veranos de media vida de urbanización en urbanización por esta época estival. “Tenía un chalé en Puerto Alto, que no está incluido en la ruta, ya que está más lejillos. Ahí pasé los veranos de los 4 a los 11 años y recuerdo que siempre nos íbamos a coger alcaparrones y volvíamos como si nos hubiera atacado un león por las zarzas”, bromea.

“Luego tuve un apartamento en el curvín, pasado Campolivo, una urbanización con piscina en la que nos juntábamos hasta cuarenta personas los domingos para compartir un arroz en la comida. Costumbres que ya se han perdido por desgracia”, recuerda El Creata. “De críos, nos bajábamos a las 11:00 de la mañana hasta las 23:00 horas, solo subíamos para comer. Echábamos un partidillo de fútbol, íbamos a las canastas o al río a jugar a que éramos Rambo. No había móviles y disfrutábamos más al aire libre”, sentencia.

Otros lugares por los que ha pasado los veranos más apacibles y fresquitos de Jaén ha sido Jabalcuz o La Yuca, urbanizaciones cercanas a la ciudad a las que incluso se puede llegar a través de la línea de autobús urbano.

Si no tienes piscina en Jaén, acóplate a una

A la hora de preguntar hasta qué punto somos descarados en Jaén para buscar a un amigo o amiga con piscina en verano, El Creata lo tiene claro: “Somos muy descarados y tenemos más morro que espalda”. Si no nos invitan nos autoinvitamos. “Mientras lleves la cerveza, los alcaparrones y las patatillas, todo bien”, sostiene entre risas.

A él mismo también le ha ocurrido cuando en verano se iban a Puerto Alto. “Mis tíos se bajaban casi un mes allí con los abuelos. Y cuando he tenido el apartamento también se bajaban los amigos. Entre las veces que los invitaba y las que se autoinvitaban, siempre estaba lleno”, rememora.

Otro de los encantos de los campos de Jaén en verano es que la época coincide con las fiestas de las urbanizaciones, un reclamo más para bajarse al campo a echar el día en la piscina y la noche bailando con la orquesta de turno.

Sin campo con piscina también hay paraíso en el verano jiennense

Los que no tengan campo con piscina ni la cara dura para autoinvitarse a uno siempre pueden aprovechar las tres piscinas municipales de Jaén. En el caso de Juan Montoro, su favorita es la de Las Fuentezuelas, en el barrio del mismo nombre, aunque reconoce que todavía no ha estado en la de El Tomillo. “Me gusta por la forma que tiene y la distribución: es grande, la orilla para entrar tipo playa es bonita y facilita la entrada a las personas mayores, además de tener un merendero a mano por si no te echas el bocadillo. Suelo ir un par de veces cada verano, solo o en familia”, cuenta El Creata.

Pero además de piscina, Jaén tiene otro baluarte natural en el que el agua es protagonista a pocos kilómetros de la catedral: Los Cañones. “La última vez que estuve fue para hacer fotos a una marca de ropa de baño de Jaén. Es un sitio precioso que se presta a ello, además de un baño fresquito”, concluye.

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