Este es el mejor pueblo de Jaén para visitar en junio

VIAJAR POR JAÉN

Recorre sus calles empedradas, visita sus ríos y báñate en ellos, además de probar sus ricos plaos

El rin-ran: una tapa única que puedes probar en Cazorla

Retiro de 'meigas' en contacto con la naturaleza de Cazorla del 28 al 30 de junio

Enclavado en la sierra, Cazorla es un destino perfecto tanto para los que buscan tranquilidad como los que quieren aventuras en la montaña.
Enclavado en la sierra, Cazorla es un destino perfecto tanto para los que buscan tranquilidad como los que quieren aventuras en la montaña.

Que junio es un mes para disfrutarlo al aire libre es algo más que sabido. Por eso, y para estrenar el calendario del verano, te proponemos una escapada a uno de los pueblos blancos andaluces y serreños más conocidos de la provincia: Cazorla. Cierto es que conocerlo en cualquier época del año es una gozada, pero si además puedes meterte en alguna de sus refrescantes pozas, comer rin-ran, plato frío típico de la zona, o disfrutar de La Noche de la Tragantía, que se celebra el 22 de junio, el plan es redondo.

Qué ver en Cazorla

Si no quieres salir del núcleo urbano cazorleño, puedes hacer muchas visitas recomendadas. El imponente castillo de la Yedra, que podrás ver desde el casco histórico, es una de las fortalezas más visitadas en la zona. Con una mezcla de épocas y estilos, la torre del homenaje alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares del Alto Guadalquivir. Además, desde su posición, a 831 metros sobre el nivel del mar, se divisa la localidad de Cazorla y sus alrededores. El lugar perfecto para tomar una foto de recuerdo.

Las ruinas de la iglesia de Santa María, en la plaza del mismo nombre es una muestra del Renacimiento andaluz que merece la pena recorrer. Es muy probable que su autor fuera Andrés de Vandelvira, ya que muchos de sus elementos pueden reconocerse en los templos de su autor situados en Úbeda. De hecho, es muy probable que la iglesia nunca estuviera completamente terminada y que los graves daños causados por la terrible tormenta e inundación de 1694 contribuyeran a dificultar aún más su finalización.

Reportaje sobre Cazorla.

Es la única iglesia construida sobre el lecho de un río, el Cerezuelo. Y hasta ahí nos lleva, a apenas unos metros de distancia, la tercera parada por Cazorla, ya que te recomendamos encarecidamente que no te vayas sin hacer una visita por la bóveda del río Cerezuelo, cuyas entradas a un precio popular puedes conseguir en uno de los establecimientos de la plaza.

Otras propuestas de visita en Cazorla son la del sendero Castillo de las Cinco Esquinas, el sendero circular del río Cerezuelo, con múltiples pozas de agua de sierra en las que poder hacer una paradita para refrescarte; el sendero de la Escaleruela o el Nacimiento del río Guadalquivir. La fauna y la flora del lugar te sorprenderá, y es que nos encontramos en pleno Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. En un paseo por el entorno encontrarás, entre otras muchas especies vegetales y animales, enebros, encinas, aves rapaces y mamíferos como el conejo, la liebre, ciervos, zorros y jabalíes.

Gastronomía

Además de ver naturaleza, visitar espacios patrimoniales y disfrutar de sus fiestas, a Cazorla se va a comer. Desde restaurantes de alta cocina hasta las recetas más tradicionales y las tapas más apetitosas, cualquier tipo de almuerzo o cena es posible en este rincón verde de la provincia.

Debido a su situación geográfica, la cocina de Cazorla está influenciada por las recetas andaluzas, así como por las de Castilla La Mancha, con platos elaborados con carnes de caza, de la pesca fluvial, legumbres y hortalizas frescas, todo ello regado con el mejor aceite de oliva virgen extra. Como curiosidad, cabe destacar que hay una variedad de AOVE endémica de Cazorla: la variedad Royal, que encontrarás fácilmente entre sus marcas de aceite más conocidas.

Entre los platos más típicos de Cazorla destacan la gachamiga, similares a las migas serranas; el ajoharina, un guiso con ajo, pimientos, patatas, tomates y pimentón; los talarines o andrajos, tortas de masa fina de harina que se elaboran con liebre o conejo; el “rin-ran”, un buen entrante en cualquier mesa que consiste en untar el tradicional pan serrano en un puré de pipirrana o ensalada gitana hecha con cebolla, pimiento, tomate, ajo, cominos, aceite virgen extra, vinagre y sal; la trucha serrana, servida en salsa de almendras o trucha con trufa; y el pan de higo, un dulce postre con higos secos y mezclados con nueces, almendras picadas y un chorrito de anís.

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