Perseidas y astroturismo en la ruta circular del Aguascebas y Mirador del Collado del Pocico
SENDERISMO Y ASTROTURISMO
Descubre la ruta circular del Aguascebas en la Sierra de las Villas y vive una noche de aventura con la observación de las Perseidas desde el Mirador del Collado del Pocico. Naturaleza, historia y cielos estrellados en un entorno protegido
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El próximo 22 de agosto de 2025, el programa ‘Paseando por los Senderos de Jaén’ propone a los amantes del senderismo y la astronomía una jornada diferente e intensa en la Sierra de las Villas, en el municipio jiennense de Villacarrillo. La cita comenzará a las 22:30 horas con una caminata por parajes agrestes, atravesando un entorno de belleza salvaje, y culminará con una observación astronómica coincidiendo con la lluvia de meteoros más famosa del verano: las Perseidas, también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo.
El punto de encuentro y observación será el Mirador del Collado del Pocico, un enclave privilegiado situado junto a la carretera que une el Pantano de Aguascebas con el Pantano del Tranco. Desde aquí se pueden apreciar panorámicas espectaculares del valle y, en noches despejadas, un cielo cargado de estrellas.
Ruta circular del Pantano del Aguascebas: túneles, cascadas y buitres
Uno de los recorridos más emblemáticos de la Sierra de las Villas es la ruta circular desde el pantano del Aguascebas.
Un recorrido lleno de contrastes
La caminata, de aproximadamente 15 kilómetros, parte de la presa del Aguascebas y discurre entre viejos cortijos, huertos tradicionales y un paisaje de barrancos. Durante el trayecto se alcanza el Mirador de la Osera, desde donde las vistas son sobrecogedoras. El regreso se realiza atravesando 19 túneles de la conducción de agua que serpentea por la ladera del barranco, algunos con agua hasta los tobillos.
Para realizar esta ruta es necesario llevar linterna y calzado adecuado. A lo largo del recorrido, es habitual observar buitres leonados sobrevolando las crestas y zonas de cría marcadas por manchas blancas en los riscos.
El origen del valle de la Osera
El valle de la Osera, conocido por su espectacular cascada y la riqueza de su fauna, fue en otros tiempos un lugar habitado por grandes depredadores. Los osos desaparecieron de Andalucía en el siglo XVIII, y los últimos relatos de encuentros con lobos datan de la primera mitad del siglo XX.
La construcción del embalse del Aguascebas en 1967 transformó el paisaje y permitió el abastecimiento de agua potable a 75.000 personas de la comarca de la Loma de Úbeda. El canal que recorre el barranco forma parte de esta red de abastecimiento, y ahora es también un atractivo sendero.
La ruta culmina en la Cascada de la Osera, un salto de agua imponente que corona la experiencia con un espectáculo natural de gran belleza.
Mirador del Collado del Pocico: una ventana a las estrellas
El Collado del Pocico es un lugar donde la naturaleza se expresa en su máxima plenitud. Su mirador permite contemplar un mosaico de montañas y valles, y en días despejados se alcanzan a ver pueblos como Villacarrillo, Iznatoraf, e incluso, en la lejanía, Jaén. También se divisan sierras como Mágina y, mucho más lejos, Sierra Nevada.
Pero si hay algo que convierte a este mirador en un lugar especial es su cielo nocturno. Lejos de la contaminación lumínica, es perfecto para observar constelaciones, planetas y fenómenos astronómicos como las Perseidas, cuya actividad máxima se extiende entre el 10 y el 13 de agosto. Aunque este año el pico coincide con una luna casi llena, la ubicación y las condiciones del lugar permiten disfrutar del espectáculo celeste.
Para participar en esta experiencia de ruta senderista y observación del cielo nocturno es necesario inscribirse previamente a través del correo jesusdelgado@adlas.es o el teléfono 953 77 44 00. La actividad está organizada por ADLAS con el apoyo de la Diputación de Jaén.
Caminar de noche por la Sierra de las Villas y contemplar las Perseidas desde el Collado del Pocico es una experiencia que une aventura, naturaleza e inmensidad cósmica. Un plan perfecto para quienes buscan desconectar del ruido cotidiano y dejarse sorprender por la belleza de lo esencial: la tierra bajo los pies y el cielo sobre la cabeza.
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