Maíllo cae bien y lo tiene mal

Funcionaron con Anguita. Ahora miran a otro cordobés para hacer el salto de la rana, pero va a ser más difícil

Antonio Maíllo ha sido muy elogiado tras su elección como nuevo líder de IU. Es de los pocos políticos que caen bien, a la izquierda y a una parte de la derecha. Quizá por motivos personales, por su forma de ser, diferente al mindundismo populista que se puso de moda desde que Pablo Iglesias montó el sarao de los indignados, después domesticado cuando llegaron a los cielos de la Moncloa. Pero se debe decir que Maíllo no es Superman. Ni siquiera es como Julio Anguita clonado. Tampoco Izquierda Unida es lo que era. Ahora Izquierda Unida forma parte de Sumar, junto a otras formaciones, como Más Madrid, los Comunes de Ada Colau y algunas sectas ecomarxistas. Para colmo, rivalizan con lo que todavía queda de Podemos. Y estamos en vísperas de unas elecciones europeas, en las que Sumar se encamina hacia el fracaso, según las encuestas. Así que tanta alegría por Maíllo debe relativizarse.

De momento, tiene como jefa a Yolanda Díaz, la líderesa de Sumar, una señora restadora de votos, que en 2019 se dio de baja en IU, por cierto. O la echaron, depende de las versiones. Aunque es comunista y sigue afiliada al PCE. No obstante, el problema que tienen ahora Antonio Maíllo y sus compañeros no es sólo de liderazgo. La izquierda situada a la izquierda del PSOE está en vías de liquidación. Forma parte del plan programado por Pedro Sánchez para recuperar al PSOE como el partido más votado de España. Hacia el centro no va a crecer. Así que le quedan la izquierda y la extrema izquierda como caladero. En su objetivo, sin querer, con simpleza, le ayuda Yolanda Díaz. Ella fue elegida para Sumar, pero ya sólo le está sumando votos a Sánchez, mientras a los suyos se los resta.

Recordemos lo ocurrido. En Galicia, de donde es natural Yolanda, hicieron el ridículo. En el País Vasco, un poco menos, pero también. Y en Cataluña, de donde es natural el ministro antitaurino Ernest Urtasun, han pasado, en menos de un año, de ser los segundos en votos y escaños el 23-J de 2023 a ser los sextos el 12-M de 2024. Además, Ada Colau perdió la Alcaldía de Barcelona, donde ahora está el socialista Jaume Collboni. La Operación Restar va viento en popa y a toda vela.

Izquierda Unida y lo que quedaba de los antiguos comunistas funcionaron con el cordobés Anguita, que fue el primero que intentó un sorpasso al socialismo en Andalucía. Ahora miran a otro cordobés para que haga el salto de la rana, pero va a ser más difícil. Lo siento por Maíllo. El PSOE siempre ha jugado con IU al acordeón: se infla o se desinfla, según conviene. Y ahora están en una racha mala.

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