Quería hablar de Vetusta

Se le aparece en sueños Felipe González, qué "pelazo" el suyo, arañando cristales a lo Freddy Krueger para recordarle el patrimonio ideológico que ha vendido en este tiempo para poder sobrevivir

El presidente, en un acto de campaña por las europeas.

El presidente, en un acto de campaña por las europeas. / José Manuel Vidal/Efe

Europa, una construcción históricamente prodigiosa, siempre tiene la amenaza de convulsionar más por la desidia que por los apocalípticos extremos que buscan su colapso. Nos cita con las urnas y el circo ibérico amenaza con no dejarle ni un foco a esta vieja dama con achaques, pero vigoroso pulso. Tezanos da al PSOE una ventaja más que suficiente en las europeas y, claro, a los socialistas les preocupa si cuece o enriquece la cocción. Su porcentaje de acierto mejoraría ostensiblemente si fuera sexador de pollos, pero se dedica a la cuestión demoscópica, es decir, a ver la querencia patria, intuir el rastro de los pinreles de los votantes. No lo hace a tiempo completo, porque también es hagiógrafo del presi. Otra excepción ibérica. 

No ha resuelto Pedro Sánchez su ejercicio frente al espejo. Del retiro volvió iracundo, desmadejado y con ganas de ajustar cuentas hasta con su sombra. El balneario de Marmolejo le hubiera sentado mejor que esperar unos baños de masas que, al parecer, no fueron suficientes. Repite el mantra de que durará toda la legislatura, pero quizá sea para autoflagelarse. Se le aparece en sueños Felipe González, qué pelazo el suyo, arañando cristales a lo Freddy Krueger para recordarle el patrimonio ideológico que ha vendido en este tiempo para poder sobrevivir. Sudor frío.  

Quizá sorprenda presentar al presidente como alguien de apetito voraz, él que va enjuto en su traje, fino como un atleta con hambre, tiene, sin embargo, una pulsión pantagruélica. Quizá a la caída de la noche se torne frugal y ni aliñe la ensalada, pero por la mañana se zampa partidos como si fuera un Carpanta ideológico. El estratega se ha zampado al político. Ahora está dejando en los huesos a Sumar, aquejada, la formación, de una falta de fuste y aderezada con el discurso inane de Yolanda Díaz. Antes, liquidó otro “hiperliderazgo” hermano, pero con menos cuerpo electoral. Pablo Iglesias ya no le quita el sueño. El agitador profesional busca ahora tertulia más allá de la barra y apunta a periodistas, que es lo que hacen los malos políticos cuando no les cuadran los titulares. 

Después de tanto descalabro, el sanchismo coge aire tras las catalanas (un éxito que sí tiene padre) y quiere mantener la ola con las europeas, otra cosa será gestionar la legislatura que amenaza derrumbe.  

En estos días raros, lo peor de la maquinaria del fango abrió franquicia en Jaén, el mimetismo nacional amenaza con envilecer lo que queda bueno de la política local. Dirán que la culpa fue del mensajero. “La patrulla nos detuvo por mirar”. 

Cada uno mete miedo como puede, yo a mi criatura le hablo de Niño Becerra y de sus profecías económicas para que deje de gastar los cuartos en la feria y abrace la senda del ahorro. Ya ven que no soy del método Montessori, creo más en contextualizar la realidad que en endulzarla.  

En semana de entrecomillados cargados de tinta, el secretario general de los socialistas jiennenses, Paco Reyes, afeó la conducta a Susana Díaz, que puso en cuestión la gestión con las agrupaciones andaluzas del hombre para todo, Juan Espadas. Esta no la vimos venir. La instó a “arrimar el hombro” y lamentó que personas que tuvieron responsabilidad, hagan declaraciones favoreciendo a la derecha. Así está la cosa, lo dicho, días raros.  

Querida, quería hablar de Vetusta, no pudo ser. Siempre nos quedará Finisterre.

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