Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Qué bostezo
El acelerador de partículas de Granada debería investigar el resistente material del que está hecho el rostro de Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación de Badajoz y líder de los socialistas extremeños, porque a buen seguro está blindado contra la corrosión de la vergüenza y la fatiga de la mala conciencia. En cada entrevista que Gallardo concede demuestra que es un carota con balcones a la calle y un tipo temerario que va a hacer mucho daño a su partido, a la institución que preside y a la propia Justicia española.
Gallardo está acusado de enchufar al hermano de Pedro Sánchez, David Sánchez, en la Diputación pacense; la juez instructora está a punto de ordenar la apertura del juicio oral, pero al tipo se le ha ocurrido aforarse en diferido de un modo bastante feroz, sin escrúpulos y con absoluto deprecio de las más elementales normas de la ética. Gallardo quiere entrar antes del 29 de mayo en la Asamblea autonómica de Extremadura, para lo que ha sido necesario que una de las parlamentarias socialistas dimita y que las cuatro personas que le anteceden en la lista renuncien a su acta.
De los cuatro, tres trabajan en la Diputación y la dimisionaria, Mari Cruz Rodríguez, iba a ser nombrada subdelegada del Gobierno central en Badajoz como compensación por el sacrificio. Este nombramiento se ha parado in extremis y amenaza con provocar toda una crisis en el PSOE de Extremadura, donde aún llamea un rescoldo de vergüenza.
Cuenta Miguel Ángel Gallardo que él no huye, sino que desea estar presente en el debate general de la comunidad que se celebrará el 29 de mayo, porque quiere enfrentar su programa con el de la presidenta, María Guardiola. No creo que quede un átomo del parlamentario socialista si decide plantar batalla a la lideresa del PP en estas vergonzosas condiciones.
Si resultase aforado se abriría, además, una vía que afectaría a la credibilidad del propio presidente del Gobierno, porque si su caso se traslada, como quiere Gallardo, al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, es posible que ocurra lo mismo con toda la causa, incluido David Sánchez, para evitar la escisión de la jurisdicción. Como además la Fiscalía ha decidido no acusar –en fin, a veces se le ablanda el corazón–, Miguel Ángel Gallardo pretendería que el tribunal superior, sobre el que está extendiendo una sospecha, pudiera aplicar la doctrina Botín y dar carpetazo al juicio por falta de acusaciones.
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